E-Book, Spanisch, Band 35, 244 Seiten
Reihe: Cátedra de Bioética
Gutierro Carrasco La biología filosófica de Hans Jonas
1. Auflage 2022
ISBN: 978-84-8468-998-0
Verlag: Universidad Pontificia Comillas
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Una base epistemológica para la bioética
E-Book, Spanisch, Band 35, 244 Seiten
Reihe: Cátedra de Bioética
ISBN: 978-84-8468-998-0
Verlag: Universidad Pontificia Comillas
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Juan Jesús Gutierro, nacido en Miajadas (Cáceres), es doctor en Filosofía por la Universidad Pontificia Comillas. Su investigación se centra en la antropología filosófica y en la filosofía de la biología, especialmente en el filósofo alemán Hans Jonas. En esta área tiene distintas publicaciones y reseñas. Es profesor en la Universidad Católica de Ávila y miembro de la Cátedra John Henry Newman de dicha universidad. Colabora en diversas revistas científicas.
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INTRODUCCIÓN
1.NUESTRO ENSAYO
El objetivo principal del ensayo que el lector tiene entre sus manos no es otro sino ofrecer un marco teórico que, teniendo como base el pensamiento del filósofo alemán Hans Jonas (1903-1993), permita el adecuado enfrentamiento crítico de la filosofía de la vida como base epistemológica de la bioética.
Sobre tres ejes se ha apoyado su trayectoria intelectual: vida, espíritu y sentido cuya vertebración es la experiencia misma de libertad. En nuestro ensayo, que tiene como fin recuperar la actualidad del pensamiento jonasiano, nos centraremos en el concepto vida y, por ende, libertad y las tres manifestaciones de ésta en el ser humano. Estas ideas corresponden a la segunda etapa de su trayectoria vital e intelectual que discurre desde los años 50 del siglo XX, tras la escritura de las Cartas formativas, pasando por los distintos ensayos que luego compondrán El principio vida publicado en el 1966. Y aunque pronto iniciaría su etapa en la ética médica, no será hasta 1979 cuando escriba El principio responsabilidad.
Por tanto, situados en el centro de su vida y, a nuestro juicio y también al suyo, en el centro de su pensamiento, pretendemos ofrecer un recorrido, en primer lugar, por la cuestión de la vida, una vida que Jonas entiende desde la categoría de lo orgánico; y, en segundo lugar, por las tres manifestaciones de la libertad trascendente del espíritu, propia del hombre, que, en su fin, conducen a una libertad moral, el deber ser, que remitirá a nuestro conatus vital, siendo responsable de lo otro, del otro y del Otro. Precisamente terminaremos nuestro ensayo con un epílogo que remitirá al lector a una cuestión inherente a todo hombre: la referencia a la trascendencia.
Para que el lector pueda seguir el hilo del discurso, este comenzará en el capítulo 1 adentrándose en las distintas teorías sobre el ser que han marcado la historia de la filosofía, yendo del animismo clásico al mecanicismo moderno como fruto de la ruptura dualista que alcanzará incluso a la comprensión de lo vivo. El evolucionismo nace de esa separación cartesiana de los órdenes del ser y tendrá gran repercusión en la ontología. Presentaremos cómo para Jonas las categorías necesidad, contingencia, sistema y devenir suponen una nueva manera de entender al hombre en el conjunto de la escala gradual.
Pero será propiamente en el capítulo 2 cuando abordaremos el eje vertebrador de nuestra propuesta: la definición de la vida como una aventura, como una hazaña peligrosa que va desde el ser más pequeño al hombre, un camino que se va abriendo en mediatez. Para ello, convendrá sentar las bases de las distintas conceptualizaciones que sobre la vida se han hecho y se hacen desde la filosofía y desde las ciencias naturales. Este marco, en diálogo con las propuestas de Spinoza y Whitehead, nos permitirá entender el alcance de la propuesta jonasiana en la cual la vida queda definida por la función metabólica. La vida se alza así de la materia en una relación paradójica con ésta de necesidad y libertad, entre sí mismo y mundo donde, gradualmente, aparecerá en el tiempo y con el tiempo la interioridad o subjetividad (conceptos que Jonas empleará indistintamente y que serán clarificados a lo largo de nuestro ensayo). Así, la vida animal, frente a la planta que está atada en su entorno, empieza a tomar distancia respecto a éste desde, según Jonas, tres acciones vitales: movimiento, percepción y emoción. Será la imaginatio la que emancipe al animal y aún más al hombre, dotando a este, se verá más adelante, de la capacidad de reconstruir la historia, su historia.
En el capítulo 3, nos encontraremos con un interrogante planteado al inicio de esta introducción: ¿hay fines en la naturaleza? ¿están estos reducidos al hombre? Adentrándonos en la cuestión teleológica intentaremos dar respuesta a la cuestión de la finalidad y el valor, partiendo para ello de la definición jonasiana de fin. Frente al fisicalismo reduccionista, Hans Jonas propondrá una teleología del acontecer con el fin de dar respuesta a la necesidad de construir una ontología que permita la complementariedad entre lo físico y lo no físico, entre la subjetividad y el cerebro.
En el capítulo 4 damos un salto al espíritu, más aún, a la temprana manifestación de la libertad del ser humano: la fabricación de herramientas. Qué es la herramienta, cuál su diferencia con la técnica, los estadios de progreso de esta última y los problemas a los que aboca en la modernidad. Ante ellos, Jonas propondrá una ética de la responsabilidad que tiene una base metafísica e intenta sostenerla en la concepción del valor del sí mismo. Ante el poder del hombre de modificar el entorno y a sí mismo, ante la amenazante calamidad, Jonas propondrá un cambio en la educación, en el derecho público o en la psicología, para lo cual será necesario el sentimiento de temor, una heurística del miedo.
Es, sin embargo, la capacidad de formar imágenes, aún más, en la emancipación de éstas, la imaginación, donde reside para Jonas lo específicamente humano, o donde va a radicar el salto entre lo aún compartido con el animal y lo propiamente humano. Ello lo abordaremos en el capítulo 5 donde partiremos de la definición de imagen, nos adentraremos en la facultad representativa que tiene todo hombre, y llegaremos a la abstracción que nos abrirá a la imaginación, gracias a la cual llegamos a la verdad teorética.
Por último, en el capítulo 6 nos encontraremos con el reflejo de la libertad trascendental del hombre que se manifiesta en la tumba. Así, nos preguntaremos sobre la muerte y su encaje en la teoría de la vida. Jonas sostendrá que la muerte, siendo ciertamente una carga para la vida también será una bendición porque permite preservar la capacidad de asombro humano. La tumba, que representa la conciencia de su ser y de su finitud, nos abrirá a la reflexión sobre la inmortalidad y la eternidad. Finalmente, en este capítulo haremos un recorrido por la discusión ética sobre la definición de muerte en el final de la vida, algo que a Jonas le preocupó los últimos años: el derecho o no a morir.
El hombre puede maravillarse cada día con la vida, hacerlo en cada instante de decisión, pues en ésta tiene entre sus manos a la eternidad, a ese Dios que espera anhelante de nosotros. El sinsentido del hombre, el vacío pascaliano, la pregunta de Unamuno son inherentes a nuestra condición. El responderla una tarea siempre abierta que esbozaremos en el epílogo de nuestra obra.
2.UN RECORRIDO VITAL
Podríamos limitar nuestro recorrido a la trayectoria intelectual de Hans Jonas, pero perderíamos el elemento subjetivo, el personal, el íntimo de nuestro autor. Utilizamos «el recurso personal como hilo conductor de una reflexión más general» (Jonas, 2001, p. 134), para que, «por encima de lo personal […] puedan decir algo de la propia ciencia de su tiempo» (Jonas, 2001, p. 133). Por ello, en estas primeras páginas, y guiados por sus Memorias, nos adentramos en el camino de vida de un hombre amante del conocimiento, que se sirvió de la ciencia para imbuirse en la profundidad del ser humano instando a éste mantenerse siempre en vela ante los dilemas éticos que se abren en la sociedad contemporánea.
Y así lo observaremos en las siguientes páginas donde recorremos con Jonas todas las vicisitudes de su vida, descubriendo, atisbando en ella tres etapas intelectuales: la que va de la gnosis antigua al nihilismo moderno; la del fenómeno de la vida; y la del principio de responsabilidad. Éstas concuerdan, en mayor o menor medida, con su trayectoria vital: su etapa de oficialía con Heidegger en Alemania, su estancia en Jerusalén y la lucha contra el nazismo y, por último, la filosofía práctica en Nueva York.
Sirvan, por tanto, estas páginas como contextualización de la obra jonasiana que nos permitirán, sin duda, comprenderla mejor.
2.1.De Mönchengladbach a Friburgo. Su casa
Marcado desde la temprana juventud por un mundo en guerra, Hans Jonas nace en la pequeña ciudad alemana de Mönchengladbach cuando corría el año 1903. Fascinado desde niño con la heroicidad de las historias del pasado, los mitos y leyendas griegos, romanos y alemanes, se lamentaba de su destino en un tiempo «donde todo estaba en perfecto orden» (Jonas, 2005, p. 27). Sin embargo, todo cambió el 1 de agosto de 1914, al fin ocurría algo «interesante» y se sentía protagonista de una época gloriosa en la que protagonizar heroicidades.
Durante los primeros años de la Guerra, las industrias textiles de Mönchengladbach, incluida la de su padre, tenían gran éxito económico, fabricando lonas de tienda para el ejército. Sin embargo, las noticias del frente empezaron a no ser tan buenas. El entusiasmo comenzaba a decaer: «Se empezaba a pasar hambre, todo escaseaba, sobre todo los alimentos. Nos vimos reducidos a una ración mínima de supervivencia e íbamos al campo para proveernos subrepticiamente de huevos o algo más de mantequilla» (Jonas, 2005, p. 50). Sin embargo, los reveses de la guerra no afectaron al negocio de su padre.
Su padre, Gustav Jonas, modesto en sus aspiraciones, era muy inteligente, conocedor de los clásicos, aunque sin tiempo absorbido por el trabajo, al cual se dedicó con diligencia consciente de su deber. De personalidad masculina, con talante algo autoritario, aunque muy sensible. Su madre, sin embargo, era una mujer delicada,
tan amorosa, sufría por...




