E-Book, Spanisch, Band 410, 172 Seiten
Reihe: Concilium
Erp / Schickendantz / McLean Sacramentalidad: el mundo como signo e instrumento de la presencia de Dios
1. Auflage 2025
ISBN: 978-84-1063-142-7
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Concilium 410
E-Book, Spanisch, Band 410, 172 Seiten
Reihe: Concilium
ISBN: 978-84-1063-142-7
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
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En un tiempo de cambios eclesiales y teológicos, la noción de sacramentalidad adquiere una renovada importancia. Desde la publicación de Laudato si' y Fiducia supplicans, la Iglesia ha ensanchado su comprensión de lo sacramental más allá de los siete sacramentos, reconociendo la presencia de Dios en el mundo y en las relaciones humanas. ¿Cómo puede una comunidad herida ser signo de la presencia de Dios? ¿Qué nos enseña la sacramentalidad del mundo sobre la de la Iglesia? A través de estas preguntas, este volumen invita a una reflexión profunda sobre los límites y las oportunidades de lo sacramental en el pensamiento teológico contemporáneo.
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Peter Chong y Carmel Pilcher*
Sacramento de la naturaleza: perspectivas ecoteológicas
Este artículo quiere explorar un sacramento de la creación desde la perspectiva de Oceanía. Se centra en las islas Fiyi, que, junto con sus vecinos, están experimentando en carne propia los resultados del cambio climático provocado en gran medida por las instituciones multinacionales. Los fiyianos itaukei (indígenas) tienen una profunda afinidad con el cosmos al que llaman vanua. Si bien esta interconexión conforma su identidad, al mismo tiempo la suya es una historia de vulnerabilidad que sigue afectando a su modo de vida. Una teología de la vulnerabilidad que encuentra su fuente en las Escrituras hebreas y cristianas y culmina en la «necedad» de la cruz habla de la difícil situación de los fiyianos y de los pueblos de las pequeñas islas de Oceanía. Proponemos que cuando los fiyianos que viven en la sacralidad de vanua abrazan su vulnerabilidad a la luz de la cruz, se convierten en sacramento e instrumento de la presencia de Dios en el mundo.
Introducción
Cualquier visitante de las islas Fiyi queda inmediatamente impresionado por su belleza natural: océanos azules, playas inmaculadas, un sol deslumbrante, palmeras que se mecen y bosques de un verde exuberante. Los fiyianos conocen esto como vanua. Pero junto a esta belleza está su vulnerabilidad provocada por la globalización y el cambio climático. La globalización domina y explota la débil economía de Fiyi. La economía fiyiana ha pasado a servir a los intereses de las naciones ricas y poderosas mientras priva a la población local de su sustento económico. El cambio climático se presenta en forma de patrones meteorológicos cambiantes, blanqueamiento del coral, aumento del nivel del mar, huracanes, inundaciones y, más recientemente, la erosión de las costas. Los fiyianos conviven con estos extremos; también viven con la destrucción de sus islas y océanos provocada por la codicia de naciones y grandes empresas. Argumentaremos que los pueblos fiyianos de la vanua, cuando reconocen y abrazan la vulnerabilidad de la cruz, se convierten en signos e instrumentos de la presencia de Dios en un mundo roto.
1. La cosmología fiyiana expresada a través de vanua27
El significado literal de vanua es tierra. Esto incluye la tierra física, el bosque, el mar y todos los seres vivos que hay en ella. En muchos lugares, también se refiere a la propia plantación, que normalmente se encuentra en algún lugar del bosque. Pero la vanua es más que una entidad física. Confiere a un pueblo su sentimiento de identidad, seguridad y pertenencia. La relación de la tierra con la identidad de un clan se ilustra muy claramente en las ceremonias indígenas fiyianas, en las que se dirigen a las personas según su i cavuti o el título de su vanua o tierra. Por ejemplo, a una persona de la confederación kubuna se le dirigirá la palabra de esta manera: «I na vanua vakaturaga o Kubuna», que literalmente significa «a la tierra principal de Kubuna». Este vínculo entre los clanes y su tierra lo explica muy bien Ilaitia Tuwere28, quien afirma que «I cavuti» implica pertenecer a una vanua o tierra determinada. Explica que una persona no es dueña de la tierra; la tierra es dueña de la persona, y la persona y la tierra son una sola cosa; los fiyianos indígenas trazan su identidad hasta su vanua o tierra. La vanua representa el ethos itaukei (indígena).
La vanua también tiene un significado social. Se refiere a toda la red de relaciones de una comunidad indígena fiyiana. En el centro de estas relaciones se encuentra el sistema de jefes. El turaga, o el jefe, es el símbolo central que vincula todas las demás relaciones y símbolos de la vanua. Él encarna y representa a las vanua. Su casa se llama valelevu (casa grande) porque es la casa de las vanua. La identidad, los papeles y el estatus de las personas se definen en función de su relación con el turaga. Cada miembro de un mataqali (clan) tiene un papel hereditario que desempeñar en relación con el turaga. El mata ni vanua (portavoz del jefe), el bete ni vanua (sacerdotes tradicionales), el mataisau (carpintero) y el gonedau (pescador) son algunos ejemplos. Estos papeles confirman la identidad, el estatus y el sentido de pertenencia de una persona. Se dice que una persona es vaka-tiraga (como un jefe) o un buen miembro de la vanua cuando es capaz de cumplir sus obligaciones con los turaga y las vanua.
Por último, la vanua es un símbolo religioso. Ayuda a la gente a relacionarse con el mundo espiritual y con los misterios de la vida. La vanua proporciona a la gente un marco con el que interpretar acontecimientos como, por ejemplo, el sufrimiento, la muerte, las catástrofes naturales y las desgracias. La vanua ayuda a la gente a dar sentido a las situaciones, ya sean favorables o desfavorables. La moralidad se define en términos de si la acción de uno está de acuerdo con la vanua. Las crisis, la enfermedad, la muerte e incluso la buena fortuna se interpretan como el resultado de la fidelidad de uno a la vanua. Cuando se producen catástrofes, es el momento de que la gente reflexione sobre su relación con la vanua. La gente suele asociar las experiencias negativas como las catástrofes naturales, la muerte y la desunión como una señal de que su kalou vu (dios ancestral) no está contento con la marcha de las cosas en la vanua.
En general, la naturaleza espiritual de la vanua puede compararse a una brújula que da indicaciones para vivir; el itaukei necesita estar estrechamente relacionado con su vanua. El dicho itaukei «Noqu kalua oqu vanua» (mi dios es mi vanua y la vanua es mi dios) expresa bien la relación itaukei. Para los itaukei, la vanua y el turaga son vistos como la encarnación de lo divino y son símbolos del kalou vu.
2. La experiencia de vulnerabilidad de la vanua fiyiana
El estudio de Norman E. Gabel29 demostró que los itaukeis (indígenas fiyianos) surgieron de diversos orígenes étnicos y de varios flujos migratorios sin un origen ancestral común. Gabel opina que los itaukeis tienen rasgos melanesios y polinesios, con una sociedad formada por diversas comunidades étnicas. Robert Sutherland estaba de acuerdo en que las fronteras políticas y sociales de los itaukei eran flexibles y vagas, sin una identidad cultural homogénea fija, única y delimitada30.
En 1874, Ratu Cakobau y sus jefes aliados cedieron Fiyi a Gran Bretaña. El primer gobernador británico aplicó la «política de gobierno indirecto», por la que el gobierno colonial gobernaba a los itaukeis a través de sus jefes nativos y las estructuras vanuata31. Al hacerlo, los británicos introdujeron el mito de la homogeneidad cultural itaukei. Al mismo tiempo, los británicos necesitaban hacer crecer la economía, por lo que importaron mano de obra barata y fácilmente disponible de la India, Vanuata y las Islas Salomón. Se observa una intersección de comunidades vulnerables que viven bajo el dominio británico. En los últimos tiempos, Fiyi ha sufrido cuatro golpes de Estado entre 1987 y 2006, lo que pone de manifiesto una situación de vulnerabilidad política que continúa hasta nuestros días. Las islas Fiyi y los países insulares vecinos del Pacífico se encuentran entre los más vulnerables al cambio climático. Hay cinco islas atolón que quedarán sumergidas con la subida del nivel del mar. Cuatro de ellas se encuentran en el océano Pacífico. Aunque los países insulares del Pacífico son los que menos contribuyen a las emisiones de carbono, son víctimas de primera línea del cambio climático, en particular de la destrucción del ecosistema oceánico, así como de la subida del nivel del mar. Los océanos simbolizan tanto la vida como la destrucción y proporcionan tanto alimento como sustento económico. Con la vulnerabilidad de la vanua, los itaukei también son vulnerables, lo que provoca no solo destrucción y muerte, sino también pérdida de identidad.
El neocolonialismo, el poder de las empresas multinacionales han traído a Fiyi una nueva y más peligrosa forma de vulnerabilidad. El neocolonialismo forma parte del fenómeno de la globalización, una cultura basada en el mercado económico. Se centra en la obtención de beneficios a expensas de los seres humanos y de la naturaleza, con escasa consideración por el desarrollo y la dignidad de los pueblos. Privilegia el poder de las corporaciones multinacionales, que ahora dominan el mundo en términos de explotación, producción, mercados y políticas económicas y políticas. La cultura globalizada tiende a servir a las corporaciones más que a las personas. La economía fiyiana es débil y, por tanto, los dirigentes son muy vulnerables a los tratos y sobornos de las poderosas corporaciones. Los tratos comerciales se hacen para favorecer a las corporaciones. Prueba de ello son las industrias extractivas que privan a las comunidades locales de los recursos naturales que les proporcionaban alimentos y sustento económico; la tala de árboles; la pesca; y las industrias libres de impuestos, como la de la confección y la hotelera. Las industrias extractivas crean división en las comunidades de los pueblos y destruyen el ecosistema.
Si bien existe una vulnerabilidad en todo el mundo global, las islas...