E-Book, Spanisch, Band 150, 1768 Seiten
Reihe: El Ojo del Tiempo
Gómez De Liaño Instantáneas del tiempo 1978-1979
1. Auflage 2024
ISBN: 978-84-10183-23-0
Verlag: Siruela
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Diario personal
E-Book, Spanisch, Band 150, 1768 Seiten
Reihe: El Ojo del Tiempo
ISBN: 978-84-10183-23-0
Verlag: Siruela
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Ignacio Gómez de Liaño (Madrid, 1946) ha sido profesor en universidades de Madrid, Pekín y Osaka. Ha cultivado la novela, el ensayo, el teatro, la historia, el diario y la poesía, además de la filosofía, en numerosos libros, algunos traducidos a varias lenguas. Destacan especialmente El círculo de la sabiduría, Filósofos griegos, videntes judíos o Contra el fin de siglo.
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Hay, en la música de Wagner y de los románticos y posrománticos, algo que no me gusta, que me horroriza, y es esa maníaca tendencia a ensombrecer y manosear los abismos del inconsciente, de las emociones, hasta convertirlos en técnica formulable. Hay razones –históricas, psicológicas, etc.– para que tal cosa haya ocurrido. Confieso sentir una cierta añoranza de las formas límpidas y escuetas de un mundo cristalino y, como de cristal, limitado. La forma limita y en su limitación bulle y contiene un mundo. Eso del infinito tiene más que ver con el apetito –el deseo sexual, por ejemplo– que con la razón y el entendimiento. La del universo se tambaleó. Está aquí hecha una inmensa ruina, y nosotros estamos hundidos debajo de los cascotes. En el vacío infinito e insondable afloran las formas: la ciudad-catedral se convierte en ciudad de individuos… El imperio de las emociones –de la carne– debe servir como gleba para que en él nazca el Reino Superior del Espíritu. Si no, está destinado a devorarse a sí mismo, a ser tierra que expele tierra y torna a alimentarse de sus excrementos. El Reino del Espíritu es el de la libertad, la cual exige conocimiento. Y, por tanto, educación. ¿Hasta el punto de la ingeniería biológica? A Dios no se le puede conocer sino en el hombre. Las mil cosas que nos rodean, sólo cuando las acaricia la mirada o la mano humana, se tornan lenguas pregoneras de la divinidad. Sólo aparecen malas cuando el hombre las maltrata.
: Narrador. Poeta. Chico amante escultor. Arquitecto visionario. Pintora estructuralista. Prima-belleza. Pintor hedonista. General-arqueólogo. Padre. Madre de poeta. Chica-condesa. Cura-duque-conspirador. Fra Ludovicus-templario. Vividor (Bola). Chicos de la vida. Filósofos 1. Autoritario-hegeliano. 2. Anarquista-nietzscheano. 3. Escolástico-lacaniano. 4. «Yo». 5. Estructuralista. Hippies-curas-camareros-chicas de la vida-universitarios-etc. Mecenas-economista. Financiero-político. Grupo de teatro. Grupo de acción terrorista. Cárcel. Hospital. Palacio, criada-criado… Isla. Pueblo-ciudad. Ciudad-Prospe (?) POEMA-Isla. Prospe (?)-palacio-cárcel. Prospe (?)-palacio-cárcel. Amoríos-trabajo. Tiempo después.
: Giambattista Vico y la lengua de los dioses. Es la lengua de que había hablado G. Bruno, y tiene una larga tradición a sus espaldas. . Emblemas. Kabbalistas – Ficino – Pico de la Mirandola – Agrippa. Filosofía mnemónica de Bruno. ¿Cómo es esta escritura? Exposición pormenorizada. La lengua de los dioses es la lengua de los magos. Es la lengua del amante furioso. ¿Lengua para la telepatía? Iconoclastas y antiiconoclastas*. La filosofía como un «arte del momento». La escritura como la fulguración del instante. El Reino de la Luz y de la Niebla.
Jueves, 22 VI 78*. Cuando uno duerme bien tiene asegurada la placidez del día siguiente. ¿Y qué hay que hacer para dormir bien? Primeramente, no haberse dejado agitar por nada, sino haberse ido hundiendo en una cierta tranquilidad de espíritu en las dos horas precedentes a la dormición. En segundo lugar, haber cenado alguna cosa ligera (nunca, carne) y perfectamente digerible, a fin de que nuestra alma vegetativa no se vea obligada a hacer un trabajo grosero. También es importante la cama en la que se duerme y que la alcoba –para mí son preferibles las alcobas a los dormitorios grandes– esté suficientemente ventilada, y no tenga durante la noche ni frío ni calor. Las bebidas alcohólicas también se deben proscribir. Cumplidos todos esos requisitos, creo que se puede asegurar un sueño reparador y placentero. Las pesadillas suelen ser el remate o consecuencia de desarreglos vegetativos. El mundo vegetal está poblado de monstruos, cuando su floración, germinación y cultivo no es el naturalmente adecuado. Por eso quizá haya que temer graves trastornos con los antinaturales principios de cultivo agrícola hoy imperantes. Toda la vida se puede resentir, y entonces verdaderamente se tendrá que decir «el sueño de la razón produce monstruos». Acaba de sonar el timbre. Era una chica –«somos un grupo de parados», ha dicho– que vende bolsas de . He comprado una. Esta tarde se casan Marcos R. Barnatán y Rosa M. Pereda. A ver qué tal nos lo pasamos en El Cachirulo. Por cierto, en una carta al director de leí que «cachirulo» es el nombre de una variedad de trigo artificialmente tratado que recibe el nombre genérico de . Es una mezcla de trigo y centeno con 42 cromosomas tratados de una manera especial. ¿Se trata de una boda-híbrido? Cada vez me siento más propenso a reírme del mundo, de todo, de las tramas de la gente. ¡Qué vida solitaria me aguarda! ¡Más aún que la que conozco! Rindo culto, aún sin proponérmelo, a la cortesía, pero estoy hecho de emociones muy vivas que procuro no dejar traslucir. Soy un enigma para muchos, pero ante todo lo soy para mí.
A las 8:15 h, después de que el taxi se equivocase de calle, llegué a El Cachirulo. Había todavía poca gente en ese restaurante aragonés en el que los camareros eran niños vestidos de baturros y las mesas estaban cubiertas con manteles de cuadros rojos. En seguida, vinieron a abrazarme Rosa y Marcos. Saludé a Chus, el de Visor, que decía que no nos veíamos desde hacía cuatro años –luego resultó, al hacer cálculos más exactos, que sólo era un año– y a Conchita, su mujer, que decía haberse cruzado conmigo varias veces por la calle Isaac Peral sin yo fijarme, y que prepara una antología de poetas «nuevos novísimos». Lo decía con un leve rictus de cara, como si dudase del resultado. Charlé entonces con Luis Alberto de Cuenca, al que Genoveva le había insistido en que fuese a su casa antes de las vacaciones. Allí estaba también el poeta Manuel Álvarez Ortega, pronunciando Stefan George como . «¿Qué haces, Ignacio, además de estar charlando tan bien aquí con nosotros?». «Pues cuando estoy en mi casa, sigo charlando, pero conmigo», le dije. L. A. de Cuenca rio la gracia. Iba trajeado, como va al Consejo Superior de Investigaciones Científicas, y se fue en seguida. Por allí andaban Carmen, la de la librería Miessner, periodistas de , Umbral, Benet, Martínez Sarrión, García Hortelano, etc. El local empieza a llenarse. Hay gente que va sentándose en las mesas. Se bebe, se comisquea. Voy a saludar a Raquelita, hermana de Marcos, a la que acompaña su marido. Creo que es la única persona de su familia que acudió. De pronto, veo a José-Miguel Ullán, sin gafas, veraniego, como rejuvenecido, acompañado de una jovencita muy mona, que al principio me pareció casi una niña, morenita, con mucho encanto, que se llama Lucila. Luego, por Rafael Conte, sabría que su apellido es Valente. Ullán me contó que había oído de mí historias muy terribles, que si yo me pinchaba y estaba de pinchazo en pinchazo, que me habían visto con alguien que se pinchaba. «Aquél que estaba con la chistera cuando lo de Ramoncín…». No me aclaró mucho más. Que luego había sabido que estaba perfectamente bien. Nos fuimos a sentar a una mesa. Poco después aparecería en TVE su colaboración sobre el Museo de Cera. Rafael Conte vino a sentarse con nosotros. Me reconoció en seguida. Hablaba casi al oído con J.-M. Ullán de cosas literarias. «Ahora si te metes con alguien, ya no replica…, por miedo. Antes todo estaba seguro, estable…». Vino Paloma Chamorro, luego Guillermo P. Villalta. «Te he llamado ochenta veces» –luego resultó que eran dos–. Fernando Huici, «Nos tienes abandonados –dijo Mariquita–, también Paco Calvo», «¿Himeneos o epitalamios?», Cristina, Reina, Jover, Julieta, etc. Yo recomendé a Lucila Valente y . También estaban Petrus (Pedro García Domínguez) y Jenny. Tuve que levantarme cien veces para saludar. Juanito Cruz y su mujer: «¿Quién es esa chica tan guapa que está apoyada en una columna?». Ullán a Cruz: «Desde Neuchâtel…, ¡qué carrerón!, ¿eh?». (En Neuchâtel, a finales de agosto de 1972, conocí a Ullán y a J. Cruz, que iba de «escudero» de Ullán). María Corral, Bayreuth, Pierre Boulez, etc. Cenamos después en la terraza, bastante desprotegida, de un restaurante. La madre de Huici decía delante de Guillermo P. Villalta: «Tenemos tres Pérez Villalta…», o sea, tres cuadros de Guillermo. Estuve un instante en el pub Dickens con Paloma Chamorro. Cuando Fernando, Mariquita y yo salimos de El Cachirulo, Mariquita dijo: «¡Ha estado el Madrid!». María Corral es una mujer interesante, como si bullese en su interior un profundo e hirviente drama, bajo una capa de frialdad. Es sensible, dual, precisa, nórdica. Guíller llevaba una camisa verde jaspeada, botón-alfiler verde. La madre de Fernando me recordaba con barba y melena, pantalones de terciopelo verde, chaquetilla verde, «guapísimo». «¡Qué amigo más guapo tienes!», le decía a su hijo. Me parece que a José-Miguel Ullán le tienta nuestro grupo, nuestra especie de fraternidad simpática, despreocupada, moderna. Fernando Huici me tiene mucho aprecio. Ay, se hizo una mancha en el pantalón. Su padre se la hizo en la chaqueta. El K2r, el tinte compartido. Tinte pequeñoburgués. El día en que Fernando descubrió la primavera, tenía 5 o 6 años. Su madre es una mujer tremendamente vital y entusiasta. «Sois unos héroes los de ». Así se llama el programa de televisión que dirige Paloma Chamorro. Me invitó a que fuese a cenar hoy a su casa; pero no podía… La señora casi se negaba a aceptar mi disculpa. Conchita, la mujer de Chus Visor, es recelosilla,...




