E-Book, Spanisch, Band 38, 192 Seiten
Reihe: Universitaria
Zabalza El practicum y las prácticas en empresas
1. Auflage 2023
ISBN: 978-84-277-3078-6
Verlag: Narcea Ediciones
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
En la formación universitaria
E-Book, Spanisch, Band 38, 192 Seiten
Reihe: Universitaria
ISBN: 978-84-277-3078-6
Verlag: Narcea Ediciones
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Miguel Ángel ZABALZA es Catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Santiago de Compostela. Doctor en Psicología y pedagogo, preside la Asociación Iberoamericana de Didáctica Universitaria.
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INTRODUCCIÓN
Si algo ha preocupado a ese inmenso grupo de gente que ha estado discutiendo sobre la universidad y los nuevos retos que como institución ha de asumir en los próximos años (dejando aparte, obviamente, todo lo que se refiere a la financiación), ese algo tiene que ver con su misión formativa. Con la forma en que se ha ido alterando el sentido, los contenidos y los procesos a través de los cuales las instituciones universitarias debían formar a sus estudiantes.
Durante el ultimo decenio se han ido sucediendo grandes debates en torno a las reformas curriculares. De todas ellas se han hecho lecturas tanto positivas como negativas. Al final, culquiera fuera la propuesta, siempre aparecía como una estrategia poco clara y que sometía a la universidad a nuevos e innecesarios riesgos: las nuevas ofertas curriculares como actuaciones orientadas a reforzar una supuesta profesionalización de las carreras que acabaría despojándolas de sus niveles previos de conocimientos y exigencias intelectuales; la incorporación de las TIC vinculada a la consiguiente virtualización y estandarización de los contenidos académicos; la incorporación de las empresas en el mundo de la enseñanza y la aparición de las universidades corporativas como una nueva vuelta de tuerca de apropiación de las instituciones académicas por parte del mercado; los nuevos enfoques sobre las competencias, que de inmediato fueron leidos por sus críticos desde la perspectiva de una progresiva dejación de los componentes conceptuales en favor de las destrezas y aplicaciones prácticas.
En fin, detrás de cada uno de los debates que hemos ido desarrollando en estos últimos años ha aparecido siempre el fantasma del neoliberalismo y las amenazas, vividas por algunos como dramáticas, al sentido y misión formativa de las universidades. Ni siquiera la nueva filosofía impulsada por Bolonia y el EEES han conseguido calmar esa sensación de que algo importante se estaba perdiendo. La idea matriz de retornar a una docencia “centrada en el aprendizaje”, repetida como un karma durante todos estos años, ha resultado insuficiente para calmar las aguas turbulentas de la supuesta mercantilización de la Educación Superior.
La importancia que han ido adquiriendo el Practicum y las Prácticas en Empresas no se ha librado, por supuesto, de la controversia. Visto por algunos como un nuevo indicador de la victoria del pragmatismo conductual sobre la utopía intelectual, ha recibido toda clase de improperios y descalificaciones. Se ha dicho de él que supone una socialización prematura al mundo del empleo; un nuevo modo de confundir el rol de estudiante y el de trabajador; una forma de aportar mano de obra barata a las empresas e instituciones; un nuevo estilo de consorcio amable pero interesado entre universidad y empresas. No ha resultado fácil vincular el PRACTICUM a la formación pese a que el Informe Dearing (1997), que se planteó como el diseño de la actividad de las universidades inglesas para el primer cuarto del s. XXI, ya hablaba de la gran importancia que había que dar a un “active partnerships between Higher Education Institutions and the wordls of industry, commerce and the public service” (p.1).
En la Conferencia Nacional sobre el Practicum celebrada en 1986 en Geelong, Australia, presentaba Zeichner un trabajo sobre el practicum en el que se planteaban algunas dificultades (obstacles) que había encontrado en su experiencia como coordinador del Practicum de sus estudiantes de Educación en la Universidad de Wisconsin-Madison. Las sintetizaba en seis:
- La visión del practicum como un periodo de trabajo como aprendices no mediado ni estructurado, de lo que se extraía la idea de que cuanto más tiempo pasaran los estudiantes con buenos profesionales mejores serían los resultados.
- La carencia de un curriculum explícito para el practicum y la frecuente desconexión entre lo que los estudiantes aprendían en la universidad y lo que aprendían en los centros de prácticas.
- La desigual calidad de los procesos de supervisión del practicum y la falta de preparación de los supervisores tanto los universitarios como los del centro de practicas.
- El bajo estatus de los estudios clínicos dentro de instituciones de educación superior que a menudo ha dado lugar a la falta de recursos para las prácticas y a discrepancias entre la carga de trabajo de los docentes encargados de esta parte clínica y el resto del profesorado de educación.
- La escasa prioridad otorgada al practicum en las escuelas de primaria y secundaria, incluso en aquellas escuelas en las que sus prácticas pedagógicas eran adecuadas y coherentes con las prioridades de formación planteadas en la universidad. Los profesores de las escuelas solían estar más centrados en el aprendizaje de sus alumnos que en ayudar a los estudiantes en prácticas a aprender la práctica profesional.
- La discrepancia entre el rol del profesor como un práctico reflexivo que elabora juicios y toma decisiones sobre diversos aspectos del currículo y la instrucción en contextos definidos, y el rol del profesor como técnico, es decir, alguien que lleva a cabo los dictados del gobierno o de las autoridades académicas de una manera eficiente.
Cuatro años más tarde, el propio Zeichner (1990) volvía sobre los mismos asuntos y se planteaba en qué habían mejorado aquellos obstáculos tomando en consideración las iniciativas de innovación que se habían adoptado durante todos aquellos años. En su opinión, tales innovaciones se habían centrado, sobre todo, en tres tipos de cuestiones: (a) cuestiones de tipo organizativo (duración, ubicación de los espacios de prácticas); (b) cuestiones de tipo curricular (naturaleza de la experiencia: conocimientos, habiliades y disposiciones que se suponía que los estudiantes deberían aprender durante el practicum y tipo de experiencias que facilitaría que lo consiguieran), (c) cuestiones de tipo estructural (los recursos necesarios para realizar el Practicum y las condiciones de todo tipo que lo hacen posible). Obviamente, los tres grandes ámbitos de desarrollo del practicum están interrelacionados, pero la crítica de Zeichner va en la dirección de que faltando recursos, es decir, en ausencia de cambios estructurales; la innovación se refugia en aspectos organizativos y curriculares que resultan ineficientes a largo plazo y con escaso impacto en el proceso global:
“En un momento en que nos enfrentamos a exigencias cada vez mayores con recursos cada vez más escasos, surge la tentación de tratar de “poner los pies en tierra” por así decirlo, y centrarse en los cambios curriculares y organizativos dentro de las estructuras ya existentes (…) Aunque soy consciente de que el cambio estructural por sí solo no necesariamente lleva a cambios en la práctica; los cambios curriculares y organizativos por sí sólos tampoco pueden llevarnos demasiado lejos a la hora de enfrentar los problemas del Practicum. Yo creo que tenemos severas limitaciones para mejorar el practicum sin llevar a cabo algunos cambios estructurales fundamentales” (Zeichner, 1990: 107).
Resulta curioso cómo el planteamiento que Zeichner hace tantos años, sigue siendo válido aún hoy en muchos de nuestro diseños del practicum. Caires y Almeida (2000: 220), desde Portugal, siguen insistiendo en que, pese a la progresiva importancia que el practicum ha ido adquiriendo en la formación universitaria, siguen subsistiendo importantes problemas en su articulación: bajos niveles de estructuración, indefinición del papel de las universidades en la profesionalización de su alumnado, inadecuado acompañamiento y deficiente articulación entre la universidad y el mundo del trabajo.
En una aproximación similar a la de Zeichner, pero 21 años después, yo mismo volvía sobre algunos de esos puntos débiles en el diseño del practicum (Zabalza, 2011). Desarrollando un análisis en torno al “estado del arte” acababa señalando algunas de las características que, desde mi punto de vista, presentaban los programas de prácticas en nuestras universidades:
- La falta de una fundamentación teórica clara de los proyectos de prácticas que permita darle al practicum una orientación y un sentido formativo coherente con los planteamientos que lo soportan.
- La predominancia de los aspectos organizativos sobre los curriculares que se manifiesta en algunos de los puntos débiles de buena parte de los proyectos de prácticas: (a) escasa atención a los contenidos de aprendizaje; (b) sistemas de evaluación superficiales; (c) sistemas de supervisión y tutoría marginales en el proceso y muy heterogéneos en su enfoque; (d) falta de integración curricular del practicum con el resto de las materias de la carrera.
- Protocolos de...




