E-Book, Spanisch, 260 Seiten
Reihe: Universidad
Ortega Sánchez / Greca / Alonso Abad La ciencia en el arte - Science in Art
1. Auflage 2022
ISBN: 978-84-19023-93-3
Verlag: Ediciones Octaedro
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
La catedral de Burgos como elemento STEAM para la educación de la ciudadanía - The Cathedral of Burgos as a STEAM element of citizenship education
E-Book, Spanisch, 260 Seiten
Reihe: Universidad
ISBN: 978-84-19023-93-3
Verlag: Ediciones Octaedro
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Delfín Ortega-Sánchez Profesor titular de Universidad de Didáctica de las Ciencias Sociales en la Universidad de Burgos. Doctor en Didáctica de las Ciencias Sociales por la Universitat Autònoma de Barcelona, doctor en Educación por la Universidad de Burgos y doctor en Historia de América por la Universidad de Extremadura. Ha centrado sus principales intereses investigadores en la inclusión de los problemas sociales en educación. Senior Lecturer in Didactics of Social Sciences at the University of Burgos. Doctor of Didactics of Social Sciences from the Auto-nomous University of Barcelona, Doctor of Educational Sciences from the University of Burgos, and Doctor of History from the University of Extremadura. He has focused his main research interests on the inclusion of social problems in education. Ileana M. Greca Catedrática de Didáctica de las Ciencias Experimentales en la Universidad de Burgos. Sus intereses de investigación incluyen el desarrollo profesional docente, los abordajes integrados e inclusivos en Educación Primaria y en la formación de docentes, y el uso de la epistemología en la enseñanza de las ciencias. Ha coordinado numerosos proyectos europeos y nacionales. Professor of Didactics of Experimental Sciences at the University of Burgos. Her research interests include teacher professional development, integrated and inclusive approaches in primary education and teacher training, and the use of epistemology in science teaching. She has coordinated numerous European and national projects. M.ª Pilar Alonso Abad Profesora titular de Historia del Arte en la Universidad de Burgos. Directora del Área de Investigación, Gestión y Difusión del Patrimonio de la Universidad de Burgos. Directora de la Unidad Asociada de I+D+i al CSIC Vidrio y Materiales del Patrimonio Cultural. Secretaria de la Sección de Arte, Arqueometría y Patrimonio de la Sociedad Española de Cerámica y Vidrio. Senior Lecturer in Art History at the University of Burgos. Director of Heritage Research, Management and Dissemination at the University of Burgos. Director of unit associated to CSIC 'Glass and Materials of Cultural Heritage'. Secretary of Section of Art, Archaeometry and Heritage - Spanish Ceramic and Glass Society.
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Las Ciencias en el Arte
M.ª PILAR ALONSO ABAD
Para desarrollar una mente completa estudia la Ciencia del Arte y el Arte de la Ciencia.
Leonardo da Vinci (1452-1519)
El Arte y la Ciencia han sido y son los grandes motores del conocimiento de una sociedad y una cultura. Nacen de la observación y la reflexión, se rigen con un orden, se desarrollan con un método y contienen una apreciación crítica. Son actividades científicas.
Su interrelación es indiscutible. Precisamente cuando se formulan conjuntamente, adquieren un valor interdisciplinar. Esto es lo que se pretende en esta monografía: ayudar a acercar a la sociedad su interrelación, sus valores, su desarrollo a lo largo de la historia; en definitiva, presentar, explicar y transmitir estas formas de conocimiento y despertar la curiosidad por ellas.
Todo ello se ejemplifica con el testimonio elocuente de la Catedral de Burgos, una de las primeras góticas de la Península Ibérica. En ella se han conjugado, hábil y sabiamente, todas estas ciencias desde el momento de su fundación –en 1221– hasta nuestros días, por lo que resulta de todo punto paradigmática. Asimismo, se considera relevante descifrar las claves de cómo se realizaron los proyectos y planteamientos ideológicos, teológicos, simbólicos y artísticos que se materializaron en la obra que es hoy. Como Patrimonio de la Humanidad, es el resultado de lo que el hombre ha sido capaz de crear con unos conocimientos determinados, en un momento concreto y con unos medios específicos.
Se describen a continuación algunas de las claves esenciales de las Ciencias en el Arte, con la intención de conocer y valorar su influencia e intersección, así como y su plasmación en el patrimonio que hemos recibido, que atesoramos y que transmitimos.
Binomio Ciencia-Arte
Las Ciencias y el Arte están profundamente conectadas entre sí y son directamente dependientes; están totalmente relacionadas. Son complementarias e inherentes al ser humano; es más, ambas están al servicio del ser humano. Así, se comprueba, por ejemplo, en el método –pues emplean las mismas facultades mentales de observación, imaginación y razonamiento– y en la finalidad –puesto que ayudan a recrear leyes, patrones y obras de relevancia universal, además de buscar la belleza, entendida como simetría, totalidad y perfección–.
A lo largo de la Historia, esta relación ha sido pormenorizadamente analizada, desentrañada, interpretada y justificada por todo tipo de especialistas implicados en este binomio: tratadistas, científicos, artísticas y filósofos, fundamentalmente. Han dado lugar a amplias nociones, acepciones, definiciones, interpretaciones y disquisiciones, que han respondido, en esencia, a las distintas concepciones culturales de cada época. Es destacable que en cada etapa se reconocían prácticamente las mismas analogías entre ambas: partir de la observación de la realidad y el entorno para recopilar información, dar una notable importancia a los sentidos y conjugar conocimientos y creatividad –de hecho, estos son esenciales para que pueda haber innovación– (imagen 1).
Imagen 1. Nave central y transepto sur. Detalle del alzado y las diversas manifestaciones artísticas integradas.
La vinculación Ciencia-Arte ha dado lugar, frecuentemente, a que cada uno sea complemento o fuente de inspiración del otro. En esta intersección o relación de vasos comunicantes se ha producido y produce una influencia mutua. En ella, incluso se pueden distinguir dos categorías: la Ciencia como herramienta del Arte y el Arte como instrumento científico. Esto implica dos cuestiones. Por una parte, a partir de conocimientos científicos se han realizado obras artísticas. Supone que las Ciencias han sido una nutrida fuente de inspiración. Se comprueba en todos los estadios de creación y mantenimiento de una obra: desde la selección de los materiales (por amplísimos motivos: sus cualidades, propiedades, finalidad de la obra –perennidad, especialmente–, simbología, tipo de mecenazgo y capacidad financiadora del promotor y/o comitente, etc.), a la ejecución de la obra (con una técnica muy concreta para el trabajo con un instrumental adecuado), o la conservación (esto es, aportando el conocimiento de las condiciones necesarias y convenientes –físicas, químicas, mecánicas, biológicas– para el mantenimiento) y restauración (ya sea mecánica, física o química).
Asimismo, también sirve para entender el mundo que nos rodea, recrear nuevos temas y utilizar nuevos lenguajes que los representen y comuniquen.
Igualmente, las imágenes tan armónicas, estéticas y bellas surgidas de muchas disciplinas de la Ciencia se han incorporado al ámbito artístico. Muestra de ello son, entre otros, la Biología (bioluminiscencia de algunas bacterias, algas o insectos), la Fotografía, la Microscopía (partículas atómicas), la Geología (formaciones mineralógicas), la Informática (creaciones figurativas y/o geométricas de los códigos informáticos), etc.
La segunda cuestión atañe a que el Arte ha colaborado, de muy diversas formas, en el estudio de muchas ciencias. Así, fruto de la observación, se han reproducido conocimientos científicos que eran objeto de análisis (por ejemplo, con los dibujos, grabados y/o litografías –elaboradas por especialistas en la recreación de un tipo de imagen– durante las expediciones científicas –como las del Nuevo Mundo en el siglo XV y XVI, o la de Malaspina (1789-1794)–; con los estudios específicos que, personalmente y por inquietud intelectual, realizaron muchos artistas, entre ellos un abanderado excepcional, Leonardo da Vinci). Solían compaginar en el mismo estudio, diferentes aspectos del tema a tratar (es el caso en Botánica, por ejemplo, de los estadios de desarrollo de una planta combinados con detalles de partes de esta, como evidencian el Herbario (1530) de Otto Brunfels o el Herbario latino (1485), uno de los primeros libros impresos con imágenes científicas), por lo que suponían una valiosa fuente de estudio –tanto por el compendio de información gráfica, como por la fiabilidad que ofrecían, ya que exigían la máxima fidelidad a la realidad–.
También el Arte se pone al servicio de las disciplinas científicas, sobre todo para reconocer el método de trabajo de muchas de ellas. Por ejemplo, tal es el caso de la obra de Andrea Vesalio, De humanis corporis fabrica (1543); de la Lección de anatomía del Doctor Willen van der Meer (1617) de Van Mierevelt, o de la Lección de anatomía del Doctor Tulp (1632) de Rembrandt, una de las obras más estudiadas en el ámbito de la Medicina.
En este grupo también cabría incluir a aquellas obras que no fueron realizadas específicamente para su estudio científico, pero que son también una fuente muy rica para algunas disciplinas artísticas (especialmente a partir de los géneros, como los bodegones y vanidades, paisajes, retratos, etc.).
Ciencia y Arte han caminado juntos y de forma indisoluble hasta tiempos relativamente modernos. La separación de conceptos entre el Arte y la Ciencia se inició a partir del siglo XVII cuando las Ciencias se diferenciaron de otras disciplinas relacionadas con las Humanidades. Poco tiempo después se enfatizó con la Revolución Industrial, puesto que los avances técnicos y tecnológicos permitieron un avance mayor de las disciplinas de las ciencias exactas y experimentales, que de las artísticas. Posteriormente, esta tendencia se ha extendido a la especialización profesional y educativa en campos disciplinares y/o curriculares diferenciados.
Aunque la mayor parte de las veces es imposible hacer una disección de cada una, es posible distinguir las connotaciones que han conducido a esa bifurcación.
En el Arte ha cobrado importancia el acento en basarse en la condición humana, lo sensorial y los valores humanos; en la búsqueda de la recreación de la estética y la belleza; en transmitir imágenes y conceptos, evocar sentimientos y provocar emociones y sensaciones; en el protagonismo que adquiere la intuición, las alegorías y metáforas, la iconografía, lo simbólico y lo crítico; y en incluir, además de lo objetivo, un fuerte componente subjetivo.
En la Ciencia, el interés se ha inclinado por basarse en la razón, la norma y lo sistemático; por estar más relacionado con la búsqueda de una comprensión racional de la imagen y el concepto; por apoyarse en hechos contrastados, demostrables y reproducibles; y por cimentarse en lo objetivo.
A tenor de lo expuesto, conviene recalcar la importancia de poner en valor la relación interdisciplinar y transversal entre Ciencia y Arte y transmitirla a toda la sociedad. Así ha significado y se ha entendido durante la mayor parte de la Historia y por la práctica totalidad de culturas y civilizaciones.
Merece recordarse la afirmación de Edward Bulwer-Lytton (1803-1873) sobre que «el Arte y la Ciencia tienen su punto de reunión en el método» y la reflexión del que es considerado el científico más relevante del siglo XX, Albert Einstein (1879-1955):
La experiencia más hermosa que podemos tener es el misterio. Es la emoción fundamental que está en la cuna del verdadero arte y la verdadera ciencia. Quien no la conoce y no puede maravillarse, está igual que muerto y sus ojos están nublados.
Consideraciones sociales,...