E-Book, Spanisch, 60 Seiten
Reihe: Cuadernos Bíblicos
Wénin Abrahán
1. Auflage 2017
ISBN: 978-84-9073-375-2
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
(Génesis 11,27-25,10) Una guía de lectura. Cuaderno Bíblico 179
E-Book, Spanisch, 60 Seiten
Reihe: Cuadernos Bíblicos
ISBN: 978-84-9073-375-2
Verlag: Editorial Verbo Divino
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¿Cuál es el hilo conductor en la historia de Abrahán? Respuesta: la evolución del personaje. Abrahán es elegido, llamado y acompañado por YHWH. Abrahán comete errores y lleva a cabo actos sublimes. Por eso es ejemplar. La lectura que proponemos sigue el texto paso a paso, tal y como ha llegado hasta nosotros. Abrahán es quizá el primer ejemplo de creyente que acepta perder todo y que, paradójicamente, gana todo, para felicidad suya y de la humanidad.
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Introducción
Comparado con el resto de la historia de los patriarcas en el libro del Génesis, el «ciclo de Abrahán» es, aparentemente, el menos unificado. El relato de Jacob está estructurado por sus desplazamientos: de Canaán a Aram (Gn 28) y retorno (Gn 31–32), y, después, el viaje a Egipto (Gn 46,1–47,12). Su coherencia interna se teje sobre todo gracias a tres tramas narrativas, dos de las cuales se entreveran. El primer gran viaje se inscribe en el contexto de las complicadas relaciones de Jacob con su hermano Esaú, y proporciona, a su vez, un marco también muy turbulento con su suegro Labán. En el contexto de estas dos relaciones que, por lo demás, no carecen de analogía, él obtiene fraudulentamente la bendición, que se concreta posteriormente en una familia numerosa y en rebaños abundantes, antes de compartirlos con Esaú al volver a Canaán (33,10-11). Después, las relaciones cada vez más complicadas entre Jacob y sus hijos toman el relevo y proporcionan el marco de la bajada del clan a Egipto, una de las principales peripecias de la historia de José. Esta, vinculada así a la gesta de Jacob, está aún más unificada, ya que las aventuras de José en Egipto (Gn 39–41; 46,13-27; 50,1-14) son el trasfondo de una intriga que relata la evolución de las relaciones en la familia de Jacob, desde la crisis inicial (Gn 37) a su resolución final (Gn 50,15-26)2. La historia de Abrahán, ¿un patchwork?
Con relación a esta saga, la historia de Abrahán está mucho más descosida. Para numerosos exégetas, está compuesta de episodios cuya mayor parte son independientes unos de otros. Las numerosas repeticiones en el ciclo lo delatarían: dos veces entrega Abrahán a Sara a un rey extranjero; Dios hace con él dos alianzas; Agar deambula dos veces por el desierto; el nacimiento de Isaac es anunciado en dos escenas que tienen muchos puntos en común; los dos hijos de Abrahán son sucesivamente salvados de una muerte inevitable, etc. El vínculo entre estos episodios es más bien tenue. Se trata de las dos promesas que Dios repite a Abrahán con regularidad, la relativa a una tierra y la relativa a una descendencia numerosa, promesas que llegarán a estar lejos de cumplirse en el momento de su muerte. Esta perspectiva sobre de la historia de Abrahán es habitual. Procede del estudio histórico de Gn 12–25. Atenta a las repeticiones, pero también a las tensiones, a las contradicciones y a otras incoherencias del texto, la considera un patchwork. Al resaltar las torpezas de los cosidos que unen las piezas entre sí, examina individualmente cada una de ellas, intenta reagruparlas y busca comprender cómo se han dispuesto y cosido, con el objetivo de reconstruir en lo posible la historia del texto. Este trabajo debe hacerse y no faltan actualmente autores que se entregan con pasión y competencia: sus trabajos son valiosos y útiles (véase recuadro «Formación del ciclo de Abrahán»). Formación del ciclo de Abrahán
Los exégetas admiten actualmente que el Abrahán bíblico es un personaje de leyenda y que querer encontrar un personaje histórico a partir de los textos de los que disponemos es una empresa condenada al fracaso. Las primeras huellas fechables del personaje se remontan como mucho al exilio en Babilonia: Ez 33,24 e Is 51,2 aluden a él como un antepasado de Israel, vinculado a la posesión de la tierra y a una descendencia numerosa. Esto nos permite imaginar que, por esta época, existía una primera historia de Abrahán basada, sin duda, en tradiciones preexílicas. Pero resulta difícil decir algo más. No cabe duda de que la historia de la composición del ciclo de Abrahán en el Génesis es compleja. En su curso en el Collège de France (2008-2010), Thomas Römer formulaba la siguiente hipótesis que presentamos como ejemplo3: En los siglos VIII y VII a.C., en la región de Hebrón circulaban algunas historias sobre un rico propietario de ganado menor llamado Abrahán. Estas historias se reunieron en la época babilónica (mediados del siglo VI). Abrahán es un personaje de Canaán al que recurren los judeos que no habían sido exiliados para justificar su derecho a la tierra. El documento está formado por una primera versión compuesta por 12,10-12; 13; 16; 18,1-6; 19 y 21. La mayor parte de estos relatos fueron retocados posteriormente. A comienzos de la época persa (538-333), los sacerdotes componen la historia de los orígenes del mundo y de Israel, que incluye una historia de Abrahán centrada en la alianza de la circuncisión (Gn 17), el nacimiento de Isaac (Gn 21,1-5) y la compra de un campo en Macpelá (Gn 23). El personaje tiene un origen mesopotámico y se convierte en el símbolo de los que regresan del exilio babilónico. Aquel que Römer llamada el «redactor universalista» combina los textos existentes en un solo documento e introduce modificaciones. Abrahán es un verdadero creyente, un modelo de obediencia: parte sin dudar cuando lo llama Dios (Gn 12,1-4) y se muestra dispuesto a sacrificar a su único hijo (Gn 22). También es llamado a enseñar la Ley (Gn 18,17-33). Se pone en paralelo con Jacob (mismo itinerario en Gn 12 y 13). La composición puede fecharse en época persa. Otros textos más tardíos (Gn 14; 24) acabarán añadiéndose a este documento, sin duda todavía en la época persa. El más reciente de ellos es el capítulo 15, donde encontramos una especie de resumen de toda la Torá. Quizá forma parte de una redacción final. Sin embargo, puede suceder que un patchwork bien hecho sea una obra armoniosa agradable a la vista. Para verla hay que tomar perspectiva y darse tiempo para considerar el conjunto, dejar que los motivos y los matices se respondan, adivinar los diálogos que permiten los contrastes, y dejarse sorprender por los improbables ecos ricos de sentido. Una unidad puede entonces aclararse poco a poco, fruto a la vez de la obra y de aquel que la contempla con una mirada desconcertada pero benévola inicialmente, intrigada después, sorprendida, a continuación, y quizá incluso maravillada. Tal es la historia de Abrahán, a mi vista. Ver esta historia de esta manera supone, evidentemente, que aceptemos dejar de lado el paradigma histórico, para dar su oportunidad al texto que nos ha legado la tradición judía, y que tomemos una suficiente perspectiva para considerar el conjunto del relato que se nos cuenta. Esto es lo que quisiera intentar en las páginas que siguen, a saber, mostrar la coherencia de este largo relato, más allá de su carácter heterogéneo, por otra parte, evidente, que no pretendemos negar y que nos recuerdan las variaciones de lenguaje, a veces muy claras, que existen entre un episodio y otro. Un hilo conductor
Si el hilo conductor de la historia de Abrahán es poco visible, ¿no se debe a que «salta a la vista»? Desde el comienzo, cuando Abram recibe la orden de dejar «la casa de su padre» (Gn 12,1), hasta el final, cuando el padre en que se ha convertido es invitado a renunciar a su hijo (22,1-2), YHWH4 no deja de acompañarlo paso a paso, con el objetivo de llevar a cabo para él lo anunciado al principio: «quiero hacer de ti una gran nación, bendecirte y engrandecer tu nombre» (12,2a). A lo largo de la aventura, en efecto, YHWH interviene. Mediante órdenes e instrucciones, anuncios y promesas, acciones y diálogos —pero también a merced de resistencias y frenos de todo tipo—, lleva a Abrahán a renuncias sucesivas, de manera que la codicia y el deseo de control no constituyan un obstáculo para la bendición prometida y de la que él ha aceptado, de entrada, actuar de intermediario para «todos los clanes de la tierra» (12,3b). De esta manera, este relato consigue su coherencia no de una crisis o de un problema que debe resolverse, sino de la relación que Dios teje pacientemente con Abrahán y de la evolución que este experimenta en este contexto hasta la confirmación definitiva de la bendición (22,16-18) y de su realización, atestiguada en 24,1: «Abrahán era un anciano muy entrado en años, y el Señor le había bendecido en todo» (véase también 24,35-36a). La organización del relato:
propuesta
Cuando el hilo conductor de un relato es poco visible, su estructura no aparece con claridad. Tal es el caso del relato de Abrahán. Podrían proponerse varias organizaciones. La que sugerimos aquí se basa en una repetición observable por todo el relato. A intervalos regulares, en efecto, se constata el regreso a escena del personaje de Sara en los episodios que relatan una crisis o al menos constituyen un momento delicado en la relación entre ella y Abrahán. Estos pasajes son, además, la ocasión de progresos significativos para el patriarca, en su mayor parte gracias a las intervenciones divinas. 1. La esterilidad de Saray (11,29-30) constituye el trasfondo de la llamada que YHWH hace a Abram a partir para convertirse en «una gran nación» (12,1-3). Es una especie de prólogo. 2. Una primera gran crisis acontece en Egipto, donde Abram entrega su mujer al faraón y donde YHWH interviene para sacarlos del callejón sin salida (12,10-20). 3. Otro momento delicado: Saray pide a Abrahán que se una a Agar para que le dé un hijo (16,1-6); en este caso también, la acción de YHWH, primero con relación a Agar (16,7-14), y, después, con relación a Abrahán (17), se muestra determinante. 4....