E-Book, Spanisch, 512 Seiten
Reihe: Biblioteca Herder
Mendoza Álvarez Deus ineffabilis
1. Auflage 2016
ISBN: 978-84-254-3682-6
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 0 - No protection
Una teología posmoderna de la revelación del fin de los tiempos
E-Book, Spanisch, 512 Seiten
Reihe: Biblioteca Herder
ISBN: 978-84-254-3682-6
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 0 - No protection
Carlos Mendoza-Álvarez (Puebla de los Ángeles, México) es filósofo y Doctor en Teología por la Universidad de Friburgo, Suiza. Pertenece a la tradición espiritual de la Orden de Predicadores y ha orientado su investigación hacia la confluencia entre la fe cristiana y la razón filosófica. Ejerce como profesor de filosofía y teología en la Universidad Iberoamericana (Ciudad de México) desde 2001 y ha sido profesor visitante en Suiza, Nueva York y Brasil. Es autor y editor de una veintena de títulos, entre ellos Deus Liberans, la revelación cristiana en diálogo con la modernidad (1996) y Deus absconditus. Désir, mémoire et imagination eschatologique (2011) que, junto al presente libro, forman su trilogía sobre la idea de revelación en contexto moderno tardío.
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PREFACIO
Este libro no llega solo. Es el tercero de una serie que presenta la culminación de un largo proceso. Los tres libros suponen un muy denso conjunto de lecturas que muestran a un tiempo el amplio radio de la reflexión y la tenacidad de un esfuerzo mantenido a lo largo de casi dos décadas.
Mexicano, formado inicialmente en su patria americana, donde es miembro del Sistema Nacional de Investigadores, el autor se ha doctorado en Europa (Friburgo de Suiza), donde cada año imparte cursos de teología. El Atlántico, más que océano que separa espacialmente por miles de kilómetros, es para él un lago interior sobre el que extiende sus manos, uniendo dos mundos culturales cada vez más interconectados. De hecho, la preocupación por su cultura amerindia, cantus firmus en resonancia continua, que al principio estaba fecundada sobre todo por la teología específicamente centroeuropea, se va completando en clara progresión con la angloamericana. Este tercer libro es una clara muestra.
Todo el trayecto está sostenido por una preocupación fundamental, que lo unifica y vitaliza como un río de sangre entrañable: mostrar a un Dios, el Abba anunciado y vivido por Jesús de Nazaret, preocupado ante todo y sobre todo por los pobres de la tierra, por el sufrimiento físico y la explotación social, por los diversos y dolorosos rostros de la marginación que no cesa. Cada libro representa un paso, cuidadosamente planificado, hacia esa meta, que, por otra parte, unifica todas sus otras publicaciones, por fortuna ya numerosas e influyentes.
Deus liberans1 fue el primero, y enunciaba bien su propósito en el subtítulo: La revelación cristiana en diálogo con la modernidad. Los elementos fundacionales de la estética teológica. Básico, pues, en cuanto busca el lugar privilegiado y el estilo radical de la revelación divina. Contextualizado en la crisis de la modernidad, con su conciencia de los límites y la fragilidad de la autonomía humana, muestra que la captación (la áisthesis) de la revelación divina no puede acontecer fuera de la llamada de quien sufre y del reconocimiento de todos los excluidos. Emmanuel Levinas, Jean-Marc Ferry y a su modo Hans Urs von Balthasar son aquí el contrapunto europeo y contemporáneo al gran clásico Tomás de Aquino y, sobre todo, a la grande y rompedora iniciación autóctona de fray Bartolomé de Las Casas, ampliamente estudiado.
Deus absconditus representa el segundo paso. Importante porque, presentado como tesis de habilitación en la Facultad de Teología de Friburgo, deja al descubierto el enorme trabajo de investigación que permanecerá como alimento muy decisivo de toda la obra. Como indica, también aquí, el subtítulo, se acentúa la preocupación por la actualidad concreta. Si antes hablaba de modernidad, de ahora en adelante es la posmodernidad la que se convierte en el referente cultural decisivo: Désir, mémoire et imagination eschatologique. Essai de théologie fondamentale postmoderne.2 La preocupación se concreta en cómo se puede hablar de Dios en un tiempo posmoderno, trabajado por el nihilismo. Aprender a pronunciar su nombre en una cultura desencantada por una honda crisis de incredulidad general, aprendiendo a escuchar la voz de los más débiles, de suerte que pueda anunciarse la salvación en la tremenda paradoja de los inocentes masacrados por la historia. Vulnerabilidad de las víctimas e infinita donación divina son ahora términos fundamentales, y a los pensadores anteriores se unen con especial fuerza René Girard y James Alison.
Un estilo y dos autores cuya presencia se acentúa en este tercer tomo: Deus ineffabilis. Como en los dos anteriores, el subtítulo resulta significativo: Una teología posmoderna de la revelación del fin de los tiempos. El continuum de la preocupación liberadora adquiere en este tomo final un claro acento escatológico. El fin de la historia y sobre todo la esperanza como «contracción mesiánica» del tiempo, reciben una atención especial: «Aprender a invocar a Dios con esperanza, en medio de los escombros de la sociedad posmoderna, es el objetivo de este libro». En esta dirección, aumenta la atención a los estudios exegéticos sobre Jesús de Nazaret, tratados en los amplios capítulos 2 y 3. Lo cual marca una clara novedad respecto a los tomos anteriores, y a ella responde la acentuada atención a la investigación en lengua inglesa.
De todos modos, pese a este cierto cambio de estilo, sigue siendo fundamental y directiva la preocupación liberadora, solo que ahora se halla enriquecida con un nuevo matiz, por su intensa y casi dolorida atención a las más delicadas manifestaciones de la debilidad humana —desde la pobreza extrema a la discriminación sexual—, con la que se trata de mostrar y fundamentar la apertura salvadora que puede ofrecer la infinita e «increíble» gratuidad divina. El autor sabe que afronta una apuesta nada fácil, a contracorriente tanto de los instintos primarios como de las derivas opresoras de la razón instrumental: «hablar de Dios con esperanza, sin objeto ni fundamento ni fin preciso, en medio de las ruinas de las sociedades de exclusión que campean por todo el orbe, [es] un atrevimiento necesario e ineludible para cualquier creyente en estos tiempos posmodernos». Y confiesa que para hacerlo se apoya en la experiencia personal, iluminada por la milenaria tradición bíblica y por la aparición de la nueva civilización de la razón crítica. Con este propósito, el libro atiende, por un lado, a la aludida intensificación en la atención a la exégesis, de especial relevancia por el extenso y muy documentado estudio de las nuevas investigaciones sobre el Jesús histórico; y, por otro, se nutre de «la crítica que la teología posmoderna de la subjetividad vulnerable realiza a las teologías de la acción histórica del siglo XX, que dependieron en exceso de la violencia como supuesta ley de la historia».
Se comprende que continúen, todavía más acentuadas, la presencia de René Girard, con su desenmascaramiento y superación de la «violencia mimética», y la de James Alison, con la preciosa y sugerente categoría de la «víctima perdonadora» (the forgiving victim). Ambos, sobre todo junto con Levinas y Walter Benjamin, le ayudan a sacar el máximo partido del amor liberador del Deus ineffabilis, en el convencimiento de que la última y universal esperanza de liberación solo es posible cuando la persona se sabe «incondicionalmente amada por esa alteridad inefable a la que llamamos Dios». Desde una perspectiva algo distinta, aprovecha críticamente también las sugerencias de John Milbank, con su típica y polémica tensión entre renovación y reivindicación del pasado, así como las consideraciones, siempre estimulantes para la teología, de Giorgio Agamben.
El autor no ignora, repito, que eso es difícil, muy difícil, porque llama a «pensar la esperanza sin esperar nada», a buscar cobijo y apoyo en «un lugar que es no-lugar, un sentido que es sinsentido, un ser que no es ente ni super-ente sino abismo del ser…». De ahí su recurso a pensadores que se atreven a navegar por tan oscuras fronteras, donde el lenguaje amenaza con naufragar a cada paso. Lo hace también mediante una nueva libertad en la escritura, que constituye uno de los no pequeños méritos de esta obra: sembrada de fórmulas afortunadas, símbolos novedosos y metáforas de enorme eficacia expresiva, sorprende a cada paso con nuevos giros y la insinuación de inéditas perspectivas. No es casual la atención enfática que presta a la creatividad imaginativa en el significativo parágrafo que lleva por título: «La imaginación poética de Jesús en Galilea: indicio de revelación».
Fiel a esta intención, desde ángulos diversos y con variados recursos, con incansable insistencia, intenta introducir al lector en un discurso que supere la tremenda y pertinaz «lógica de la dominación». Subraya la necesidad de partir «desde abajo y desde el reverso», como camino obligatorio para la «reconstitución del ser relacional de las personas más allá de la rivalidad y el resentimiento, en la relación pacífica y corresponsable con los otros». Es preciso situarse a los pies de la historia, tras las huellas del Nazareno, acogiendo el ejemplo y la potencia salvadora que brota de él como víctima perdonadora que «desata los nudos del resentimiento».
Avisa de que no hay escapismo en su propuesta y se apresura a precavernos contra ese peligro: «Si queremos hablar hoy de la revelación de Dios a la humanidad, en el seno del mundo plural y violento propio de la historia fragmentada que vivimos, hemos de dejar en suspenso por un tiempo indefinido la creencia en un más allá y hemos de concentrarnos en el más acá». Más tarde, en un párrafo denso, expresará con más claridad el justo sentido de la propuesta, atendiendo tanto a la llamada que supone para los cristianos como a la esperanza que abre para el mundo: «Solo entonces, a posteriori, nos es posible afirmar como cristianos, según esta interpretación teológica mimética, que a lo largo de la historia quienes logran atravesar —en el seno de experiencias de acusación, rivalidad y linchamiento— el muro de la rivalidad y del resentimiento, aunque sea de manera fulgurante y provisional en sus vidas lastimadas, participan ya de ese otro orden de existencia que es el don de la redención acontecida en Jesús el Cristo de Dios».
En este enfático esfuerzo por buscar la redención desde lo ínfimo y desde lo último radica lo original que Carlos...




