E-Book, Spanisch, 480 Seiten
Reihe: Comunicación
Reig / Mancina-Chávez Educación para el mercado
1. Auflage 2013
ISBN: 978-84-9784-788-9
Verlag: Gedisa Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Un análisis crítico de mensajes audiovisuales destinados a menores y jóvenes
E-Book, Spanisch, 480 Seiten
Reihe: Comunicación
ISBN: 978-84-9784-788-9
Verlag: Gedisa Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
La educación para el mercado consiste en estudiar los comportamientos de segmentos de población más o menos amplios y actuar desde los medios de comunicación (los tradicionales más otros como videoclips y videojuegos) sobre dichos comportamientos. Cuando la población comienza a actuar por sí misma, fuera del círculo establecido, el sistema de adoctrinamiento activa de inmediato nuevos estudios y estrategias de acción para adaptarse y agrandar dicho círculo, de forma que se cambia una parte o el todo para que el conjunto continúe igual. Se trata de una persecución 'asfixiante' contra el consumidor en potencia -cuanto más consciente, más asfixiante- que no puede escapar a ella, puesto que toda la estructura mercantil podría venirse abajo. Por tanto, el objetivo del sistema es presentar esta dinámica como progreso. En este libro no se pretende demonizar a las llamadas nuevas tecnologías ni al mercado, sino a ciertas manifestaciones mensajísticas, que parten de la tecnología audiovisual, así como a determinadas prácticas de codicia mercantil. No hemos llegado realmente al fin de las ideologías, sino que la ideología hegemónica se transmite a través del mensaje audiovisual, destinado a menores y a mayores, para educarlos en valores que pueden producirles en un futuro frustraciones y malestares de diversa tipología, al chocar el contenido del mensaje con la realidad. Ya no se 'fabrican' ciudadanos, se 'fabrican' consumidores oníricos.
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Introducción.
La ideología incesante del mercado Ramón Reig y Rosalba Mancinas-Chávez Rogamos al lector que observe la siguiente noticia: Diario de Sevilla, www.diario de sevilla.es (04/11/2011). El periódico Diario de Sevilla daba cuenta el 4 de noviembre de 2011 de una noticia que nos informaba sobre cómo dos actores, Tom Hanks y Julia Roberts, que habían rodado tiempo atrás en Sevilla y Cádiz una película llamada Larry Crowne, eran utilizados para transmitir una imagen que vulneraba la ley y podía influir sobre el menor, dado el carisma de ambas personas. A la productora de la película no le importa la ley y las repercusiones de la secuencia, lo que le interesa es vender a ambos protagonistas y sacar tajada en la taquilla y en su venta en general (a las televisiones, por ejemplo), es decir, persigue un fin mercantil, sencillamente mercantil, sin leyes, sin ética, sin principios y sin empatía alguna, pero a la vez está proyectando un comportamiento entre las personas que menos pueden defenderse porque no poseen la madurez suficiente. A esta conducta la llamamos ideología de mercado y el pequeño ejemplo que se acaba de ofrecer no es más que una muestra sin apenas relevancia en comparación con lo que se va a mostrar más adelante en este mismo trabajo, tanto en la presente introducción como, sobre todo, en el desarrollo de la investigación. Ante lo anterior, las autoridades hacen lo que pueden, nunca mejor dicho, lo que pueden y les dejan, porque las autoridades gobiernan pero no mandan, quien manda es el negocio que transmite ideología sin cesar y obliga a padres, tutores y mayores en general a estar alertas y a ejercer de contrapeso, pero llega un momento en el que el «bombardeo» mensajístico es tan inmenso que no es posible hacerle frente, teniendo además entre manos otras muchas ocupaciones y angustias. Pero el ciudadano no está protegido debidamente por el sistema de mercado en el que está inmerso ni por las autoridades a las que vota, no, más bien, y sobre todo, casi está dejado a su suerte, él y los menores de edad, al menos en lo que a mensajes mediáticos se refiere. En esta ocasión, la empresa que rodó la película de marras ha sido multada, pero ¿cuántas veces, con este u otros muchos procederes, no sucede absolutamente nada? Es la norma, la noticia que acabamos de comentar es una de las excepciones a la misma. Por cierto, ¿se habrá hecho efectiva la multa? Y si así fuera, ¿qué tanto por ciento representará sobre las ganancias de la película? Ideología e hipótesis, más allá del mensaje televisual Y ahora, antes de seguir, hemos afirmado que existe una ideología de mercado que, en gran parte, llega hasta el público en general y hasta los menores en particular a través del mensaje mediático, fundamentalmente a través del mensaje audiovisual que ya no puede ser sólo el de la televisión sino que el espectro se amplía, como también veremos en este libro, a las esferas del videojuego y el videoclip, por ejemplo. ¿Qué es la ideología? Constatemos lo que dice un autor ya clásico sobre el tema, François Châtelet (1978, pp. 12-13): Se califica aquí de ideología el sistema más o menos coherente de imágenes, de ideas, de principios éticos, de representaciones globales y, también, de gestos colectivos de rituales religiosos, de estructura de parentesco, de técnicas de supervivencia (y de desarrollo), de expresiones que ahora llamamos artísticas, de discursos míticos o filosóficos, de organización de los poderes, de instituciones y de los enunciados y de las fuerzas que éstos ponen en juego, sistema que tiene como meta regular en el seno de una colectividad, de un pueblo, de una nación, de un Estado, las relaciones que los individuos mantienen con los suyos, con los hombres extranjeros, con la naturaleza, con lo imaginario, con lo simbólico, los dioses, las esperanzas, la vida y la muerte. Quedémonos con algunas ideas de Châtelet: coherencias de ideas; principios éticos; representaciones globales; gestos colectivos; sistema que persigue regular las relaciones que los individuos mantienen con los suyos y con lo simbólico. La hipótesis de esta investigación presenta una primera premisa: a lo largo de la Historia, los seres humanos crean Estructuras de poder socioeconómicas que precisan de unos Contenidos o Mensajes para preservarse como tales. Que se completa con una segunda: la dinámica estructuras de poder-contenidos mensajísticos con intencionalidad encierra a la vez una estrategia de control y una permisividad/complicidad de los públicos. Por el momento, no es misión de este texto entrar en la fase más compleja de la hipótesis, contenida en el final de la segunda parte de la misma: la permisividad/complicidad de los públicos. Aquí nos vamos a limitar a demostrar la interrelación entre ideas hegemónicas-estructuras-contenidos porque estimamos que eso de que existen unos intereses por parte de una capa social para que el resto de la comunidad baile al son que se le dicta se debe seguir teniendo en consideración, si bien estimamos también que todo ello debe completarse en el futuro con otros trabajos que aborden el tema desde ópticas mucho más complejas, nosotros ya hemos apuntado en esa dirección con otros textos (Reig, 2011). El enfoque complejo nos llevaría en posteriores investigaciones a desarrollar otra parte de nuestra hipótesis, que se formula así: Se debe evitar caer en la simplicidad de un único discurso o conclusión: dominantes/dominados, y ampliar el hecho: lo que existe es una evolución de una especie y eso no es ni positivo ni negativo. Es. La negatividad/positividad la aplican después las posiciones ideológicas, éticas, morales, etc. Pues bien, dentro de esta complejidad que encierra el tema que nos ocupa, nosotros vamos a aplicar nuestro criterio ético, que se resume en que el mensaje mediático mercantil que brota de una estructura de poder mercantil lleva a cabo una educación que más que educación es adoctrinamiento a favor de sus posiciones ideológicas y de negocio, es decir, lo que persigue es que para vender mañana hay que «fabricar» hoy a los futuros consumidores que, además, deben poseer una mente sobre todo de consumidores, no tanto de ciudadanos sino de consumidores acríticos.1 Para fabricar a un consumidor es necesario que el sujeto se crea personal, indivisible, importante (aunque al final se logren «tigres de papel»), hasta solidario —no siéndolo—, pero que no se fíe mucho o nada de aquello que no sea útil a primera vista (determinados saberes, profesiones u oficios); es preciso que se le cultive la ortodoxia de la ignorancia y la prepotencia de la juventud. Un consumidor se fabrica como a una célula a la que se le extrae su núcleo y su ADN para inyectarle otro nuevo mediante la actividad demoledora e insistente del mensaje para tener, no para ser. De todo lo anterior se desprende que las concepciones de Châtelet que hemos escogido son idóneas para afirmar que la ideología o «educación para el mercado» busca adoctrinar para que las ideas más extendidas sean coherentes con el consumo que el mercado precisa; de ahí se derivarán unos principios éticos del tener sobre el ser que se van tornando globales y que cuentan con representaciones y símbolos globales; además, se unifican los gestos o comportamientos colectivos, todo en pos de un sistema que persigue regular las relaciones que los individuos mantienen con los suyos y con lo simbólico. ¿De dónde procede, hoy, la ideología de mercado? De una macroestructura socioeconómica de poder que podemos visualizar así: En la ilustración anterior está nuestro mundo, el llamado primer mundo, el que intenta imponer el orden del día a todo el planeta, empezando por sus propios ciudadanos. Grandes elementos interconectados sin que ello quiera decir que en el interior de los mismos y de esa articulación no existan conflictos. Pero, por ahora, los enormes intereses que los unen los obligan a entenderse porque parece ya superado el tiempo de las confrontaciones armadas mundiales. En el interior de un factor financiero y económico (FMI-BM) que posee un brazo político (ONU) y otro armado (OTAN) se encuentra la industria de la comunicación, que es la encargada de proyectar los mensajes conservadores de un orden, el de mercado. Por supuesto que existen otros mensajes antisistema pero, cuantitativamente, en el interior del sistema son una minucia, comparados con el resto, y, además, le sirven al propio sistema de autolegitimación (Saperas, 1987). Beneficios y codicias Tres neoliberales conversos, Plinio Apuleyo Mendoza, Carlos Alberto Montaner y Álvaro Vargas Llosa, avalados por Mario Vargas Llosa, hace años que dejaron escrito: El mercado, con sus ganadores y perdedores —es importante que esto se entienda—, es la única justicia económica posible. Todo lo demás, como dicen los argentinos, es verso. Pura cháchara de la izquierda ignorante […]. El mundo se mueve en función de la expectativa de obtener beneficios. Todo el andamiaje moderno reposa sobre esa columna […]. La búsqueda de...