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E-Book, Spanisch, 188 Seiten

Wember Trimembración

Una introducción actualizada y fácilmente comprensible de los hallazgos de Rudolf Steiner sobre una organización sana de la sociedad mundial
1. Auflage 2025
ISBN: 978-3-943731-72-9
Verlag: Stratosverlag
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark

Una introducción actualizada y fácilmente comprensible de los hallazgos de Rudolf Steiner sobre una organización sana de la sociedad mundial

E-Book, Spanisch, 188 Seiten

ISBN: 978-3-943731-72-9
Verlag: Stratosverlag
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark



¿Por qué ahora este libro? Responderé rápidamente. Primero, a causa de los acontecimientos actuales y para poderlos entender y reaccionar metódicamente. Con los tumultuosos acontecimientos actuales, pandemia, guerra, hambre, sucede como con las poderosas olas del mar. No basta con buscar la causa de una ola entrante en una ola precedente. Las causas de las grandes olas encrespadas se encuentran afuera, en las profundidades del mar. Segundo. Un buen árbol traerá buenos frutos. Si los frutos son malos, normalmente no será por culpa del árbol, sino de los factores que lo han dañado. Los malos frutos son síntomas. Ir en contra de los síntomas nos ayudará bien poco. Las causas reales son mucho más profundas. Eso ya lo cuenta la sabiduría de los cuentos de hadas. ¿Por qué la fuente de la que manaba vino está seca? «¡Ah, si lo supieran!» contestó el diablo que tenía algo que ver con el daño. «Hay un sapo en la fuente debajo de una piedra, no tienen más que matarlo y volverá a manar vino». ¿Por qué razón el árbol que tenía manzanas de oro, ahora no tiene ni follaje? «¡Ah, si lo supieran! Un ratón roe las raíces, no tienen más que matarlo y el árbol volverá a producir manzanas de oro, pero si continúa royéndolas el árbol acabará secándose por completo» ¿Por qué razón el barquero siempre tiene que estar pasando el río sin que nadie lo reemplace? «¡Ah, el muy zoquete! No tiene más que poner el remo en la mano del primero que va a pasar el río y quedará libre». Con ello estará esbozado el itinerario del presente libro. Se trata de identificar los sapos que atascan la fuente. Se trata de encontrar los ratones que roen las raíces del árbol y quitarlos de ahí. Se trata de que el barquero no siga siendo zoquete. Hace cien años, Rudolf Steiner (1861-1925), fundador de la antroposofía, ya realizó este trabajo. Él identificó el sapo, el ratón y la necedad del barquero, y mostró lo que se había de hacer. El libro presente no quiere otra cosa que mostrar con los acontecimientos actuales sus hallazgos más importantes y traducirlos al lenguaje actual. El presente libro está dirigido a personas cuya curiosidad por conocer sea mayor que el deseo inconsciente de ver afirmadas sus propias opiniones. Está dirigido a quien no le molesten las ideas desacostumbradas, y a quien no vaya por la vida con prejuicios fijos sobre Rudolf Steiner. Esos prejuicios son innumerables. He aquí una pequeña selección.

Valentin Wember, PhD, fue maestro Waldorf durante décadas por convicción y entusiasmo. Desde 2012, ha trabajado en casi todos los continentes en la formación de docentes y como asesor escolar. Ha publicado numerosos libros sobre pedagogía, temas sociopolíticos y la historia contemporánea.

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A. Consideraciones preliminares
1 Siete preguntas
1. Alimentación y enfermedades La ingratitud es una mala costumbre. Empecemos por ello con uno de los éxitos más grandes que la humanidad se puede atribuir: la cantidad de la población mundial insuficientemente alimentada se ha reducido a la mitad en los últimos cincuenta años. En 1970 el 28 por ciento de la población mundial estaba subalimentada. En el año 2015 sólo era todavía un 11 por ciento.[3] Es un éxito que todavía se conoce bien poco. No obstante, no debería considerarse de modo aislado, pues, por otro lado, frente a los 800 millones de personas subalimentadas están de modo grotesco 1,9 miles de millones de adultos con exceso de peso u obesos. (en 2018)[4]. En algunos países eso está adquiriendo proporciones dramáticas: el 43 por ciento de los niños de EE.UU. tienen exceso de peso. Exactamente: el 30 por ciento de esos niños no tienen un poco de exceso de peso, sino un peso más que excesivo con un índice de masa corporal (IMC) mayor de 30. Y aún más: en los países líderes del mundo occidental el 50 por ciento de la población adulta sufre enfermedades crónicas. Entre ellas hay enfermedades cardíacas, hipertensión arterial, cáncer, enfermedades autoinmunitarias, y eso en los países con el mayor poder económico mundial. Uno debería esperar que los EE.UU. por su poder económico fueran un paraíso de la salud. Pero es todo lo contrario. La mitad de los norteamericanos adultos es también anímicamente tan inestable que ha de tomar medicamentos con los que se pueda estabilizar su estado anímico.[5] El aumento de exceso de peso está relacionado con un crecimiento masivo de las enfermedades y de los fallecimientos: en el año 2000 murieron de diabetes en todo el planeta 900.000 personas, y en el año 2019 ya fueron 1,4 millones. Las enfermedades cardíacas y los ataques de apoplejía fueron en 2019 los más frecuentes en todo el mundo y causaron 15 millones de defunciones. En el año 2000 eran sólo 12 millones. En comparación, en el año 2019 el número mundial de muertos de guerra fue de 54.000.[6] Si sumamos 7,7 millones de fumadores que murieron a causa de fumar, por cada muerto de guerra le tocan 420 muertos por enfermedades de la civilización. La habitual locura anual de la salud arruinada es cuatrocientas veces más mortal que todas las guerras. Eso se silencia dirigiendo la atención a las guerras. Cada guerra es terrible y el morir en la guerra es atroz, indecente y brutal. Pero las consecuencias de las guerras se empeoran cuando se desvía la atención a las guerras militares en lugar de a la guerra 400 veces más mortal que nuestra civilización lleva contra nosotros mismos. Mundialmente todavía muere de hambre cuatro veces más gente que con la guerra. El hecho positivo de la reducción mundial de la subalimentación no debería cegarnos para no ver que paralelamente hay un desarrollo contrario devastador. Detrás de los hechos mencionados se oculta como causa principal, entre otros, el factor estrés,[7],[8] producido por nuestras condiciones de vida. Hay millones de personas que tienen la sensación de no tener ningún control de su vida. Se sienten expuestos a factores anónimos. No tienen ninguna influencia en las instancias que determinan su vida laboral y, por ello, viven en una inseguridad existencial. A razón de esto, el médico canadiense Dr. Gabor Maté dijo que las condiciones de vida del mundo occidental son tóxicas.[9] Pregunta 1 ¿Qué es lo que falla en las sociedades modernas para que sean patógenas y 400 veces más mortales que la guerra? ¿Cuáles son las causas sistémicas? 2. Trabajo forzado y trabajo basura Uno de los logros más satisfactorios de los últimos siglos ha sido la reducción del trabajo forzado. Alrededor del año 1800 era legal en casi todos los países o incluso lo practicaba el mismo Estado. Hoy está internacionalmente proscrito, un avance importante.[10] Por otro lado, este logro no debe hacernos olvidar que según la apreciación de la Organización Internacional del Trabajo “con el trabajo forzado todavía se generan anualmente 150 miles de millones de dólares. Se supone que 21 millones de hombres, mujeres y niños son cautivos del trabajo forzado como ‘esclavos modernos’, es decir, aproximadamente las poblaciones de Australia y de Nueva Zelanda juntas”. La mayoría de ellos –casi 19 millones– son explotados por la economía privada, principalmente empresas”.[11] “La mayoría de los esclavos modernos no trabajan en fábricas certificadas de los productores de marcas, sino en las minas, en los campos y en las plantaciones de la globalización. Allí se producen las materias primas”.[12] Los modernos esclavos de las minas de las que se extraen tierras raras para teléfonos móviles y baterías modernas constituyen solamente una parte del mundo laboral actual. De modo grotesco existe también lo contrario. En el año 2018, David Graeber, profesor de economía en la London School of Economics publicó su libro “Bullshit Jobs: The Rise of Pointless Work, and What We Can Do”.[13] “Bullshit Jobs”, o trabajos basura, son a diferencia de los “Shit Jobs”, o trabajos de mierda, trabajos completamente inútiles y faltos de sentido. Los trabajos de mierda son trabajos penosos muy mal pagados, pero que tienen un sentido, como producir algo, limpiar o hacer trabajos de reparación. El trabajo infantil en una mina del Congo es un trabajo de mierda brutal y contra los derechos humanos. En comparación, los trabajos basura, aunque sean pagados como es debido, carecen totalmente de sentido. Graeber define un trabajo basura como sigue: “Es un trabajo cuya existencia no puede justificar ni siquiera la persona que lo realiza”. Un ejemplo son los recepcionistas de despachos en los que nunca viene nadie a una cita o a los que casi nunca nadie llama. El recepcionista –según Graeber– está ahí únicamente para que el jefe se sienta mejor. Un trabajo basura lo tienen abogados de empresas que los emplean porque la competencia también los tiene. Un trabajo basura lo tienen los “marcadores de casillas” que con papeleo tienen que simular que tienen una tarea. Y, finalmente, hay los trabajos basura de los repartidores de tareas que gestionan a personas que no tienen por qué ser gestionadas. Pero lo más chocante es esto: según el profesor Graeber, el cuarenta por ciento de las personas entre 15 y 50 años encuestadas afirmaron que no importaba a quien se le daba su trabajo. Es decir que consideran su trabajo innecesario. Y aún más: el Gallup Engagement Index señaló en 2021 que el 68 por ciento de los empleados en Alemania sólo realizan su trabajo siguiendo celosamente las normas.[14] Al trabajo falto de sentido y al trabajo monótono-resignado se le añade además el desempleo. Un aumento de un 1 por ciento del desempleo produce un aumento de un 5 por ciento de las hospitalizaciones por motivos psicológicos.[15] A quien le esté permitido tener un trabajo con sentido, esas dimensiones y el sufrimiento que conllevan le serán inimaginables. El ser humano tiene una predisposición a ser creativo. Si eso se le impide, se le quita su dignidad humana en una medida mucho peor que en el fenómeno del trabajo enajenado que Karl Marx analizó en sus primeros escritos.[16] No es de extrañar que los líderes económicos y políticos del mundo se pregunten si no hay demasiada gente superflua en el planeta, y cómo podría resolverse el problema. Pregunta 2 ¿Qué está fallando cuando hay tantas formas de trabajo tan escandalosas? ¿Cuáles son las causas sistémicas? ¿Dónde están las raíces más profundas? 3. Pobreza y riqueza El médico sueco Hans Rosling, cooperante voluntario y autor del bestseller global “Factfulness” constató en numerosas aportaciones un desarrollo positivo de los ingresos mundiales.[17] Rosling distinguió entre cuatro niveles de ingresos: cerca de mil millones de personas viven en el nivel 1. Estas ingresan menos de dos dólares diarios. En el nivel 2 se encuentra la mayoría de la población mundial, unos tres mil millones de personas. Estas ingresan menos de ocho dólares diarios. Otros dos mil millones de personas viven en el nivel 3 con unos ingresos entre 8 y 32 dólares diarios. En el nivel 4 (más de 32 dólares diarios) viven mil millones de personas. Si se toma esa distribución que Hans Rosling hizo por buenas razones,[18] con todo el derecho del mundo se podrá afirmar que la mayor parte de la población mundial (cinco de siete miles de millones) se encuentra en los niveles medios (2 y 3). Según Rosling, ahí se refleja un desarrollo...



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