E-Book, Spanisch, 212 Seiten
Reihe: Literatura universal
Christie Coartada perfecta
1. Auflage 2023
ISBN: 978-84-7254-677-6
Verlag: Century Carroggio
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
El asesinato de Roger Ackroyd
E-Book, Spanisch, 212 Seiten
Reihe: Literatura universal
ISBN: 978-84-7254-677-6
Verlag: Century Carroggio
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Dos muertes narradas al inicio de la obra acaban con la tranquilidad de King's Abbot, una pequeña y sosegada ciudad británica. Mrs. Ferrars asesina a su brutal marido y es víctima de extorsión hasta que ella, sin poder aguantar más, se suicida. El hombre a quien amaba, Roger Ackroyd, recibe una carta que da pistas sobre nombre del extorsionador, quien le llevó a tal fatídico desenlace. Pero antes incluso de conocer la identidad del personaje, algo terrible sucede a Roger Ackroyd. El detective Hercules Poirot, recién retirado a King's Abbott, es llamado para tratar de resolver el complejo caso, cuyo fin será de lo más sorprendente e inesperado. Se trata, según la crítica, de una de las mejores obras de Agatha Christie. En 2013, El asesinato de Roger Ackroyd fue elegida como la mejor novela de crimen de todos los tiempos por 600 miembros de la Asociación de Escritores de Crimen.
,Agatha Christie (Torquay 1890-Wallingford 1976), fue una escritora y dramaturga británica especializada en el género policial, por cuyo trabajo obtuvo el reconocimiento internacional de la crítica.? A lo largo de su carrera publicó 66 novelas policiales, 6 novelas rosas y 14 cuentos, además de incursionar como autora teatral. Recibió una educación privada hasta su adolescencia y estudió en diversos institutos de París.? Mientras trabajaba como enfermera durante la Primera Guerra Mundial, escribió su primera novela, El misterioso caso de Styles (1920) donde introdujo por primera vez el personaje del detective Hércules Poirot.? Otras creaciones fueron Miss Marple, Tommy Beresford y Tuppence Beresford. En 1914 contrajo matrimonio con Archibald Christie, de quien se divorció en 1928. En 1926, afectada por una supuesta depresión, desapareció misteriosamente después de que su coche apareciera abandonado al borde de la carretera. Fue hallada once días más tarde bajo un posible cuadro de amnesia, en un hotel bajo el nombre de una amante de su marido.? En 1930, se casó con el arqueólogo Max Mallowan, a quien acompañó largas temporadas en sus viajes a Irak y Siria. Aquellos viajes inspiraron varias de sus obras posteriores como Asesinato en Mesopotamia (1936), Muerte en el Nilo (1936) y Cita con la muerte (1938), muchas de las cuales fueron adaptadas en teatro y cine con gran aceptación.? En 1971 fue designada Dama Comendadora de la Orden del Imperio Británico por la reina Isabel II.? Falleció por causas naturales en 1976. Con más de tres mil millones de copias de sus obras vendidas, Christie es considerada como la novelista que más obras ha vendido de todos los tiempos. Según el Index Translationum, es la autora individual más traducida, con ediciones en más de 103 idiomas. En 2013, su obra El asesinato de Roger Ackroyd fue elegida como la mejor novela de crimen de todos los tiempos por 600 miembros de la Asociación de Escritores de Crimen.
Weitere Infos & Material
Introducción a la autora y su obra Por Juan Leita La fama de Agatha Christie es tan considerable en el campo de la novela policíaca que la inmensa mayoría de la gente identifica el género con una obra de la famosísima autora inglesa. Sus novelas, continuamente reeditadas, aparecen en todas las librerías de los aeropuertos y de las estaciones de ferrocarril como una poderosa tentación para los viajeros. Su nombre va ligado de una forma sinónima con la agradable distracción y el ingenioso pasatiempo. Por esto su obra ha constituido también el más importante best-seller en el ámbito concreto de la novela policíaca y quizá igualmente o de manera parecida en el terreno general de la novela. No sin razón afirmaba Bernard Shaw que Agatha Christie era la mujer a la que más ganancias había producido el crimen después de Lucrecia Borgia. La constante adaptación de sus novelas a la pantalla constituye también una muestra inequívoca de su enorme popularidad. Diez negritos ha visto cómo plasmar varias veces en el celuloide su trama extraordinariamente única y fuertemente original. Posteriormente, Asesinato en el Orient Express ha sido vertida felizmente a la pantalla con un brillante reparto y una excelente interpretación. Basta recordar que la actriz Ingrid Bergman consiguió un nuevo Oscar por su participación enormemente precisa y ajustada en este film. Sería largo y prolijo intentar una reseña de todos los datos y valores que distinguen a Agatha Christie como uno de los nombres más relevantes de nuestra época. Por otra parte, si ello se hiciera con el mero fin de presentar la personalidad y la obra de la celebérrima autora, sería también algo totalmente superfluo. ¿Qué cabe decir de alguien que ha conseguido mantener en cartel durante treinta años una pieza teatral en el Ambassadors de Londres, como es el caso de La ratonera? Después de dar la vuelta al mundo, la ingeniosa trama sigue representándose, se trata de un hecho realmente único. Agatha Christie inició su brillantísima carrera con la publicación en 1920 de la novela titulada El misterioso caso de Styles. Desde entonces realizó una enorme carrera literaria. La crítica ha mostrado diversas tendencias en el momento de enjuiciar su inmensa y variada producción. Por una parte, se admiraba y se alababa su poderoso poder de creación en el campo del enigma y de la situación ingeniosa. Por otra, se criticaba su falta de juego limpio en el planteamiento y su pretendida intención de engañar al lector. Por una parte, se elogiaba su aguda percepción psicológica y, por otra, se apuntaba la excesiva retórica y el carácter un tanto trasnochado de sus más famosos personajes. Es evidente que Christie posee un don que la distingue y determina entre todos los demás autores del género. Este don es el poder mágico de la plasticidad: es decir, la capacidad de corporeizar una idea, de transformar en objeto sensible para los sentidos lo que, en su origen, es intuición abstracta impalpable. En efecto, aun cuando se haya podido llegar a pensar que las novelas de Agatha Christie empezaban a perder interés por la desintegración de los elementos clásicos que las especifican, lo cierto es que siguen perdurando por el auténtico valor que las determina: la situación original del objetivo, de los actores, de la luz y de la sombra, de la poesía, del sentimiento, en una palabra: la mágica plasticidad de una trama. ¿No es acaso esto y solo esto lo que se admira en Diez negritos? En el fondo, al lector verdadero poco le importa el «juego limpio», el proceso analítico, el encadenamiento lógico de las pistas. Lo que todo el mundo ha de admirar en realidad es el acontecimiento único, la belleza de la situación, la luz y la sombra que nacen del poder estético de la trama. ¿No es acaso esto y solo esto lo que uno goza en Testigo de cargo? No se trata ni de análisis ni de prosecuciones lógicas de la verdad. Lo que todo el mundo disfruta es la originalidad de la peripecia, la poesía y el sentimiento inherentes al suceso, la condición estéticamente perfecta de los actores, tal como se admiraba en la espléndida versión cinematográfica protagonizada por Charles Laughton, Tyrone Power y Marlene Dietrich. El recalcar esta soberanía de la «plasticidad» en las novelas de Christie resulta de trascendental importancia. Dorothy L. Sayers anunciaba ya a comienzos de los años treinta que, tarde o temprano, la novela-problema desembocaría en un auténtico callejón sin salida, ya que los lectores aprenderían finalmente todos los «trucos» empleados por lo común dentro del género. La novela policíaca clásica se vería condenada a la desintegración, de seguir en el terreno del enigma y en la empeñada tarea de descubrir quién es el criminal. Muchos años más tarde, en 1958, el Sunday Times empezó a publicar los resultados de una encuesta que parecían confirmar por entero aquellas predicciones. La última novela elegida era ya una clara muestra de cómo los gustos se habían desplazado evidentemente del planteamiento clásico, para acoger un nuevo tipo de trama mucho más cercana a la novela psicológica o social. Con esta ocasión, Edmund Wilson publicó un artículo muy representativo titulado ¿A quién le preocupa saber quién mató a Roger Ackroyd? En él se resumía la evolución del género, señalando concretamente que la novela-enigma había perdido ya todo interés. El proceso analítico y la incógnita del criminal ya no representaban ningún aliciente. Habían caído en la cima de la reiteración y del esquematismo superficial. Desde entonces había de prevalecer la novela en la que abundasen cada vez más los elementos sociales y eminentemente psicológicos. Con todo, a pesar de que el punto crucial de la ruptura se determinaba con la alusión directa a la famosa novela de Agatha Christie El asesinato de Roger Ackroyd, es desde luego evidente que se soslayaba por completo el valor auténtico y decisivo de las obras de Christie. Aun cuando los gustos hubieran evolucionado con respecto a los ingredientes reseñados de la novela clásica, todavía no se había dicho nada de aquella cualidad definitiva que acabamos de destacar en la obra de la genial autora inglesa. La verdad de la pregunta de Edmund Wilson se pondría únicamente de manifiesto si tuviera un tono melancólico. Porque, de hecho, lo que hay que poner de relieve con respecto a las obras de Agatha Christie es la independencia esencial que tiene su valor estético atemporal y objetivo frente a la experiencia humana referente a la evolución de la novela policíaca. La belleza de las situaciones ideadas por ella siempre es por sí misma algo más que una experiencia circunstancial de lo bello. Es siempre más que una sensación subjetiva, más que un juicio subjetivo. A esta cualidad y a este valor auténtico de sus obras hay que conservarlos y defenderlos frente a toda subjetivación y psicologización, tanto del concepto de la novela policíaca como de su experiencia concreta. Quizá los gustos se hayan desplazado ya enteramente del planteamiento clásico. Quizá se acoja con mayor aquiescencia un nuevo tipo de estructura narrativa mucho más cercana a la novela psicológica y social. El proceso analítico y la incógnita del criminal pueden haber perdido su antigua atracción inigualable. Es posible incluso que no se acomoden al gusto de la época los ambientes y los personajes creados por Agatha Christie. El plácido reposo de miss Jane Marple, su fisonomía inmóvil y elegante, parecerán antiguos adornos casi ya olvidados. El ambiente descrito tendrá el aire y el espíritu de algo añejo y circunstancialmente fenecido. Hércules Poirot recordará en sí mismo todos los ingredientes de una sociedad pasada. Son posibilidades todas estas, que podrían ser objeto de discusión, ya que no son ni mucho menos evidentes. Pero la originalidad de la trama, la belleza del acontecimiento, la luz y la sombra que nacen del poder estético de la situación hacen exclamar a quienes conservan su sentido abierto para con la esencia de la obra de arte: «¡Qué extraordinario! Todo es maravillosamente perfecto y un suave espíritu de gravedad se derrama inundándolo todo. Verdaderas obras maestras de arte puro». Desde este punto de vista, la melancolía ha de hablar en la pregunta de Wilson acerca de que la obra maestra en el arte policíaco se escape en su esencia a los hombres de una época. El auténtico lector, no obstante, ha de quedar sintonizado por este tono melancólico y triste, porque sigue conservando su abertura para con la esencia real de las obras magistrales de Christie. De ahí que la melancolía no haya de alcanzar a sumirle en la depresión. Debe permanecer firme en ella, porque sabe que el verdadero arte de una de sus novelas va más allá de cualquier gusto de la época. La belleza de la situación y su enorme plasticidad siguen siendo lo que son, prescindiendo de cómo se responda a la pregunta: ¿A quién le preocupa saber quién mató a Roger Ackroyd? En un sentido estrictamente consecuente, la cualidad decisiva de la estética de la trama lleva consigo un aspecto importante en la cuestión que nos ocupa. El elemento definitivo de la «plasticidad» se relaciona intrínsecamente en el caso de las novelas de Agatha Christie con la teatralidad que poseen en su esencia. El carácter propio de la belleza de la situación apunta no...