E-Book, Spanisch, 256 Seiten
Reihe: ENSAYO
Santiago Muiño / Tejero Franco ¿Qué hacer en caso de incendio?
1. Auflage 2019
ISBN: 978-84-120300-5-1
Verlag: Capitán Swing Libros
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
E-Book, Spanisch, 256 Seiten
Reihe: ENSAYO
ISBN: 978-84-120300-5-1
Verlag: Capitán Swing Libros
Format: EPUB
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Es doctor en Antropología y forma parte del Grupo de Investigación Transdisciplinar sobre Transiciones Socioecológicas de la Universidad Autónoma de Madrid. Ha sido docente del Departamento de Antropología Social de la UAM y miembro del claustro del Programa de Estudios Independientes del Macba de Barcelona. Autor de los libros No es una estafa, es una crisis de civilización (2015), Opción Cero, el reverdecimiento forzoso de la Revolución cubana (2017) y Rutas sin mapa (2016). Es activista ecologista y miembro fundador del colectivo Instituto de Transición Rompe el Círculo.
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Ocasio-Cortez feat. Gramsci
Íñigo Errejón
Según la comunidad científica, 1980 fue el primer año en el que el desarrollo industrial superó la capacidad de carga de la Tierra; esto significa que aquel año la humanidad comenzó a consumir recursos naturales a un ritmo superior al que la Tierra podía regenerarlos. Desde entonces esta tendencia se ha ido acelerando e intensificando hasta que hoy los cálculos más prudentes indican que nuestro consumo de recursos no renovables nos haría necesitar un planeta y medio (muchos más que esto si se generalizasen las pautas de vida y consumo de norteamericanos o europeos). Además, nuestro impacto sobre el planeta, principalmente en forma de cambio climático por el aumento de emisiones de gases de efecto invernadero, se aproxima a cotas irreversibles que comprometerán la vida tal y como la conocemos en la Tierra, y que están actuando ya como multiplicadores de la desigualdad y de conflictos sociales y geopolíticos: a medida que destruimos el medio ambiente y los recursos comienzan a escasear, se tensan las costuras de la convivencia y la estabilidad y se afilan las tendencias del «sálvese quien pueda» y del autoritarismo para el disfrute cada vez más excluyente de recursos menguantes. La destrucción del planeta, por tanto, no es algo que deba preocupar solamente a los amantes de los animales y del paisaje: es una cuestión directamente política, la principal amenaza que se cierne sobre nuestras democracias y sobre el ideal de tener sociedades lo más justas y libres posible.
Por decirlo de forma clara: le hemos declarado una guerra a la naturaleza, por lo tanto, a nosotros mismos, y es una guerra que solo podemos perder. Es urgente ponerle fin a esa guerra y cambiar el modo de relacionarnos como sociedad y con la naturaleza. No hay dudas en la comunidad científica sobre ello y es una idea que cada vez se abre mayor paso como consenso social transversal: la disyuntiva no es si queremos afrontar o no la transición ecológica, sino cuál va a ser su sentido y su orientación. Si vamos a ser capaces de anticiparnos, prever y gobernarla para que sea socialmente justa y sostenible, o si, por el contrario, va a sobrevenir como un conjunto de sucesos y catástrofes que impactan sobre un mundo cada vez más violento, más injusto y menos habitable. La crisis ecológica no es, por tanto, solo una cuestión medioambiental, tampoco es un problema tecnológico, sino ante todo un problema político, de primer orden, porque nos interpela como especie y atañe a nuestra calidad de vida, a nuestra supervivencia y la de las generaciones que vendrán después de nosotros. Aunque aún tímidamente en España, la crisis ecológica, el cambio climático y la necesidad de transición hacia economías y sociedades más sostenibles, se va abriendo paso en países de nuestro entorno y especialmente entre los más jóvenes. Aun así, se presenta todavía como una cuestión «temática», un apartado específico en los programas electorales o una declaración de buenas intenciones. Cuando en realidad estamos más, como defienden los autores, ante una gran oportunidad para la política emancipadora siempre que seamos capaces de convertir lo social y ecológicamente necesario, lo científicamente necesario, en políticamente posible.
Este libro debe ser leído como una propuesta concreta, atrevida y contundente, para convertir la transición ecológica en la dimensión central de un proyecto político radicalmente democrático y popular.
Con su incorporación al discurso de los sectores más avanzados del Partido Demócrata norteamericano y su popularización por parte de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez —convertida en un verdadero liderazgo de masas de la nueva izquierda en Estados Unidos— el Green New Deal se ha ido haciendo un hueco incluso en la conversación política española. En Qué hacer en caso de incendio: un manifiesto por el Green New Deal, Héctor Tejero y Emilio Santiago, autores de larga trayectoria de compromiso activista e intelectual en el ecologismo, hacen la primera reivindicación aplicada del Green New Deal, no para un uso propagandístico, sino como horizonte de una política transformadora y posible hoy, aquí y ahora, en la España de 2019.
Aunque seguramente ellos no llegarían tan lejos, este libro es un manual de instrucciones para un Green New Deal español: por qué es necesario y qué ocurriría en caso de no ponerlo en marcha; en qué consiste; y por qué y cómo es posible desplegarlo políticamente no en un escenario real con condiciones idóneas, sino en el escenario presente, con la difícil correlación de fuerzas actual, haciéndose cargo de todas las limitaciones de la política, pero sin renunciar a los cambios más ambiciosos. Es de agradecer que este libro haya decidido recorrer el peligroso territorio anfibio entre la teoría y la política pública: ni las especulaciones teóricas sirven como excusa para no afrontar las dificultades prácticas concretas, ni la coyuntura y sus estrechos límites tapan las tareas imprescindibles de medio y largo plazo. Se comportan así, sin asideros y con la osadía que requieren los tiempos, como verdaderos intelectuales orgánicos, en el sentido gramsciano de la palabra: aquellos que interpretan y ofrecen las razones teóricas, los nexos culturales y las posibilidades prácticas concretas con las que anudar un bloque histórico nuevo.
El Green New Deal se traduciría inmediatamente como «Nuevo Pacto Verde», pero conceptualmente remite, en la historia política estadounidense, a la masiva y exitosa intervención estatal desarrollada por Franklin D. Roosevelt y empujada por una intensa presión sindical y social, para hacer frente, en la década de 1930, a los efectos de la Gran Depresión mediante inversiones en obras públicas para generar empleo, políticas fiscales expansivas, estímulo de la demanda y protección de las condiciones de trabajo y la negociación colectiva. El New Deal constituye un ejemplo asentado en la memoria nacional de eficacia de la política económica progresista para hacer frente a graves grietas que estaban hundiendo la economía y fracturando la sociedad. El Green New Deal es una actualización que pretende hacer frente a la crisis ecológica y a la creciente desigualdad social, mediante un ambicioso programa en el que el Estado actúa como locomotora o emprendedor principal para afrontar una serie de transformaciones cruciales en las próximas décadas: la descarbonización del sistema energético mediante la producción masiva de energía renovable, la reorganización del sistema productivo para lograr una mayor eficiencia energética y una paulatina reducción del consumo energético, la reorganización de nuestras ciudades y regiones para fomentar una movilidad sostenible, un impulso decidido a la agroecología y la producción sostenible de alimentos saludables y avanzar en el cierre de los ciclos materiales para lograr una economía circular que reduzca los residuos y evite el agotamiento de recursos no renovables. El plan es que estas transformaciones sirvan para abrir una espiral virtuosa que genere empleos verdes de calidad, cierre las brechas sociales y permita encarar los retos civilizatorios ante los que la crisis ecológica nos sitúa.
Este libro recoge la idea del Green New Deal como palanca para aunar dos tareas históricas: afrontar la transición ecológica de nuestra economía y reconstruir el contrato social hecho añicos por el neoliberalismo. Asumen sus autores que ni los desarrollos tecnológicos por sí solos ni todas las evidencias científicas precipitarán el Green New Deal, por lo que su despliegue solo puede ser un hecho político. Y proponen una estrategia para su conquista, que es, en definitiva, nada más y nada menos que un programa de transición para la reforma del Estado y la economía en un sentido ecologista y de redistribución de la riqueza. Utilizan para ello la caja de herramientas de una incipiente corriente de pensamiento neogramsciano, sensibilidad que comparto con ellos y por lo que imagino que me han solicitado este prólogo. El uso de los conceptos de la teoría del discurso y la hegemonía para pensar el Green New Deal —como «guerra de posiciones», «hegemonía» o la propia categoría de «pueblo»—, por una parte, pone a prueba, a mi juicio muy satisfactoriamente, la capacidad del andamiaje teórico neogramsciano aplicado a proyectos de cambio político situados y concretos; refutando así toda la crítica vulgar que —casi siempre sin el menor esfuerzo teórico detrás— lo intenta reducir a trucos de mercadotecnia electoral. Por otra parte, además, abre una riquísima posibilidad derivada del diálogo entre esta corriente de pensamiento y las aportaciones de la ecología política en lo tocante a la forma en que nos relacionamos entre nosotros y con la Tierra, aportando una sensata prudencia que indica que a menudo los cambios que necesitamos no son hacer tabula rasa del pasado, sino más bien ser capaces de proteger, cuidar y renovar lo más valioso que hay en este. Si se me permite la herejía: una suerte de sano conservadurismo emancipador frente a la frenética y depredadora carrera a ninguna parte en la que estamos inmersos.
Una hegemonía verde para construir pueblo
La acumulación de dolores, de malestares o de frustraciones no genera transformación...