Dillon | Guía HBR: Relaciones de Poder en la Oficina | E-Book | sack.de
E-Book

E-Book, Spanisch, 212 Seiten

Reihe: Guías HBR

Dillon Guía HBR: Relaciones de Poder en la Oficina


1. Auflage 2018
ISBN: 978-84-291-9409-8
Verlag: Reverte-Management
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)

E-Book, Spanisch, 212 Seiten

Reihe: Guías HBR

ISBN: 978-84-291-9409-8
Verlag: Reverte-Management
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)



Ninguna empresa está exenta de problemas de poder: choque de personalidades, competencia por los mismos objetivos, guerras entre departamentos... Pero necesitas trabajar de forma productiva con todos tus compañeros por el bien de tu empresa y de tu carrera. Para conseguirlo sin comprometer tus valores, debes reconocer que existen dinámicas de poder y reglas no escritas que tienes que saber gestionar. Con la Guía HBR Relaciones de Poder en la Oficina tendrás éxito en tu trabajo sin necesidad de convertirte en un acaparador de poder o en un arribista. Podrás desarrollar una estrategia eficaz y provechosa para ti. Aprenderás a tener más influencia sin perder tu integridad; a enfrentarte a compañeros desleales; a desenvolverte en las conversaciones difíciles; a controlar las tensiones cuando los recursos son escasos; a conseguir los recursos que necesitas; y a reconocer que no todos los conflictos son malos.

Harvard Business Review es sin lugar a dudas la referencia más influyente en el sector editorial en temas de gestión y desarrollo de personas y de organizaciones. En sus publicaciones participan investigadores de reconocimiento y prestigio internacional, lo que hace que su catálogo incluya una gran cantidad de obras que se han convertido en best-sellers traducidos a múltiples idiomas.
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CAPÍTULO 1


El jefe que no
te deja crecer


El problema


¿A qué se debe esta situación?


Cuando la persona que debería guiarte y animarte en tu trabajo mantiene ocultas tus acertadas aportaciones, es evidente que no te está valorando. Aunque no sea su intención minar tu moral o frenar tu carrera, es difícil que te sientas motivado; después de todo, ya sabes que no se van a reconocer tus esfuerzos.

A algunos jefes no les gusta compartir los méritos en el trabajo. A otros les pone nervioso que los puntos fuertes de sus subordinados dejen en evidencia sus carencias. Puede que te encuentres con alguno de estos problemas con un jefe recién llegado a su puesto y que se sienta amenazado por tus amplios conocimientos de la empresa o por tus estrechas relaciones con tus compañeros. O quizás hayas acabado en su equipo tras una restructuración de puestos de trabajo y él haya descubierto que aportas nuevas cualidades imprescindibles para el equipo, cualidades que todos daban por descontado que él ya tenía.

¿Qué puedes hacer al respecto?


Quizás hayas fantaseado con la idea de cambiar de trabajo, pero probablemente no sea necesario recurrir a esa solución. Puedes mejorar el trato diario con tu jefe, pero tendrás que ser tú quien promueva el cambio.

Controla el problema


Jessica Pryce-Jones, presidenta y fundadora de la asesoría para la mejora del rendimiento en el trabajo iOpener, con sede en Reino Unido, y autora de , afirma que a menudo las personas son dadas rápidamente a tildar de desastrosa una relación laboral, antes de asumir su parte de responsabilidad e intentar arreglarla.

¿Cómo puedes hacerlo? Recuerda que tu jefe quiere prosperar en su trabajo, tanto como tú en el tuyo. Pensar así te ayudará a adoptar una actitud constructiva para que puedas dejar a un lado la frustración y mejorar la dinámica de trabajo. Piensa en las cosas que tienes en común con tu jefe y no en vuestras diferencias. Como señala Pryce-Jones, si solo compartís conversaciones de negocios, es poco probable que podáis establecer una relación cercana. Pero si encontráis algo que os una será más fácil conectar en el plano profesional. ¿Sois de la misma ciudad? ¿Admiráis a las mismas personas?

Encontrar cosas en común con él te puede ayudar a ver vuestras actividades diarias y vuestras interacciones de una forma positiva. ¿Existe alguna explicación racional para que percibas esas señales negativas? Puede que tu jefe te excluya de reuniones cruciales con su superior porque piensa que una reunión privada es más eficiente, sin que signifique que quiera impedir que crezcas en la empresa o que asciendas.

Si compartís el mismo punto de vista, podrás empezar a tratar a tu jefe como te gustaría que te tratara. Encuentra el momento propicio para ayudarle a quedar bien. Pryce-Jones sugiere lo siguiente: «Cuéntale a algún compañero de tu jefe a quien respete alguna visión que compartáis o algo que él haya logrado que tú admires». Muéstrale tu agradecimiento cuando te ayude a conseguir alguna meta importante en tu carrera o a solventar algún problema. No tienes que ser efusivo, solo agradécele con sinceridad lo que ha hecho por ti. Como mínimo, conseguirás que baje la guardia y, en el mejor de los casos, podrás sentar un buen ejemplo que él querrá seguir.

AMPLIAR HORIZONTES: LA HISTORIA DE ALEXY

QUÉ PASÓ

QUÉ HICE

¿HIZO ALEXY LO CORRECTO?

Es difícil alcanzar un equilibrio saludable con un jefe que en ocasiones se muestra indiferente y, en otras, dependiente y que te aísla del resto de compañeros. Alexy fue inteligente al poner su nombre en las aportaciones que realizaba y al establecer relación con otros jefes de departamento. Así, logró no quedarse aislado y resentido en su trabajo, pero seguramente el actuar a espaldas de su «jefe paranoico» —o pasar por encima de él— no era la mejor opción. Así, tan solo logró reafirmar la percepción que tenía de que no se podían fiar de su independencia y visibilidad.

Contacta con algún antiguo empleado


Si tienes la oportunidad de ponerte en contacto con alguien que ya haya trabajado para tu jefe, invítale a un café. (Si llevas tiempo trabajando en la misma empresa, seguramente conocerás a alguien que haya tenido una buena relación con él. Si no es así, puede que tengas que confiar en algún amigo que, con discreción, te ayude a encontrar a la persona adecuada). Cuéntale que tienes ganas de crecer en tu puesto de trabajo y que te gustaría saber cómo fue su experiencia laboral con tu jefe, todo lo que aprendió de él. Preséntale ese encuentro como una oportunidad para aprender de tu jefe, no como una reunión para quejarte de él. Intenta que te explique la forma que tiene tu jefe de enseñar y deja que te aconseje cómo puedes ganarte su confianza para que se sienta más a gusto cuando te encargue algún proyecto o cuando te incluya en algún equipo de trabajo multidisciplinar. Aunque te sientas cómodo y creas que puedes confiar en esa persona, ten en cuenta que cualquier cosa que digas puede llegar a oídos de tu jefe, así que muéstrate siempre cauto en tus palabras.

Si no te aporta nada positivo, y solo confirma que tu jefe es un cretino, al menos te habrá servido para que estés prevenido. Sabrás que no es un asunto personal y que hay alguien en el mundo que entenderá por lo que estás pasando si necesitas hablar y sentirte comprendido.

Katie, una investigadora científica, sufrió durante años el menosprecio de su jefe. La había contratado el superior de su jefe para un buen puesto de trabajo, y creía que este estaba resentido por esta razón. Para no causar problemas, no planteó la situación y tan solo intentó hacer su trabajo lo mejor posible. Pero un día, hablando con uno de sus antiguos empleados se dio cuenta de que su jefe no la odiaba, sino que no sabía ejercer su cargo y siempre estaba de mal humor. La charla le dio ánimos a Katie para hacerle frente en una reunión privada. Katie recuerda: «Me ayudó mucho saber que no solo me pasaba a mí. Dejé de tomármelo como un ataque personal y empecé a pensar cómo podía hacer para que me dejara en paz».

Relaciónate con sus colegas


Asegúrate de que los colegas de tu jefe sepan cuánto trabajas y cuánto te importa la empresa. La profesora universitaria de desarrollo laboral y liderazgo, Herminia Ibarra, afirma que, si tu jefe no te da la oportunidad de demostrarlo, tendrás que hacerlo sin prisas, poco a poco, creando tus propias relaciones personales con las personas influyentes en la empresa. Comienza por conocer a un par de personas fuera de tu entorno más próximo (véase el capítulo 16, «Construye alianzas»). Pueden ser encuentros casuales en los que habléis de cualquier cosa, de películas o de aficiones… o puedes pedir a alguien que os presente. Si no sabes quién podría hacerlo, pon en práctica la idea de los seis grados de separación: ¿Qué persona de mi círculo me la podría presentar?

Un aliado no es suficiente, por mucho poder que tenga. No importa el cargo que ocupe; tu jefe puede dañar tu reputación dentro de la empresa si no tienes a ningún aliado de su mismo rango que pueda velar por ti.

Paula lo aprendió de la peor manera posible. Tras una...



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