E-Book, Spanisch, 580 Seiten
Reihe: Letras Nórdicas
Bergman Cuaderno de trabajo II
1. Auflage 2025
ISBN: 978-84-10200-75-3
Verlag: Nórdica Libros
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Biblioteca Bergman
E-Book, Spanisch, 580 Seiten
Reihe: Letras Nórdicas
ISBN: 978-84-10200-75-3
Verlag: Nórdica Libros
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark
Ingmar Bergman (Uppsala, 1918 - Fårö, Gotland, 2007). Cineasta, guionista y escritor sueco. Considerado uno de los directores de cine clave de la segunda mitad del siglo xx, es para muchos una de las personalidades más eminentes de la cinematografía mundial. En su obra se hace patente la influencia de dos dramaturgos: Henrik Ibsen y, sobre todo, August Strindberg, que le introdujeron en un mundo donde se manifestaban los grandes temas que tanto le atraerían, cargados de una atmósfera dramática, agobiante y desesperanzada. Entre los numerosos galardones que recibió, habría que destacar el Oso de Oro del Festival de Berlín en 1958 por Fresas Salvajes, el Óscar a la mejor película extranjera en 1961, 1962 y 1983 por El manantial de la doncella, Como en un espejo, y Fanny y Alexander, respectivamente; la Placa de Oro de la Academia Sueca, en 1958; el premio Erasmus, en Holanda, en 1965, y en 1975 el doctorado honorífico en Filosofía de la Universidad de Estocolmo.
Weitere Infos & Material
1975
A principios de la primavera se estrena la versión de Noche de Reyes que Ingmar Bergman dirigió para el teatro Dramaten. Después escribe las últimas notas de Cara a cara, para comenzar a finales de abril el rodaje, que se prolongará hasta junio.
A lo largo de todo el mes de julio, Bergman trabaja con la planeada película sobre Jesús (a pesar de que, como vimos un año antes, dijo haber abandonado la idea). Las anotaciones que hace en el Cuaderno de trabajo sobre la película de Jesús son prácticamente las mismas que se encuentran en la sinopsis que se convirtió en el único resultado tangible del proyecto. Dado que ese texto se publica en Sin filmar, sin rodar, sin publicar, no hemos incluido aquí esas notas, a excepción de un par de comentarios relativos al proyecto.
Durante el otoño vemos en el Cuaderno cómo a Bergman se le ocurre una idea nueva para una película que con el tiempo acabará titulándose El príncipe petrificado, perteneciente al género de la pornografía humorística, muy en boga a la sazón, aunque algo inesperado en Bergman. Paralelamente a las últimas notas sobre ese proyecto (que nunca llegó a materializarse en ninguna película), comienza en serio el manuscrito que se convertirá en El huevo de la serpiente, y que Bergman llevaba tiempo planeando —los primeros bocetos que figuran en el Cuaderno sobre «El experimento» (como se llamó al principio) datan de 1966, y por otros documentos del Archivo de Ingmar Bergman se desprende la idea de que era incluso unos años anterior—.
10.3.75
Regresé a la isla de Fårö el viernes. El estreno de Noche de Reyes fue muy exitoso y la crítica, buena, en parte, espléndida. Los ensayos transcurrieron a toda velocidad: fue como una auténtica fiesta. Los actores, maravillosos.
La verdad es que yo me sentía bastante mustio todo el tiempo, pero a pesar de todo la cosa fue bien y la obra fue entretenida. Totalmente a propósito, no he trabajado nada con Cara a cara en todo este tiempo, salvo lo absolutamente imprescindible y ahora voy a escribir sobre todo acerca de los sueños y quizá a trabajar un poco con la composición en sí. De todos modos estos días estoy mucho más contento y con más ganas de trabajar que cuando fui a Estocolmo en diciembre.
Sueño nº. 1 Las habitaciones son raras, cada cual más rara que la siguiente, sobre todo hay nieve por todas partes y todo se ve bastante cochambroso. Ella se encuentra siempre delante de exactamente la misma puerta. Lleva ese vestido rojo tan bonito. Recorre las distintas habitaciones, que están cada vez más revueltas. Llega al fin a la gran sala. En el centro hay una niña junto a una única vela encendida. Por todas partes hay personas que esperan agazapadas. Por todas partes la nieve y la suciedad.
El abuelo está sentado en una silla, de pie junto a su rodilla está la niña. Una figura espantosa se inclina a medias sobre la niña y la acaricia. La luz se agita y aletea vacilante. Diálogo con Wankel. Luego apagan la luz o se apaga. Se oyen sonidos extraños y un grito quizá de socorro u otra cosa.
17.3.75
Leí esto en Ignace Lepp que me conmueve profundamente y que pienso que es una formulación de la que me puedo valer: «Se diría que precisamente un intenso amor a la vida sería el principal remedio —y tal vez el único eficaz— en la lucha por superar el miedo a la muerte. Tenemos que saber que en realidad podemos morir en cualquier momento, y a pesar de todo vivir como si no fuéramos a morir nunca: la sublimación del miedo a la muerte es la única solución verdadera al problema» (La mort et ses mystères).
Ese razonamiento debería incluirse incuestionablemente en algún punto de la película como un resumen y un mensaje. Aunque es difícil saber cómo encajarlo.
También debería existir una profundización del miedo a la muerte en algún punto concreto. Un miedo a la muerte explícito tan real que conmociona. ¿El abuelo? ¡O quizá ese actor tan apuesto, Strömberg! ¿Es él quien de pronto la toma con Jenny y empieza a preguntarle por la muerte? Así el uno se enfrentará al otro y así cada uno, él o ella, tendrá la posibilidad de dar a entender lo que quiere.
4.4.75
Por fin he reescrito el primer sueño. Estaba complicado de recuperar, pero ¡ahora es mejor!
21.4.75
Hoy es el último día en Fårö. Mañana nos vamos a Estocolmo y el lunes empieza el rodaje. Está bien, la verdad, aparte del desasosiego de siempre. Pero está bien y es agradable empezar otra vez. Me resulta incluso divertido, emocionante y algo así como un reto. O sea, me apetece. Esa depresión horrorosa que sufrí después del guion ha desaparecido por completo, ha sido casi como una enfermedad incomprensible. Así que las cosas están bastante bien, en realidad. El viaje a América también ha sido estimulante, además ha sido bueno para la economía. Ya podemos empezar a planificar el futuro con cierta prudencia.
1.7.75
Acabo de volver a Fårö después de finalizado el rodaje. En realidad, ha ido tremendamente rápido. De pronto estábamos a medio camino. De pronto quedaban cinco días. De pronto se había acabado y estábamos todos juntos en el restaurante Stallmästargården en plena fiesta y discursos y puros y melancolía y un confuso estallido de emociones.
No sé muy bien cómo ha ido. (¡Cuando terminamos La flauta mágica sí que sabíamos todos que era buena!). Ahora no sé nada. Hacia el final empecé a sentirme muy cansado. El esfuerzo físico y psíquico + la falta de sueño resultó difícil de aguantar. De todos modos, ya ha pasado. Liv me preguntó qué creía yo. Le dije que creo que es mucho. Luego contendrá cosas que serán un poco molestas y que me resultarán incómodas. Pero esa es otra cuestión.
21.7.75
Ahora mismo acaba de llamar Paul Kohner y me dice que los señores de la BBC y de la Rai, a los que voy a ver el 13 de agosto, piensan pedirme que posponga el proyecto, puesto que ahora se están haciendo muchas películas de Jesús. Es doloroso y desagradable, pero puede que entrañe algún sentido. Ya veremos qué quieren decir. Yo creo de todos modos que voy a intentar seguir con mi película. Le tengo mucho cariño a estas alturas y sería una mierda que no pudiera hacerla a pesar de todo.
24.7.75
Nota a Caifás: Una cosa que ha debido de alterar a Caifás en lo más hondo de su alma es la recién ocurrida entrada de Jesús en Jerusalén. Se ha manifestado sin permiso. El asno sobre el que cabalga lo ha pedido prestado sin autorización. La gente ha cogido hojas de palma, y las palmeras están totalmente peladas. La gente se ha comportado como loca dejando los mantos en el suelo en medio de la suciedad.
Judas participa en la comunión. Existe un vínculo secreto entre él y Jesús. Los dos comparten un secreto: igual de pesado para ambos.
4.10.75
Quizá sería divertido hacer una comedia sobre siete días en la vida de un canalla. Siete señoras, siete noches de sexo, siete situaciones fantásticas, siete mujeres distintas, de todos los tipos, edades y físicos, elevado e ínfimo, vulgar y sublime, todo en una procesión fantástica. Seguro que me iría bien. Una larga danza fantástica, quizá con un estilo y en un tiempo concretos, quizá sea fin de siglo u otra época quizá los años treinta (de todos modos, haría falta que viera la absurda película de Kulle).[1] Pero bueno.
Si decidimos remitirnos a nuestro tiempo a principios de siglo o en todo caso al periodo anterior a la Primera Guerra Mundial si decidimos no dejarnos espantar. Siete señoras, siete relatos, siete experiencias, siete aventuras guarras, alegres, tristes, grotescas, crueles, complicadas, impregnadas, exaltadas, alocadas, amables, chocantes, insólitas, durante siete días, lunes, martes, miércoles y así sucesivamente, ¿no resultaría algo divertido?
Primero tengo que dilucidar de qué pasta está hecho ese hombre. De todos modos será o bien Erland o bien el loco de Thommy. ¿O será un puto extranjero? Pero creo que sería un alivio poder soltar un rugido y reír y gritar y hacer lo que me diera la gana y armar un buen follón. Yo creo que es lo que necesito después de tanta angustia. Y de todo esto tan materialmente cerca, tan vivo, tan cerca como para tocarlo de modo que lo sientes y lo hueles y justo solo porque me hace gracia y me gusta ponerme algodones en los oídos y que no venga ningún imbécil a negarme nada, ni siquiera yo mismo.
¿Será acaso el príncipe en su pequeño principado? ¿Será él quien lo decida todo él solo y que es autoritario y al que nadie puede llegar y que tiene en su bella mano la Vida y la Muerte y que crea una fiesta y que crea una alegría y que sabe y que no sabe? ¿Será así? La melancolía. La belleza. La música. La decadencia. La alegría, sobre todo la alegría. La sensación de un poder sin límite. Y de que la vida tiene viveza y que tenemos posibilidades ilimitadas de hacer lo que nos venga en gana con todo y con todos y que yo tengo el poder, yo, y que doblego las circunstancias a mi voluntad. Y que holgazán y que cruel y que alegre y que mierda y reventar los límites y vencer a la muerte.
Y que mi siglo para...