E-Book, Spanisch, 162 Seiten
Reihe: Horizontes Universidad
López Martín / Conchell Diranzo / Villar Herrero Hoy es el mañana de la Educación Social
1. Auflage 2022
ISBN: 978-84-19023-48-3
Verlag: Ediciones Octaedro
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
E-Book, Spanisch, 162 Seiten
Reihe: Horizontes Universidad
ISBN: 978-84-19023-48-3
Verlag: Ediciones Octaedro
Format: EPUB
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Ramón López Martín. Catedrático de Teoría e Historia de la Educación. Sus líneas de investigación se centran en la perspectiva histórica de la escuela y la dimensión social de la política educativa. Director de varios proyectos de investigación financiados y tesis doctorales, así como del Programa de Doctorado en Educación de la Universitat de València (1999-2006 y 2009-2012). Ha sido decano de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación (2006-2012) y vicerrector de Políticas de Formación y Calidad Educativa (2014-2018) de la Universitat de València. Raquel Conchell Diranzo. Doctora en Psicología y Licenciada en Psicopedagogía. Profesora de la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universitat de València. Miembro del grupo de investigación Vio-Strategy (Advanced Research Strategies on Family and Gender Violence), presidenta de la Asociación PSIMA (Profesionales Sociales en la Intervención del Maltrato) y coautora de la guía TransformAcción, voluntariado en cooperación. Mónica Villar Herrero. Diplomada en Educación Social, licenciada en Pedagogía y doctora en Educación. Profesora en la Facultad de Filosofía y Ciencias de la Educación de la Universitat de València y directora del Máster de Psicopedagogía de la Universidad Europea de Valencia. Es vicepresidenta del Colegio de Educadoras y Educadores Sociales de la Comunidad Valenciana.
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Prólogo
NORMA GONZÁLVEZ HUGUET
Presidenta de COEESCV
Cuando llegó la propuesta al Colegio de apoyar la publicación de un libro de reflexión sobre Educación Social desde una triple perspectiva temporal de presente, pasado y futuro, no sin un cierto debate, llegamos a la conclusión de que la apuesta era irrechazable: aunar al mundo académico y al profesional, pasando por los híbridos que están también en las trincheras avanzando en su carrera académica; estrechar lazos entre compañeras y compañeros del mundo colegial, implicados en lo colectivo, también compañeras y compañeros del mundo académico que han colaborado con nosotras de manera activa en diferentes proyectos, suponía una aventura cargada de significado para todo el colectivo profesional y el convencimiento de que avanzamos con paso firme.
Muchas son las fortalezas que podemos destacar del texto que tenemos el gusto de prologar. En primer lugar, el sentido reconocimiento tributado a las compañeras y compañeros de las trincheras que militaron lo colectivo y comenzaron nuestra historia desde su intervención en tiempos pasados y la construcción de nuestro espacio identitario y hoy colegial. La diplomatura materializaba el esfuerzo de toda una generación de activistas y de profesorado universitario que trabajaron juntos para dar vida a un proyecto común. Y este esfuerzo coral es el que se refleja en el compendio de autores participantes: universitarios, profesionales, cuando no personas vinculadas a ambos ámbitos.
Esta simbiosis sinérgica está presente desde la propia coordinación del libro. Tres compañeras de las que no me resisto a destacar algunos aspectos relevantes. A Raquel Conchell tuve el placer de conocerla con su ímpetu y tesón como coordinadora de prácticas del grado de Educación Social y eso marcó un antes y un después, aporta una visión de dotar científicamente a la profesión de una teoría sobre la que construirse. Hablar de Ramón López Martín, para mí, es, desde mi historia como educadora social, uno de esos profesores visionarios que no te dejaban indiferente, hasta mi paso como profesional a trabajar con él, como una de las mentes que trabajó por el éxito del Congreso de Educación Social celebrado en Valencia en el 2012, codo a codo con el Colegio, siempre un estratega y visionario que ha colaborado con el Colegio desde sus inicios. Y finalizó con Mónica Villar, que, si pienso en los inicios en la actividad colegial, la nuestra no puede ser una sin la otra, momentos de construcción conjunta de puentes interesantes entre lo profesional y la Universidad, jornadas profesionales con mucha riqueza, tardes enteras y días trabajando en diferentes encargos cargadas de ilusión y de ganas de Educación Social.
No podemos olvidar, que para que una profesión avance con paso firme y de una manera consciente, debe pasar por que se produzca también un avance en, al menos, tres escenarios diversos, aunque complementarios. Primero, desde la Universidad, quienes forman y construyen las bases del pensamiento de las futuras generaciones de educadoras sociales deberían ser, al menos una gran parte, profesionales de la Educación Social. En segundo lugar, tenemos el ámbito de la política, en el que es necesario un cambio que evidencie la visión de las diferentes profesiones de lo social, y eso pasa por la incorporación de educadoras y educadores sociales en puestos de dirección y puestos técnicos dentro de la administración, para que puedan aportar nuestra mirada. Y, en tercer lugar, que no menos importante, junto al Colegio Profesional, donde se vela por la profesión, la formación, el intrusismo; y, cómo no, desde la práctica diaria, desde «las trincheras», construyendo cada día buenas prácticas.
Si se produce la alineación de la Universidad, práctica profesional, cargos técnicos y políticos y colegio profesional, la profesión se desarrolla y se observan claros avances, toda rueda con mayor facilidad. Por el contrario, si no se produce esa alineación, cuando cada una vamos avanzando, incluso, a veces, hacia espacios diferentes, el peaje a pagar por cualquier pequeño avance es muy elevado. Por ello, nuestra función como colegio profesional debe contemplar el ser inspiradoras y embajadoras de la profesión, el que las compañeras colegiadas no solo se formen, hagan carrera profesional en el mundo académico, velen por buenas prácticas, denuncien el intrusismo, investiguen y escriban, sino que militen en política, entren en los cuerpos funcionariales, estén en puestos de dirección y que siempre tengan el Colegio como referente. Por supuesto, sin olvidar la ordenación y regulación de la profesión al servicio de la ciudadanía; vigilar el ejercicio de la profesión haciendo cumplir la legislación; hacer cumplir el código deontológico y velar por las buenas prácticas profesionales; defensa de los intereses profesionales; promoción del reconocimiento social y profesional de la Educación Social. Tener el Colegio Profesional y trabajar por y para la profesión nos debe llevar a reinventar y rediseñarlo cada día, en función de las nuevas necesidades.
El juego de las tres dimensiones temporales del relato, pasado, presente y futuro, en continua conexión y discurso explicativo de unas sobre otras, representa otra de las virtudes que el lector puede disfrutar en sus páginas. No ha de extrañar, pues, el título: Hoy es el mañana de la Educación Social. Efectivamente, un presente que arrastra el pasado y se proyecta en el futuro más inmediato, por lo que los procesos históricos analizados en el bloque de «Ayer», origen de los oficios, academización, colegiación y construcción del código deontológico, explican la actualidad presente, el «Hoy» del segundo bloque, y orientan las temáticas del futuro, el «Mañana», analizadas en el tercer y último sector del libro.
En este contexto de análisis longitudinal, el apartado referente al pasado pasa revista a los procesos históricos que nos han llevado a la actualidad y que, como apunta su coordinador, el profesor R. López Martín, suponen los pilares sobre los que se ha construido la identidad profesional de las y los educadores y educadores sociales: los «oficios» de un primer momento, cargados de voluntarismo y de un cierto carácter artesanal, estudiados por J. M.ª Senent; el desembarco en las universidades con la llegada del paraguas aglutinador de la titulación de Educación Social, a cargo de la profesora Ana Iglesias; el tránsito del asociacionismo a la colegiación y el nacimiento de los colegios profesionales y el Consejo General de Colegios Oficiales de Educadoras y Educadores Sociales, en la pluma del educador social e historiador Carlos Sánchez; finalmente, el nacimiento del Código Deontológico y los Documentos Profesionalizadores de 2007, brillantemente estudiados por dos especialistas, como son Iñaki Rodríguez y Daniel Rubio, que se proyectaron en la firma de la Declaración de Valencia (2012), donde se consensuaron una serie de compromisos, reivindicando la acción constructiva de una sociedad centrada en los derechos básicos de las personas y su inclusión social.
Todo ello presenta una profesión en continuo cambio: lo que hagamos ahora será mejorable en unos años, porque es un continuo hacia nuestra mejor versión. Por ello, tenemos que enfrentarnos a nuestros retos para seguir construyendo y fortaleciendo la profesión. Muchos de los retos que como profesión tenemos por delante los desarrollan los diferentes autores y autoras a lo largo del libro. Y es que en la Comunidad Valenciana estamos en un momento de gran desarrollo normativo donde, como profesión, estamos participando de manera activa. Citamos algunas leyes pioneras de tercera generación: Ley 3/2019 de Servicios Sociales Inclusivos de la Comunidad Valenciana, o la Ley 26/2008 de Derechos y Garantías de la Infancia y Adolescencia. Y, si nos vamos al plano estatal, estamos en un momento normativo clave, con la Ley Orgánica 8/2021, de Protección Integral a la Infancia y Adolescencia Frente a la Violencia (LOPIVI). Un momento de cambios legislativos que requiere que la profesión se actualice, recicle y se impregne de ese cambio de filosofía del nuevo enfoque de derechos.
Este «presente inacabado» y el carácter continuo de la profesión al que hacíamos referencia en párrafos anteriores marca el desarrollo del segundo bloque dedicado a la actualidad, bajo la coordinación de la profesora Raquel Conchell. Ante la imposibilidad de atender la multiplicidad de planos resulta muy valorable la selección realizada: un análisis más general, a cargo de Iñigo Martínez y dos temáticas de tremenda actualidad, como son la relación de la Educación Social con el ámbito de la diversidad funcional, de la pluma de O. Martínez-Rivera, y la apelación a los ODS de la Agenda 2030 como marco generatriz de repensar la Educación Social, en un texto firmado por M.ª J. Martínez Usarralde y M. Barandiarán. Y es que, en estos momentos de máxima necesidad, en los que la pandemia que nos afecta va a dejar un elevado número de personas en situación de extrema vulnerabilidad, debemos pararnos a reflexionar sobre cómo está avanzando la Educación Social como profesión esencial, lo que ha asumido el Colegio valenciano como un reto ineludible de cara al futuro inmediato.
No debemos olvidar el inexcusable componente ideológico al situar la intervención socioeducativa en el marco de una política pública dirigida a la transformación social y la mejora simultánea de los tres ejes del desarrollo humano sostenible: la apuesta por la equidad, la cooperación económica y...