E-Book, Spanisch, 1440 Seiten
Reihe: Ensayo
Trotski / Nin / Ayllón Historia de la Revolución rusa
1. Auflage 2020
ISBN: 978-84-121913-9-4
Verlag: Capitán Swing Libros
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
E-Book, Spanisch, 1440 Seiten
Reihe: Ensayo
ISBN: 978-84-121913-9-4
Verlag: Capitán Swing Libros
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
León Trotski. Detenido varias veces y desterrado a Siberia, tras huir y recorrer medio mundo, se trasladó a Rusia cuando estalló la revolución de febrero de 1917 que derrocó a Nicolás II. Trabajó al servicio del Partido Bolchevique y fue elegido presidente del Sóviet de Petrogrado, desempeñando un papel central en la conquista del poder por Lenin. Tras la muerte de Lenin en 1924, Stalin, con fuertes apoyos en el aparato del partido, lo desterró del país. Trotski continuó defendiendo sus ideas desde el exilio hasta su asesinato en 1940 por orden de Stalin.
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Nota sobre el autor
Max Eastman
Esta es la primera vez que un hombre que ha jugado un papel principal en un gran acontecimiento ha escrito una historia científica del mismo. Es la primera vez que una revolución es rememorada y explicada por uno de sus dirigentes. Dado que el autor ha optado por escribir el libro de manera objetiva, hablando de sí mismo en tercera persona y no explayándose sobre sus propios actos o experiencias excepto cuando otros dejan constancia de ellos, parece oportuno ofrecer al lector algunos atisbos preliminares de su figura y del papel que ha desempeñado.
En las Obras completas de Lenin, la primera gran empresa editorial acometida por el Gobierno de la Rusia soviética tras la revolución, se incluía un breve apunte biográfico de todos los revolucionarios importantes mencionados por Lenin. Este glosario fue preparado por los historiadores oficiales del partido bolchevique bajo la dirección editorial de Kámenev, uno de los miembros destacados del Comité Central. El epígrafe dedicado a León Trotski reza como sigue:
«L. D. Trotski nació en 1881 [1879, n. del e.]. Tras organizar círculos de trabajadores en Nikolaev, fue desterrado a Siberia en 1898, de donde escapó pronto y marchó al extranjero, colaborando con Iskra [el periódico editado por Lenin y otros en Londres, n. del e.]. Asistió al II Congreso del partido como delegado de la Unión Siberiana. Después de la escisión del partido, se unió a los mencheviques. Antes de la revolución de 1905, presentó su propia y singular teoría, hoy especialmente célebre, de la revolución permanente, en la que afirmaba que la revolución de 1905 se convertiría directamente en una revolución socialista y sería la primera de una serie de revoluciones nacionales. Defendió su teoría en el periódico Nachalo, órgano principal de la facción menchevique, que se publicó en Petersburgo de noviembre a diciembre de 1905. Tras la detención de Khrystalev-Nosar, Trotski fue elegido presidente del primer Soviet de diputados obreros de Petersburgo. Detenido junto con su comité ejecutivo el 3 de diciembre de ese mismo año, y desterrado a perpetuidad a la colonia penitenciaria de Obdersk, se escapó mientras era trasladado allí y huyó al extranjero. Trotski eligió Viena como lugar de residencia y allí editó un popular periódico obrero, Pravda, para su distribución en Rusia. Rompió con los mencheviques e intentó fundar un grupo ajeno al partido […]. Desde el comienzo de la guerra imperialista adoptó una postura claramente internacionalista, participando en la publicación de Nache Slovo en París y adhiriéndose al programa de Zimmerwald. Expulsado de Francia, marchó a los Estados Unidos. Al regresar de allí tras la revolución de Febrero fue detenido por los británicos y liberado solo a petición del Gobierno provisional, que procedió forzado por el soviet de Petersburgo. En Petersburgo se unió a la organización de los mezhrayontsi, junto a los cuales ingresó en el partido bolchevique en el VI Congreso, celebrado en julio de 1917 en Petersburgo. Tras las jornadas de julio fue detenido por el Gobierno de Kerenski y acusado de «dirigir una insurrección», pero fue puesto rápidamente en libertad, ante la insistencia del proletariado de la ciudad. Después de que el soviet de Petersburgo se declarase bolchevique fue elegido su presidente y en calidad de tal organizó y lideró la insurrección del 25 de octubre. Ha sido miembro permanente del Comité central del Partido Comunista ruso desde 1917 y miembro del Soviet de comisarios del pueblo, como comisario del pueblo de Asuntos Exteriores, hasta la firma del tratado de Brest-Litovsk, y a continuación como comisario del pueblo de Guerra».
En este breve esbozo, los tres momentos culminantes de la vida de Trotski quedan indicados cuando se dice que se convirtió en presidente del soviet de Petersburgo en 1905, esto es, en líder —en la medida en que lo hubiera— de la primera revolución rusa; que «organizó y lideró la insurrección de octubre de 1917», lo que significa que bajo el liderazgo político de Lenin, estando el propio Lenin escondido, se puso al mando de las fuerzas en la revolución bolchevique, sobre la cual gira en esencia este libro; y cuando se dice que se convirtió en comisario del pueblo de Guerra en el Gobierno soviético, lo que significa que organizó la defensa de la recién creada República de trabajadores, creando el Ejército Rojo y dirigiendo una guerra contra las fuerzas contrarrevolucionarias, que contaban con las municiones y los suministros de todas las grandes potencias del mundo; una guerra que se libró en catorce frentes distintos, con una línea de combate de más de 11.000 kilómetros de longitud, y que se ganó bajo su dirección. El grado de independencia de que gozaba Trotski como comandante supremo durante esta guerra civil se pone de manifiesto en el hecho de que Lenin, jefe del partido bolchevique y del Gobierno, le dio un papel en blanco que respaldaba con su firma cualquier orden o consigna que Trotski considerase oportuno escribir encima de la misma.
Un comentario sobre cada uno de estos tres momentos culminantes en la vida de Trotski a cargo de aquellos en condiciones de juzgar será de más utilidad que nada de lo que podamos decir nosotros. Lunacharski, otro eminente bolchevique, que llegó a ser comisario de Educación en el primer Gobierno soviético, escribió lo siguiente sobre la labor de Trotski en la revolución de 1905: «La popularidad de Trotski entre el proletariado de Petersburgo en el momento de su detención era enorme, y aun creció de resultas de su conducta, extraordinariamente pintoresca y heroica, ante el tribunal. Debo decir que, de todos los dirigentes socialdemócratas de 1905 y 1906, fue él el que, pese a su juventud, demostró ser el mejor preparado; menos que cualesquiera de ellos portaba él la huella de cierta estrechez de miras, propia del emigrante, que, como ya he señalado, afectaba por aquella época incluso a Lenin; más que ningún otro se daba cuenta de lo que significa una lucha a gran escala por la soberanía. Y salió de la revolución habiendo ganado una grandísima popularidad, cuando ni la de Lenin ni la de Mártov habían mejorado sustancialmente; Plejánov perdió buena parte de la suya a causa de sus tendencias semikadetistas. Desde aquel momento, Trotski se mantuvo en un primer plano […]».
Este relato pone de manifiesto cuán absurda es esa leyenda de periódico según la cual Trotski pasó de ocupar un oscuro puesto de sastre en el Bronx a liderar la Revolución rusa. Trotski vino a Nueva York, después de haber estado exiliado en Suiza, Francia y España, como peligroso agitador contra la guerra imperialista; fue recibido aquí por la población de trabajadores eslavos como el héroe de su reciente revolución, como líder seguro de la revolución venidera. Intervino en mítines abarrotados por las masas, uno de ellos, que muchos norteamericanos aún recuerdan, en el hipódromo, y se ganó la vida como editor del diario revolucionario ruso Novy Mir.
En cuanto al segundo gran hito de la vida de Trotski, la organización y dirección de la insurrección de octubre de 1917, apenas hay que comentar nada, pues el mundo entero conoce los hechos. No obstante, al lector le resultará de interés el siguiente homenaje al liderazgo de Trotski de parte de quien posteriormente se convertiría en su más encarnizado enemigo político. Escribiendo sobre «El papel de los más eminentes dirigentes del partido», Josef Stalin confirmaba la versión oficial sobre el papel desempeñado por Trotski en octubre con las siguientes palabras: «Todo el trabajo de organización práctica de la insurrección se llevó a cabo bajo la dirección inmediata del presidente del soviet de Petrogrado, el camarada Trotski. Puede decirse con seguridad que la adhesión de la guarnición al soviet y la audaz ejecución del trabajo del Comité Militar Revolucionario, el partido se los debe, en primer lugar y sobre todo, al camarada Trotski».
El tercer gran logro de la vida de Trotski, la organización y dirección del Ejército Rojo durante la guerra civil, es igualmente tan conocido que no requiere comentario. Hay, no obstante, un pasaje de las memorias de Máximo Gorki en el que rememora el homenaje que el propio Lenin dispensó a los logros de Trotski en el campo militar. En una conversación entre Gorki y Lenin surgió la cuestión de ciertas supuestas desavenencias entre este y Trotski, y Lenin exclamó: «¡A mí me parece que mienten mucho, que mienten como bellacos con respecto a Trotski y a mí!». Y a continuación, golpeando con el puño en la mesa: «¡Muéstreme a otro hombre capaz de organizar un ejército casi ejemplar en apenas un año!».
Creemos que la presente obra, la Historia de la Revolución rusa, encontrará su lugar en la crónica de la vida de Trotski, con su arrojo juvenil en la revolución de 1905, la organización y dirección de la insurrección de octubre, la creación y el victorioso mando del Ejército Rojo como algunos de los logros supremos de esta mente y voluntad polifacéticas e influyentes.
En este libro, Trotski ha ofrecido esbozos de la personalidad de otros hombres importantes de la Revolución rusa, pero, lógicamente, ha omitido dar un esbozo de sí mismo. Para suplir esta carencia ofrecemos al lector algunos extractos adicionales del estudio de Trotski que escribiera A. V. Lunacharski, el comisario soviético de Educación, el mismo estudio del que ya hemos citado algunos párrafos. Se publicó en Moscú en 1923 en un pequeño volumen titulado...




