E-Book, Spanisch, 386 Seiten
Reihe: Breve Historia
Romero Breve historia de los Medici NUEVA EDICIÓN
1. Auflage 2023
ISBN: 978-84-1305-121-5
Verlag: Nowtilus
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
E-Book, Spanisch, 386 Seiten
Reihe: Breve Historia
ISBN: 978-84-1305-121-5
Verlag: Nowtilus
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Eladio Romero es Doctor en Historia por la Universidad de Barcelona y Catedrático de Enseñanza Secundaria, departamento de Historia e Geografía. Su interés por la historia le ha llevado a publicar varias obras de investigación o divulgación histórica, guías de viaje y novelas sobre acontecimientos históricos de relevancia. Colabora habitualmente con artículos en revistas de divulgación (Historia 16, Historia y Vida, etc.) y especializadas (Universidad de Barcelona, Instituto de Estudios Ilerdenses, etc.)
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Los orígenes de la familia. Florencia a fines del siglo XIV
LOS OSCUROS ORÍGENES DE UNA FAMILIA BURGUESA
Cosme el Viejo (en italiano, Cosimo il Vecchio) de Medici, uno de los más destacados miembros de la dinastía que vamos a estudiar y artífice del poderío de la familia en Florencia, encargó el diseño de una villa al gran arquitecto Michelozzo di Bartolomeo. La obra, que todavía puede visitarse en la localidad de Caffagiolo, debió de realizarse entre 1440 y 1450. Se eleva majestuosa al pie de los Apeninos, a unos veinticinco kilómetros al norte de Florencia, en la comarca del Mugello. Y no fue casualidad que Cosme escogiera estas tierras para levantar su villa, ya que en su tiempo se decía que la familia Medici procedía precisamente del Mugello.
Quizá para atraerse a las facciones populares de la ciudad de Florencia, Cosme el Viejo había fomentado el rumor de que su familia era de origen rural, aunque no existe en la actualidad ningún dato que lo confirme. El Mugello siempre fue una comarca montañosa con población dispersa, y aunque los Medici invirtieron allí diversas sumas de dinero en explotaciones agrarias, a pesar de las leyendas, es posible que a mediados del siglo XV ni el propio Cosme supiera con exactitud el origen de su familia.
Villa medicea de Caffagiolo, según una pintura de Giusto Utens realizada en 1599. Museo Firenze com’era, Florencia.
Lo cierto es que en 1201, un Chiarissimo di Giambono de Medici se encontraba inscrito en el Consejo General de la república florentina como miembro del Arte de la Lana. Entre sus actividades económicas destacaba la de prestar dinero a nobles e instituciones religiosas, siendo ya propietario de una casa en Florencia. Queda claro que la familia debió de prosperar moderadamente durante el siglo XIII, siempre al socaire del crecimiento de las actividades comerciales y artesanales que caracterizó a la Italia septentrional y central en dicha centuria. Los descendientes de Chiarissimo y de otras ramas familiares (de las que hay tantas que en caso de mencionarlas todas sólo se crearía confusión en el lector) aparecen a menudo como miembros del consejo republicano e incluso combaten en defensa de la pequeña república, aunque sin ocupar puestos públicos de relevancia más que en contadas ocasiones. Y del Arte de la Lana pasarán al Arte de Calimala, el gremio que controlaba propiamente la exportación de tejidos de lana, y, por último, al Arte del Cambio (al que pertenecían los prestamistas). Una evolución típicamente burguesa –en el sentido medieval, claro es– que queda incluso patente en el escudo familiar.
EL ESCUDO DE LOS MEDICI
Muchos de los edificios antiguos de Florencia, y de ciudades como Pisa o Siena, se encuentran todavía hoy adornados con escudos pintados o esculpidos que recogen en su interior un grupo de pequeños círculos. Se trata del emblema de los Medici, que si está pintado, presenta las bolas rojas sobre fondo dorado.
Las bolas constituían precisamente el emblema del Arte del Cambio, con lo que la adscripción de la familia a la clase burguesa queda fuera de toda duda. Con esta explicación el significado de las bolas en el escudo mediceo parece ya establecido.
En realidad, esas bolas son besantes, una moneda bizantina utilizada en Italia a principios del siglo XIII, antes de la acuñación del florín. Su número en el escudo variará con el tiempo. Originalmente serían nueve u once, luego siete y, por último, seis. En 1465, el rey Luis XI de Francia concedió a Piero el Gotoso, hijo de Cosme el Viejo, el derecho a colocar tres lirios en el interior de la bola superior. De esta forma, el emblema de la monarquía francesa pasaría a decorar el de una familia florentina, y todo gracias a que Piero dirigió una embajada a la corte de aquel monarca.
Escudo mediceo en piedra del papa León XI, ubicado en el palacio arzobispal de Florencia.
Durante los conflictos internos sufridos por la república en los siglos XV y XVI, gritar palle, palle (pelotas, pelotas) significaba apoyar a los Medici, en alusión clara a su escudo. Los palleschi serían, pues, los partidarios de dicha familia.
LA FLORENCIA BAJOMEDIEVAL
A lo largo del siglo XIII y parte del XIV, la riqueza de Florencia creció gracias al comercio de tejidos de lana y a las actividades crediticias. El símbolo de esta prosperidad queda patente en la acuñación, a mediados de la primera centuria citada, de una moneda propia; se trataba del florín, que primero fue de plata y más tarde de oro. Llegó a ser tan valorada en Occidente que Pedro IV de Aragón decidió utilizarla como moneda oficial en sus territorios a partir de 1346.
Florencia contaba a fines del siglo XIII con cien mil habitantes. La población había crecido mucho a lo largo de la centuria, y por ello se hizo necesario construir un nuevo recinto de murallas, mucho más amplio que el precedente. Tal labor fue en principio encomendada al destacado arquitecto Arnolfo di Cambio, y la obra se llevó a cabo entre 1284 y 1333. Esta consistió en un perímetro murado de 8.500 metros, que encerraba una superficie de 630 hectáreas.
No obstante, este esplendor comenzó a ofrecer síntomas de un peligroso declive a partir de 1340. El despliegue de las industrias flamenca, francesa e inglesa, junto a la política hostil de sus príncipes hacia los demás competidores, llegaron a afectar a la manufactura florentina. Prueba de ello es el hecho de que muchos burgueses abandonaron las actividades relacionadas con los tejidos para pasarse al mundo de los créditos. Pero también en este ámbito surgieron los problemas, y así constatamos que entre 1343 y 1346 se produjo la quiebra total de las dos bancas florentinas más potentes, la de los Bardi y la de los Peruzzi. La causa fue el impago de la deuda en que se encontraba empeñado el monarca inglés Eduardo III, quien había solicitado créditos florentinos para financiar su campaña bélica en el reino de Francia. Como eran numerosos los burgueses que poseían depósitos en dichos bancos, la catástrofe afectó directa o indirectamente a gran parte de la ciudad.
Aunque más grave resultó ser la aparición, a finales de 1347, de la conocida peste negra, originaria de Asia. A causa de esta epidemia, la población de la capital republicana quedó reducida a 55.000 habitantes. Una cifra que se mantuvo durante un siglo (incluso con cierta tendencia a la baja entre 1405-1425), y la recuperación no comenzó a notarse hasta 1470.
A pesar de todo, la pequeña república continuó aumentando sus posesiones en la Toscana a costa de los municipios vecinos. Así, a lo largo del siglo XIV vemos como Prato, Arezzo, Pistoya y Volterra pasaban a depender de Florencia, y en 1406 Pisa sería comprada a los milaneses.
Fue durante la segunda mitad del siglo XIV, en el marco de esta decadencia, cuando los Medici, divididos en varias ramas rivales, comenzaron a dejar patente su influencia en la ciudad. Desde el punto de vista económico, la familia había fundado ya durante esta centuria diversas factorías en Italia (Génova, Treviso) y Francia (Nimes, Gascuña), y gracias a una hábil política, evitó la quiebra de la que fueron víctimas los Bardi y los Peruzzi. Comenzó así su ascenso político, del que a continuación nos ocuparemos.
SALVESTRO DE MEDICI Y EL TUMULTO DE LOS CIOMPI
Desde 1293, todo florentino que deseara ocupar cargos públicos en el Gobierno de la república debía estar inscrito en alguna de las artes o agrupaciones de oficios de la ciudad. La magistratura suprema o poder ejecutivo era la Señoría (en italiano, Signoria), integrada por ocho priores y un gonfaloniero de justicia (primer juez de la república) que cambiaban cada dos meses. Su famoso Palazzo Vecchio, pues, constituía el centro del poder florentino y se alzaba en la conocida plaza de la Signoria. Diversos consejos controlaban los asuntos legislativos. Mediante el sistema de insaculación, se renovaban periódicamente los puestos del Gobierno, aunque había artes (las mayores, es decir, las que incluían a banqueros, comerciantes y laneros, conocidos a menudo como popolo grasso), que introducían más nombres en la bolsa que otras (las menores, o sea, las que incluían a talladores de piedra, carpinteros, artesanos del metal, etc., denominados genéricamente popolo minuto). La mayoría de los asalariados quedaba fuera de este sistema. Pero este esquema sería cuestionado durante el verano de 1378, cuando muchos de estos asalariados se rebelaron.
Desde 1375 se encontraba Florencia en guerra con el papa Gregorio XI, lo que provocó en la república escasez de trigo y un aumento de los impuestos. La producción de lana disminuyó notablemente, y pronto surgieron disidencias entre las facciones dominantes. El gonfaloniero de justicia (primer juez de la república), cargo por aquel entonces detentado por el banquero Salvestro de Medici, decidió aprovechar la situación para atraerse a las clases populares contra sus rivales.
El 18 de junio, Salvestro, encabezando a un grupo de artesanos, ocupó el Palazzo Vecchio y se dedicó a predicar en favor de un aumento de los insaculados con vistas a favorecer a los miembros de las...