Guerra | Historia elemental de Cuba | E-Book | sack.de
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E-Book, Spanisch, Band 169, 128 Seiten

Reihe: Historia

Guerra Historia elemental de Cuba

Selección
1. Auflage 2010
ISBN: 978-84-9953-163-2
Verlag: Linkgua
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)

Selección

E-Book, Spanisch, Band 169, 128 Seiten

Reihe: Historia

ISBN: 978-84-9953-163-2
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La Historia elemental de Cuba para uso de las escuelas primarias, tuvo más de diez ediciones entre 1928 y 1964. La presente selección abarca varios capítulos del texto original. A cargo de Ramiro Guerra, uno de los más connotados historiadores cubanos, esta obra relata los avatares de la historia nacional de Cuba desde los tiempos previos a la conquista hasta el siglo XX.

Ramiro Guerra y Sánchez (31 de enero de 1880, Batabanó-29 de octubre de 1970, La Habana). Cuba. Historiador, economista y pedagogo, colaboró con la causa independentista cubana y, al término de la guerra en 1898, se graduó de bachiller. Poco después estudió en la Universidad de Harvard en un curso especial para maestros cubanos. Más tarde se graduó de doctor en Pedagogía en la Universidad de la Habana (1912), con la tesis La lección en la escuela primaria. Fue director de Escuela Práctica Anexa (1912-1913), superintendente provincial de escuelas de Pinar del Río y superintendente general de escuelas de Cuba (1926), y profesor y director de la Escuela Normal de Maestros de La Habana. Asimismo dirigió el Heraldo de Cuba (1930-1932), el Diario de la Marina (1943-1946) y la Revista Trimestre (1947-1950).
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Libro PRIMERO. LOS INDIOS. EL DESCUBRIMIENTO Y LA EXPLORACIÓN DE CUBA. OCUPACIÓN DE LA ISLA POR LOS ESPAÑOLES


Capítulo I. Cuba en la época del descubrimiento


1. Aspecto primitivo de Cuba. Hace poco más de 400 años Cuba presentaba un aspecto muy distinto de que hoy muestra a nuestros ojos.

El país estaba casi totalmente cubierto de frondosos bosques desde un extremo a otro.

No existían ciudades, ni ferrocarriles, ni carreteras, y en los campos no había ingenios ni fábricas de ninguna clase.

Entonces no había ni una sola mata de caña, ni muchas plantas que hoy existen, tales como matas de mangos, naranjos, aguacates, limones, mameyes, café y multitud de árboles más. No pocas de las hierbas que hoy cubren los campos y sirven de pasto al ganado tampoco existían entonces, como la hierba de Guinea, la cañuela o hierba de don Carlos y varias más.

Había palmas, pero en mucho menor número que ahora.

La mayor parte de los animales útiles que hay ahora en Cuba no se conocían entonces en la isla. No había ganado vacuno, caballar, lanar ni de cerda; ni perros, gatos, gallinas, ni otros animales domésticos. El más valioso de nuestros insectos, la abeja no se encontraba en nuestra patria.

El aspecto de Cuba ha cambiado mucho, por lo tanto, desde entonces hasta nuestros días.

Si una persona de las que vivían en aquella época se encontrara ahora en medios de nuestros campos, creería que había sido transportada a un país distinto y no reconocería su propia tierra.

Todo esto no quiere decir que Cuba no fuera hermosa entonces, sino que era diferente de como es ahora en muchas cosas.

Siboneyes: Pinar del Río, Cuba

Taínos: Antillas Mayores y Bahamas

Caribes: Antillas Menores y avanzando hacia el oeste.

2. Quiénes vivían en las Antillas primitivamente. Indios taínos, caribes, siboneyes. Cuba y las demás Antillas Mayores estaban pobladas primitivamente por unos habitantes de tipo muy distinto al nuestro. Tenían el color rojizo, el pelo grueso y lacio, y las facciones algo parecidas a las de los chinos. Eran de carácter pacífico, vivían principalmente de la agricultura y hablaban una lengua muy extraña. Pertenecían a la raza india, cobriza o americana y se llamaban taínos.

En las Antillas Menores vivía otro pueblo diferente, llamado caribe, perteneciente a la misma raza india. Era de condición valerosa, feroz y sanguinaria, y aterrorizaba con las incursiones de sus guerreros a los indios de las Antillas Mayores.

Además, en la parte occidental de Cuba se encontraba otra clase de indios, que se llamaban guanatabibes, ganahacabibes o guanatebeyes, de costumbres muy rudas, estado muy atrasado y diferente idioma.

Como se ve, los indios de las Antillas formaban tres grupos distintos:

1.º, los indios pacíficos y agricultores de las Lucayas y las Antillas Mayores;

2.º, los indios guerreros de las Antillas Menores, y

3.º, los indios selváticos del Oeste de Cuba. A los primeros se les aplica hoy el nombre de taínos los segundos han conservado en la historia su antiguo nombre de caribes, y a los terceros muchos sabios proponen que se le designe con el de siboneyes o ciboneyes.

3. Origen de los indios de las Antillas. El origen de los siboneyes es más dudoso que el de los taínos y caribes. Quizás los siboneyes fueran los primeros habitantes de Cuba, de Haití y de otras islas. No hay pruebas ciertas para saber si vinieron de la América del Norte, del Centro o del Sur. Sin embargo, hay mayores probabilidades de que procedieran de la Florida.

Los taínos y los caribes se cree que eran oriundos de la América del Sur. Los taínos descienden de los indios arahuacos, que aún viven en la América del Sur. También existen en esa parte del Continente antepasados de los caribes.

Es casi seguro que los arahuacos partieron de la América del Sur primero que los caribes. Avanzaron hacia el Norte por las Antillas Menores y después hacia el Oeste por las Mayores, y empujaron delante de sí a los antiguos siboneyes, donde éstos existían, hasta reducirlos al extremo occidental de Cuba. Se establecieron en las Antillas Mayores, acabaron por olvidar el lugar de donde procedían, así como su antiguo nombre, y se aplicaron el de taínos, que en el idioma de ellos quería decir «gente buena y pacífica».

Los caribes salieron de sus tierras de la América del Sur mucho tiempo después que los arahuacos o taínos probablemente. Fueron avanzando por las Antillas Menores, conquistándolas y aniquilando a los habitantes taínos, aunque quizás mataban a los hombres nada más. Cuando Colón descubrió las Antillas Menores, realizaban incursiones a Puerto Rico, Haití y Cuba. Por esa época, los taínos se extendían por Cuba con rapidez y empujaban a los siboneyes al extremo occidental de la isla y a los cayos vecinos o los obligaban a servirles como súbditos o criados.

4. Restos de los indios antillanos. Todos los indios de las Antillas se han extinguido, pero aún se encuentran restos de sus armas, de los utensilios que usaban y de algunas otras cosas, en los lugares donde habitaban. El hecho de que los restos encontrados puedan agruparse en tres clases distintas, prueba la existencia en lo antiguo de las tres clases de indios: taínos, caribes y siboneyes.

En Cuba se han encontrado muchos restos pertenecientes a los taínos y los siboneyes, y muy pocos atribuidos a los caribes. En las islas Bahamas, Haití y Jamaica, se han hallado muchas cosas de los taínos y pocas de los caribes. En Puerto Rico se han encontrado muchos objetos taínos, pero los caribes abundan también. En cambio, en las Antillas Menores se han descubierto objetos taínos y caribes, pero los de origen caribe son mucho más abundantes.

5. Los indios de Cuba. Los tres tipos de indios de las Antillas no estaban representados en Cuba. Los taínos se hallaban extendidos por toda la isla. Los caribes se cree que realizaban incursiones en las costas del extremo oriental, cerca de Maisí, pero que no llegaron a establecerse en ella. En cuanto al tercer grupo, hay ciertas dudas sobre si los guanacabibes y los siboneyes eran la misma gente. El padre Bartolomé de las Casas, que recorrió casi toda la isla y vivió varios años entre los indios creyó distinguir tres clases de indios en Cuba: unos muy parecidos a los de Haití y que él creía que procedían de aquella isla; otros que le parecieron ser la población nativa y primitiva de Cuba, a los cuales llamó siboneyes o cibuneyes; y un tercer grupo de indios, más salvajes, que vivían en la provincia de Pinar del Río, los guanatebeyes.

En la actualidad algunos sabios creen que los indios que el padre las Casas consideró procedentes de Haití, eran los taínos, y que los guanatebeyes y los siboneyes eran la misma gente.

Una parte del pueblo siboney se había refugiado al Oeste, huyéndole a los taínos y conservaba sus antiguas costumbres salvajes. La parte que se quedó a vivir junto con los taínos, llegó a aprender la lengua de éstos y alguno de sus usos y sus costumbres. Tal vez por eso el padre las Casas creyó que eran distintos de los de Pinar del Río y los llamó siboneyes. Esta opinión se funda en el hecho de que en Cuba sólo se han encontrado restos de dos clases de indios, esparcidos por toda la isla, abundando las reliquias de los taínos en la región oriental y las de los siboneyes en la occidental.

6. Los siboneyes. Alimentación, armas y habitaciones. Los siboneyes, aplicando este nombre a los indios más atrasados y salvajes que vivían hacia la actual provincia de Pinar del Río, ya se ha dicho que pueden ser considerados como los más antiguos moradores de la isla. Cuando Colón descubrió a Cuba, tal vez muchos de ellos vivían mezclados y confundidos con los taínos, así como en los cayos y las islitas vecinas.

Estos indios se alimentaban de productos naturales y no poseían ningún conocimiento de la agricultura. Algunos de los frutos con que se sustentaban los comían en sazón, tomándolos directamente de las plantas que los producían: otros, como los cocos y los corojos, los almacenaban en cuevas para las épocas de escasez. Los cangrejos terrestres y los caracoles formaban una gran parte del alimento diario. Además, comían con frecuencia pescado, jutías y otros pequeños animales. Hay indicios de que un enorme animal de la clase de los perezosos, llamado megalocnus —extinguido en Cuba desde antes del descubrimiento— pudo haber servido también de alimento a los siboneyes.

No se sabe qué armas usaban éstos, pero se cree que el arco y la flecha se contaban entre ellas. Es posible que tuvieran canoas de troncos ahuecados como las de los taínos, pero de más tosca construcción.

Los siboneyes ocupaban cavernas y abrigos habitables en las rocas, cerca de las playas o los ríos, lugares donde se encuentran restos de ellos con frecuencia, pero en ocasiones vivían también en campo abierto, probablemente en bohíos fabricados de manera muy tosca.

7. Industria y adornos de los siboneyes. Muchos de los depósitos de restos de los siboneyes no muestran trazas de alfarería, aunque quizás tuvieron alguna después de su trato con los taínos. Hacían tazas de madera, con la ayuda del fuego, empleando pedazos de caracol para raspar la parte quemada, a medida que adelantaban en el trabajo. Los mismos caracoles grandes, los convertían también en tazas y cucharones, quitándoles las espirales del interior. Empleaban, además, morteros y martillos de piedra muy toscos. En los trabajos de pedernal eran muy inhábiles, consistiendo principalmente los que hacían, en cuchillos y raspadores. En los...



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