O'Keeffe | Logra un ascenso | E-Book | sack.de
E-Book

E-Book, Spanisch, 160 Seiten

Reihe: Business Experts

O'Keeffe Logra un ascenso


1. Auflage 2023
ISBN: 978-84-291-9727-3
Verlag: Reverte-Management
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)

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Reihe: Business Experts

ISBN: 978-84-291-9727-3
Verlag: Reverte-Management
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¿Tu carrera profesional se ha estancado? ¿Tus colegas han progresado más que tú? ¿Estás trabajando duro pero no obtienes ninguna recompensa por ello? Las décadas de experiencia de Niamh O'Keeffe como asesora de liderazgo y coach ejecutiva te ayudarán a identificar los mitos y las falsas creencias relacionados con tu progreso profesional. Aprenderás a crear una estrategia de promoción personal en seis pasos, a reconocer cuáles son los obstáculos que te impiden avanzary, sobre todo, cómo superarlos. Aumenta tu confianza. Destaca entre los demás. Consigue el ascenso que deseas. Si ya estás preparado para dar el siguiente paso, Logra un ascenso te enseñará todo lo que necesitas saber antes de entablar la «gran conversación».

Con una trayectoria de diecinueve años en distintos servicios de asesoramiento en materia de liderazgo, incluida la consultoría estratégica, la caza de talentos y el coaching empresarial, Niamh O'Keeffe se ha convertido en una experta de prestigio internacional en la mejora del rendimiento de líderes y sus equipos. Niamh pasó sus primeros ocho años de carrera profesional en Accenture como consultora de estrategia y gestión; después, dos años como directora ejecutiva en un centro de formación sin ánimo de lucro, y, por último, fue cazatalentos en la City de Londres, trabajando sobre todo con Barclays. En 2004, fundó First100, una consultora de liderazgo y mejora del rendimiento. Niamh es autora de seis libros; el más reciente es Future shaper: How leaders can take charge in an uncertain world.

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1 Por qué no te han ascendido (¡todavía!)
Tal vez sientas que no tienes control alguno respecto a tus posibilidades de promoción en la empresa y que estás a merced de tus superiores. Pero lo cierto es que sí posees todos (o casi todos) los elementos que necesitas para construir tu futuro. Existen muchas estrategias que puedes poner en práctica para mostrar tus habilidades y tu credibilidad, hacerte notar y obtener un ascenso. Pero comencemos este viaje desmintiendo algunas de las ideas más típicas sobre el proceso de promoción laboral. Mitos y errores habituales Nos gustaría creer que todos los ascensos son justos y que nuestra empresa funciona como esa meritocracia transparente que te venden en el folleto. Sin embargo, en la vida real el aspecto social es determinante; y, aunque todos aspiremos a vivir en un mundo justo, a menudo los conflictos interpersonales, las preferencias, las relaciones previas o las agendas políticas se interponen en una toma de decisiones que debería basarse solo en hechos y capacidades. Debes saber que los ascensos no son siempre una cuestión de equidad ni de transparencia, y, por supuesto, que no solo tienen que ver con el esfuerzo. Muchas decisiones en este sentido son circunstanciales, están hasta cierto punto viciadas y, con frecuencia, se vinculan con el momento concreto en el que se toman. El mito de la meritocracia Cuando Shay tuvo que cubrir con urgencia una vacante en su equipo, decidió no respetar los cuatro meses que requería el procedimiento interno de la empresa (y que consistía en anunciar la vacante y luego entrevistar a varios candidatos dentro de la empresa y seleccionar al mejor). En lugar de eso, contrató a Sophie, que trabajaba en otra empresa, porque le parecía una solución mucho más rápida. Es evidente que no se le pasó por la cabeza que Sophie pediría algún incentivo para dejar su antigua empresa. Por eso, tras haber convencido a su jefe y a Recursos Humanos para contratar a alguien externo, ahora tiene que respetar (y aceptar) las demandas de Sophie. Sin embargo, en el equipo de Shay todo el mundo está molesto por el hecho de que se haya incorporado a alguien de fuera, y porque saben que quizá le pagan más de lo que ganaría un candidato interno. ¿Eso es justo? No. ¿Es rápido? Sí. ¿Alguien se arrepiente de ello? A lo mejor, porque Shay no se esperaba la reacción de su equipo. El caso es que ya está todo el pescado vendido. Quizá ya sepas que ni la vida ni los ascensos son justos porque has vivido esta experiencia de una u otra forma. Pero no te desesperes: una vez que abras los ojos y conozcas cómo se toman en realidad las decisiones, podrás averiguar cómo posicionarte para el éxito. Primer mito: esfuérzate y te ascenderán Puede que estés esforzándote al máximo en tu puesto actual con el convencimiento de que, si echas más horas, tu jefe se dará cuenta y te recompensará con ese ascenso que llevas tanto tiempo pidiendo. Pero esto suele ser una falsa esperanza que incluso tu superior podría estar explotando. La promesa de un ascenso es muchas veces un mero «señuelo» de motivación. En realidad, no siempre supone una recompensa al esfuerzo. Es más bien una apuesta por tu potencial. En otras palabras, tu jefe (y quienes están por encima de él o ella) tienen que estar convencidos de tu potencial, no solo de tus últimos años de servicio a la empresa. De modo que ver la promoción laboral desde la perspectiva de la compañía te ayudará a entender no solo cuán básico es demostrar tu capacidad en tu puesto actual, sino también por qué este ha de ser un ejemplo de lo que podrías hacer en el futuro si te conceden esa oportunidad. Si no te tienen en cuenta para un ascenso, ¿vas a seguir repitiéndote esa especie de «mantra de consolación» que dice que «si trabajo más, me ascenderán», o vas a modificar tu estrategia? Ten en cuenta que la ética laboral y el rendimiento son solo una pequeña parte de la ecuación. Segundo mito: siempre ascienden los mejores Por desgracia, esto tampoco es así. ¿Crees que todos tus superiores son grandes modelos a seguir y tienen las cualidades idóneas para su cargo? Con suerte, será el caso de la mayoría o, por lo menos, de algunos. Sin embargo, en el mundo empresarial no funciona siempre la meritocracia; al contrario, tanto las personas como las cuestiones políticas tienen una gran influencia en los resultados. Hablando en plata: cuando se trata de prosperar en el trabajo, muchas veces es más importante a quién conoces que qué sabes. Y esto tiene su lógica: si la persona responsable de la contratación no sabe quién eres, pero conoce a la perfección el nombre y la reputación de un colega tuyo, o ha tenido una relación laboral previa con él o ella, esta persona tendrá una ventaja clara sobre ti. O tal vez se lleve mejor que tú con quienes han de tomar la decisión. Si quieres partir en igualdad de condiciones, tampoco es necesario que recurras a su misma estrategia, pero sí debes «entrar en el juego» y preocuparte de que quienes deciden sepan quién eres y qué puedes ofrecer. Tercer mito: el proceso de promoción es transparente Es posible que en tu departamento de Recursos Humanos se intente llevar a cabo un proceso justo y transparente, pero en la realidad siempre habrá una combinación de razones macro (como el miedo a una recesión económica) y micro (como la política dentro de la organización) que jugarán un papel determinante. Las decisiones sobre un ascenso pueden estar basadas en a quién le toca a continuación, a quién se rechazó la última vez, quién lucha más por ese puesto, o incluso si se trata o no del sobrino del CEO. Puede que, cuando tú no estás delante, tu jefe no te apoye del todo. O que ni siquiera sea el principal responsable en el proceso. Es posible que quiera promocionarte, pero se tope con limitaciones presupuestarias, o incluso que no desee admitir que no está en su mano la decisión. Quizá tu rendimiento individual haya sido bueno, pero tu equipo no ha cubierto sus objetivos y, por tanto, nadie puede ascender. O a lo mejor tu jefe te valora, pero no quiere que te vayas de su equipo y te está reteniendo. Existen muchas razones (a veces ocultas) por las que es posible que no te asciendan, y tal vez nunca las compartan contigo. Es decir, el proceso no es siempre del todo transparente. Consejo Habla con gente a la que hayan ascendido hace poco en tu empresa Pregúntales cómo fue el proceso: quién los ayudó, quién estaba al cargo y qué aspectos influyeron en la decisión. Como han logrado promocionar, es probable que sean generosos con sus consejos. Así que escucha e intenta averiguar quién y qué aspectos resultaron cruciales en el proceso. Aprender a cuestionar tus suposiciones sobre cómo funcionan los ascensos te ayudará, pues, a tener una visión más clara de ello. Abre los ojos a la posibilidad de que las cosas no sean como parecen. Nos gusta pensar que existen procesos rigurosos y formas transparentes de trabajar. Pero las empresas están formadas por personas imperfectas, como tú y como yo, y son además importantes espacios de socialización. Con lo cual, sus dinámicas internas suelen ser determinantes para un ascenso. Vale la pena que compruebes quién decide en realidad y cómo se toman este tipo de decisiones. Las personas más indicadas para informarte son las últimas que lograron un ascenso (para averiguar cómo lo hicieron) y también las que se quedaron por el camino (para saber qué creen que sucedió). Una vez que comprendas mejor cómo funcionan los ascensos en tu empresa, saca tus propias conclusiones sobre qué se prioriza. En otras palabras, prepárate para investigar lo que ocurre en tu contexto (en la superficie y por debajo de ella) y así averiguar quién y qué es fundamental en la toma de decisiones. Si eres capaz de identificar a sus responsables y conocer sus patrones de conducta, detectarás mejor las oportunidades para progresar con más rapidez en tu organización. Actúa de forma proactiva, no pasivo-agresiva «Tengo el poder de construir el futuro que deseo». Este mensaje de empoderamiento es la principal lección que debes aprender para obtener un ascenso. La clave es entender que eres tú (no tu jefe ni ninguna otra persona) quien posee más capacidad para tomar las riendas de tu carrera; y no solo de tu próximo ascenso, sino de los siguientes y, en general, de tu éxito profesional. Si quieres promocionar, debes cultivar una actitud proactiva y controlar tu estrategia (lo que haces y lo que no). Demasiada gente da por sentado que ya les llegará el turno de ascender. Pero esta actitud pasiva da lugar a que un gran número de personas esperen en exceso (a veces eternamente) a que alguien las tenga en cuenta. Luego, si nadie lo hace, su frustración puede derivar en malestar y quizá no rindan del todo bien durante un tiempo o, simplemente, dimitan de su cargo. Hay quien nunca llega a superarlo. Otros emprenden una campaña de quejas continuas ante sus superiores. Y esto, a su vez, les hace entrar en una espiral negativa que tampoco servirá para que se les tenga en cuenta cuando se oferte el siguiente ascenso. También es habitual amenazar con marcharse para intentar obligar al superior a actuar. Algo así como: «Si no me ascienden, me iré». Esta es la estrategia pasivo-agresiva por excelencia de quien siente frustración por su falta de avance profesional. En este sentido, mi consejo es: no amenaces nunca con irte si no lo dices en serio. No lo hagas,...



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