E-Book, Spanisch, 235 Seiten
Reihe: Diseño Gráfico
Greever Diseñar para convencer
1. Auflage 2024
ISBN: 978-84-342-6288-1
Verlag: Parramón Paidotribo
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Principios y estrategias para presentar ideas y ganar aliados.
E-Book, Spanisch, 235 Seiten
Reihe: Diseño Gráfico
ISBN: 978-84-342-6288-1
Verlag: Parramón Paidotribo
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Tom Greever ha diseñado interfaces y liderado equipos de diseño durante más de 20 años. Su experiencia como diseñador de UX, jefe ejecutivo de diseño y consultor le ha dado una amplia perspectiva sobre cómo una mejor comunicación da como resultado un óptimo diseño. Ha entrenado y asesorado a equipos sobre prácticas de diseño y comunicación en grandes empresas y también en empresas emergentes, en todo el mundo.
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[ Prefacio ]
EN 2014, SE ME pidió que presentara algunas ideas para charlas en una conferencia regional de UX en Estados Unidos. Hasta ese momento, había estado trabajando como consultor de diseño para algunas marcas importantes y estaba ansioso por compartir algunos de los trabajos interesantes que habíamos hecho juntos. Presenté tres resúmenes. Los dos primeros trataban sobre técnicas y enfoques de diseño que me parecían interesantes, métodos que habíamos usado en proyectos para lograr resultados de diseño efectivos. Estaba muy orgulloso de ellos. El tercer resumen era sobre diseñar para convencer. Ese me pareció bastante corriente. Por supuesto, también era importante, pero trataba sobre algo que había hecho todos los días de mi carrera. Sabía que otros diseñadores también lidiaban con este problema. Es solo parte del trabajo, ¿verdad? Parecía el tema más obvio y aburrido, algo que hacía de manera automática, casi sin pensar. Naturalmente, ese es el que eligieron.
Estaba decepcionado por no poder compartir mis conocimientos y mi experiencia sobre los otros temas, me esforcé en ofrecer ideas y principios que pudieran ayudar a los diseñadores en esta área. Pasé varias semanas pensando en cómo hablo a las personas sobre el diseño, en qué tipo de enfoques tomo y en cómo podría ayudar a otros a mejorar a partir de algunos consejos prácticos. Nunca imaginé que esta charla en una conferencia daría pie a una serie de oportunidades que han cambiado completamente mi carrera.
Ese proceso me permitió ver cómo mi propio trabajo estaba lleno de ejemplos donde una mejor comunicación producía un mejor diseño. Me di cuenta de que todos mis diseñadores favoritos eran personas que podían explicar inteligentemente por qué hacían lo que hacían. Descubrí que muchos de los comentarios que hago a mi propio equipo tienen más relación con la forma en que presentan su trabajo que con su habilidad para crearlo. Desde entonces, tengo claro que la forma en que hablamos sobre el diseño con otras personas tiene un impacto significativo en si tenemos éxito o no en crear grandes experiencias. Esta es una habilidad de la que muchos diseñadores (incluidos los más experimentados) carecen. El éxito de nuestro trabajo depende de nuestra capacidad para obtener el apoyo de todas las personas del equipo. Si no podemos conseguirlo, nuestros diseños nunca verán la luz del día.
Hablando para entrar en el diseño
Mi camino hacia el trabajo en UX comenzó en marketing. Estudié negocios para obtener mi título universitario y rápidamente vi cuán poderoso era el diseño para dar vida a los productos. Durante todos mis años de universidad, aprendí por mi cuenta diseño gráfico y diseño web al mismo tiempo que hacía proyectos freelance para pequeñas empresas locales para costear mis estudios.
Sé que parece una locura, pero realmente disfruto presentándome a entrevistas de trabajo. En la universidad, me ofrecía para casi cualquier cosa y acepté cada entrevista que conseguía. Era una oportunidad de bajo riesgo que me permitía practicar, es decir, hablar sobre mi trabajo. Me encantaba ver a la gente mirar mi portafolio, comentar lo que les gustaba de mí o preguntarme por qué había hecho lo que hice. Me emocionaba explicarles a otras personas mis decisiones de diseño de entonces, todavía lo hago hoy. ¡Me encanta hablar sobre diseño!
Después de graduarme, un día me presenté a una entrevista para un trabajo como gerente creativo en un equipo de marketing interno de unas veinte personas. Mi última entrevista fue con la vicepresidenta de marketing. Me preguntó sobre mi portafolio, el cual defendí fácilmente. Después sobre mi experiencia y revisó mi currículum, del cual le hablé con orgullo. Pero entonces me miró fijamente y me hizo la pregunta más memorable de mi carrera: “Supongamos que tengo un nuevo proyecto para ti. ¿Qué es lo primero que me preguntarías sobre él?”.
Parecía una respuesta fácil. Mi experiencia laboral era limitada, pero esta era una reunión habitual para un diseñador: la reunión con un interesado. Sin dudarlo, comencé lo que sentía como un enfoque probado y verdadero para todo mi trabajo anterior: “¿Se trata de un producto impreso o de un sitio web? ¿Será en color o en blanco y negro? ¿Usaremos fotografías procedentes de un banco de imágenes u originales? ¿Cuántas páginas tendría el sitio web o el folleto? Y, finalmente, ¿cuál es tu cronograma?”.
“Estás equivocado”, dijo ella. “Nada de eso realmente importa. Lo más importante que podrías preguntarme..., lo primero que siempre deberías preguntar es: ‘¿Qué queremos comunicar?’”
Me quedé atónito. En silencio. No solo sabía que ella tenía razón, sino que había expuesto mi ego de diseñador superficial de una manera que me hizo sentir pequeño y completamente ignorante sobre aquello en lo que más confiaba: mi habilidad para hablar sobre diseño.
La buena noticia es que conseguí ese trabajo, y he tenido muchos otros trabajos desde entonces, pero nunca olvidé ese error. No fui lo bastante astuto para reconocer que mi colaboradora tenía una agenda diferente a la mía. Fallé en comprender lo que ella necesitaba o en intuir sus preocupaciones. Para ella, el proyecto era sobre comunicación. Para mí, solo se trataba de píxeles. En ese momento, me di cuenta de que mi habilidad para hablar con otras personas sobre diseño era un aspecto crucial de mi trabajo. Tenía que considerar las necesidades de mis potenciales clientes. Era importante que mis diseños hicieran algo por ellos: resolver su problema. Y si no era capaz de comunicar eso, estaba destinado a equivocarme de nuevo. Para ser un diseñador exitoso, tenía que descubrir cómo comunicar a mis clientes lo que hacían mis diseños. Debía responder a sus preguntas de una manera que tuviera sentido para ellos, no para mí.
Si podía hacer eso, pensé, entonces tendría éxito.
La UX todavía es joven
Muchas de las personas que trabajan en UX hoy en día no provienen de una escuela especializada en este campo, ni tampoco asistieron a clases que los prepararan para centrarse en las necesidades del usuario. Hemos llegado a UX desde otras áreas de la empresa: marketing, TI, diseño gráfico, investigación... Incluso los conductistas humanos y los psicólogos han encontrado su relevancia en UX.
Aparte de nuestro camino personal, muchos de los que trabajamos en UX tenemos historias similares. La mayoría no comenzamos en UX porque UX no existía. Así que la industria del diseño está llena de personas con antecedentes muy diferentes a sus títulos de trabajo actuales.
Además, para muchas empresas, el diseño siempre ha sido solo una utilidad. Solíamos contratar diseñadores solo para hacer que nuestro trabajo tuviera un aspecto más profesional, para asegurarnos de que la marca fuera consistente, o para comunicar una idea creativa. Hoy en día, los contratamos porque hay problemas difíciles que deben resolverse si queremos que nuestros productos tengan éxito en el mercado. Los diseñadores están en el centro del ciclo de desarrollo del producto. Los ejecutivos también se han dado cuenta de lo importante que es el diseño, y quieren influir en el proceso porque su negocio está en juego. Hoy, en cualquier organización, hay más personas que nunca que son conscientes del valor de diseñar una buena experiencia de usuario.
¿Qué sucede cuando tomas una industria llena de pensadores creativos y los lanzas en medio de un ciclo de producto con problemas de usabilidad y metas de negocio? No es sorprendente que haya un desacuerdo entre lo que un cliente quiere y lo que el diseñador ha elaborado cuidadosamente. Por eso, ambos conciertan una reunión.
Y nos encontramos en una reunión con personas que no saben cómo hacer nuestro trabajo, pero que constantemente nos dicen cómo creen que deberíamos hacerlo. Es para volver loco a cualquiea.
Este libro se encuentra en la intersección de la industria de diseño de UX y el negocio de productos digitales. Las expectativas anteriores, que consideraban que el diseño consistía solo en hacer imágenes bonitas, chocan hoy en día con ideas fuertes sobre cómo resolver los problemas del negocio. El crecimiento y la madurez de la industria de UX han cambiado nuestro rol de muchas maneras, pero sobre todo han puesto en evidencia la necesidad de saber explicarnos a otras...