E-Book, Spanisch, 256 Seiten
Frankl / Batthyány Llegará un día en el que serás libre
1. Auflage 2019
ISBN: 978-84-254-4189-9
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 0 - No protection
Cartas, textos y discursos inéditos
E-Book, Spanisch, 256 Seiten
ISBN: 978-84-254-4189-9
Verlag: Herder Editorial
Format: EPUB
Kopierschutz: 0 - No protection
Viktor Frankl nos dejó una conmocionante lección existencial con su relato testimonial de supervivencia en los campos de concentración. Sin embargo, lo que le ocurrió los meses posteriores tras su liberación permaneció oculto o completamente desconocido para la mayoría de sus lectores. Con el paso de los años, y conforme aumentaba la distancia con los acontecimientos, Frankl cedió, para su examen y publicación, las notas personales y las cartas de su archivo privado con el convencimiento de que sus vivencias durante la etapa del regreso a casa podrían aportar valor y confianza a aquellos a los que la lectura de El hombre en busca de sentido había aportado ya conocimiento y consuelo. Llegará un día en el que serás libre es el fruto de ese trabajo. La presente obra es una selección de los textos y la correspondencia de Frankl al regresar a Viena después de que terminara su vida como prisionero en cuatro campos de concentración. Este libro, complemento y continuación de El Hombre en busca de sentido, revela nuevas informaciones que resultarán sorprendentes tanto para los conocedores de la biografía de Frankl como para el público que quiera saber más sobre la vida y pensamiento del fundador de la logoterapia.
Viktor Frankl (1905-1997) es uno de los referentes más destacados de la psicología del siglo xx. Doctorado en Medicina y Filosofía por la Universidad de Viena, fundó la logoterapia, también denominada 'Tercera Escuela Vienesa de Psicoterapia'. En 1942, en pleno apogeo de los nazis, él y su familia fueron deportados e internados en los campos de concentración. Fue precisamente esta experiencia la que lo llevaría a confirmar vivencialmente su teoría psicológica (desarrollada en décadas anteriores) basada en el sentido de la vida y con raíces existencialistas. Tras sobrevivir al Holocausto, fue profesor de Neurología y Psiquiatría en la Universidad de Viena y obtuvo la cátedra de Logoterapia en la Universidad Internacional de San Diego, California. Impartió conferencias en universidades de todo el mundo y sus libros han sido traducidos en más de 40 idiomas.
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INTRODUCCIÓN
por Alexander Batthyány En el campo nos habíamos confesado unos a otros que ninguna dicha en esta tierra podía compensar toda la desgracia padecida. No esperábamos encontrar la felicidad, no era eso lo que infundía valor y sentido a nuestro sufrimiento, a nuestro sacrificio, a nuestra agonía. Pero tampoco estábamos preparados para la infelicidad. Ese desencanto, con el que se topó un número nada desdeñable de prisioneros, resultó una experiencia muy dolorosa y difícil de llevar, y también muy difícil de tratar para un psiquiatra. Pero esto no debería desalentar al psiquiatra, sino constituir un mayor estímulo. Transcurrido el tiempo, llegó el día en que, al volver la vista atrás, hacia la espeluznante experiencia del campo, a los prisioneros les resultaba imposible comprender cómo consiguieron soportar todo aquello. Y del mismo modo que la liberación les había parecido un bello sueño, sentían ahora las atroces vivencias del campo como una lejana pesadilla. Después de describir la psicología del prisionero del campo de concentración, hemos de reconocer que salir de aquel mundo ignominioso y volver al calor del hogar producía una maravillosa sensación de fortaleza interior. Tras haber soportado increíbles sufrimientos, ya no había nada que temer, excepto a Dios. (Frankl, 1946b: 122) Con estas líneas termina El hombre en busca de sentido, la crónica sobre el Holocausto que Viktor Frankl escribió en 1945. En cambio, el libro no menciona, o lo hace solo brevemente, lo que ocurrió inmediatamente después, el motivo por el que Frankl regresó a su Viena natal, cómo vivió el antiguo prisionero los primeros días, semanas y meses posteriores a su liberación y en qué circunstancias vitales escribió su famosa crónica sobre el Holocausto. De hecho, todo esto ha permanecido hasta ahora oculto o completamente desconocido para la mayoría de los lectores. Por este motivo, Viktor Frankl recibió durante sus conferencias numerosas preguntas acerca de la época inmediatamente posterior a su liberación del campo de concentración. Con el paso de los años y conforme aumentaba la distancia con respecto a los acontecimientos, Frankl fue hablando cada vez más abiertamente sobre estas primeras semanas y meses en libertad. Fue a comienzos de la década de los noventa cuando Frankl permitió por primera vez que se examinaran y publicaran notas personales y cartas de su archivo privado, obviamente convencido de que la etapa del regreso a casa, a la que hasta el momento apenas se había prestado atención, merecía ser preservada del olvido; y quizá también con la esperanza de que el hecho de conocerla pudiera aportar valor y confianza en sus propias vidas a aquellos a los que la lectura de El hombre en busca de sentido había aportado ya fuerza y consuelo. A la luz de las anteriores consideraciones, el presente libro reconstruye a partir de cartas y documentos en parte inéditos del archivo personal de Viktor Frankl en Viena algunas de las estaciones más importantes y motivos centrales de su liberación y vuelta a casa. El libro tiene también la intención de corregir un determinado relato, muy divulgado pero a veces demasiado simplista, sobre la vida de Frankl durante los primeros años de la posguerra. De hecho, en este sentido, algunos de los textos y cartas aquí publicados contienen informaciones que resultarán sorprendentes también para los conocedores de la biografía de Frankl, en la medida en que invitan, por ejemplo, a una lectura más cuidadosa sobre lo «fácil» que le resultó a Frankl regresar a la libertad después de que terminara su vida como prisionero en cuatro campos de concentración (Terezín, Auschwitz, Kaufering y Türkheim). Sus primeros posicionamientos políticos y conferencias muestran a su vez que la postura de Frankl respecto a la cuestión de la culpa, la responsabilidad y la reparación colectivas es mucho más compleja de lo que en muchas ocasiones se ha mostrado hasta ahora. Por consiguiente, el presente volumen, en cuanto complemento y continuación de El hombre en busca de sentido, aporta algo de luz sobre una fase de la obra y la vida de Viktor Frankl, por lo general, menos conocida. Los textos reunidos en este libro se dividen en tres partes. La primera, biográfica, contiene cartas y poemas de la época de 1945 a 1947; la segunda, conferencias, entrevistas y comentarios de 1946 a 1948 sobre la temática del Holocausto, el nazismo y la Segunda Guerra Mundial; y la tercera, discursos conmemorativos de los años 1949 a 1988. La primera parte está precedida por un testimonio de Frankl de 1985. Esta conferencia esclarece el contexto biográfico e histórico de los textos presentados en este volumen mediante un breve resumen de la vida de Frankl entre 1938 y 1945. 1. CORRESPONDENCIA 1945-1947 La primera parte describe a partir de cartas escritas entre 1945 y 1947 el camino de regreso, tan solo esbozado en los últimos párrafos de El hombre en busca de sentido. Hacia el final de la primera parte del libro, Frankl insinúa la dificultad que entraña ese camino: ¡Pobre de aquel que no encontró a la persona cuyo recuerdo le infundía valor en el campo! ¡Desdichado quien descubrió una realidad totalmente distinta a la añorada en los años de cautiverio! Quizá subió en un tranvía y se dirigió a la casa de sus recuerdos, llamó al timbre, como había soñado tantas veces en el Lager, pero no halló a la persona que debía abrirle, no estaba allí, nunca volvería. (Frankl, 1946b: 121-122) Estas líneas adquieren una importancia aún mayor cuando se leen teniendo presente la biografía de Frankl. Él presenció la muerte de su padre en Terezín, pero hasta el último momento tuvo la esperanza de que su madre y su primera mujer, Tilly Frankl, de soltera Grosser, hubieran sobrevivido al campo. En una de las primeras cartas escritas tras su liberación que se conservan, Frankl alude a esta esperanza y al consiguiente «cargo de conciencia» que le empujaba a ir a buscarlas a Viena para justificar su despido precipitado del hospital militar de las tropas aliadas en Bad Wörishofen (Baviera), en el que trabajó como médico durante las semanas posteriores a su liberación (véase la carta no fechada de 1945 al capitán Schepeler). Solo después de abandonar toda esperanza de volver a ver a su madre y a su esposa —estando aún en Múnich, se enteró de que su madre había sido asesinada en Auschwitz e inmediatamente después de regresar a Viena supo que su primera mujer, Tilly, había muerto en Bergen-Belsen semanas después de la liberación, a consecuencia de su estancia en el campo—, Frankl ya no hablará más de su supervivencia como una bendición, sino como una carga. Todo lo que le quedaba ahora era el compromiso con la tarea de su obra intelectual (la logoterapia y el análisis existencial) y la escritura de Psicoanálisis y existencialismo, que ya había comenzado antes de la deportación: Puedo entenderlo si me imagino como un niño que debe quedarse castigado en la escuela: los demás ya se fueron y yo sigo allí, tengo que terminar los deberes y entonces podré irme a casa. (23 de junio de 1946) Y: Para mí no existe felicidad en esta vida desde los martirios de mi madre y mi esposa. No me ha quedado nada, excepto el compromiso de completar mi obra intelectual, aún y a pesar de todo, o quizá precisamente por todo lo que tengo que sufrir. (1945) Efectivamente, tras su regreso a Viena, Frankl fue extraordinariamente productivo. Entre 1945 y 1949 publicó ocho libros, entre ellos alguna de las obras fundamentales de la logoterapia y el análisis existencial, y pronunció numerosas y célebres conferencias ante el público y en la radio, tanto dentro como fuera del país. Además, en febrero de 1946 pudo retomar su actividad como médico y fue nombrado director del departamento de neurología del Hospital Policlínico de Viena, puesto que ocupó durante veinticinco años hasta su jubilación en 1970. Pero, como ya se ha dicho, los éxitos profesionales y científicos son solo una parte de la vida de Frankl tras su liberación. La otra parte, a menudo ignorada también por la recepción contemporánea de Frankl, aparece, sobre todo, y de manera aún más señalada que sus éxitos externos, en las primeras cartas a su hermana y a sus amigos íntimos. En ellas Frankl habla abiertamente de la soledad y de las angustias que le invaden tras su regreso a Viena: el dolor por sus familiares, su primera mujer y los muchos amigos que no sobrevivieron a la persecución nazi. Sin embargo, a partir de 1946 las cartas documentan cómo la relación con su futura segunda esposa, Eleonore Schwindt, y el nacimiento de su hija Gabriele en diciembre de 1947 le dan cada vez más fuerza y valor. En una carta a Rudolf Stenger, Frankl describe el encuentro con Eleonore como el punto de inflexión decisivo tras su liberación: Desde hace unos días no puedo volver a hablarte de cómo «estaba», pues hace poco que las cosas «son» diferentes, seguro que ya sabes a qué me refiero. [...] [D]esde entonces —con este dato es suficiente por hoy— hay una persona a mi lado que ha sido capaz de darle de golpe la vuelta a todo. (Cf. la carta a Rudolf Stenger del 10 de mayo de 1946, infra, pp.. 83-85) No obstante, la sombra de las experiencias vividas sigue siendo claramente visible después de este punto de inflexión. Tras consultarlo con su hermana, que estaba viviendo en Australia, Frankl hace los preparativos para, en caso de que la historia se repitiera, poder emigrar allí sin demora junto con...