Bara Bancel / Bautista Parejo / Gómez-Acebo | Resistencia y creatividad | E-Book | sack.de
E-Book

E-Book, Spanisch, 240 Seiten

Reihe: Aletheia

Bara Bancel / Bautista Parejo / Gómez-Acebo Resistencia y creatividad

Ayer, hoy y mañana de las teologías feministas
1. Auflage 2015
ISBN: 978-84-9073-135-2
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)

Ayer, hoy y mañana de las teologías feministas

E-Book, Spanisch, 240 Seiten

Reihe: Aletheia

ISBN: 978-84-9073-135-2
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)



Resistencia y creatividad es un espacio de reflexión, de memoria y esperanza. Es la memoria resistente de tantas mujeres, teólogas o no, que han hecho posible el presente. Es pararnos a contemplar lo que ya somos, para evitar perdernos en la desesperanza y para seguir avanzando sobre el camino que entre todas hemos ido construyendo. Es la creatividad emergente desde nuestra realidad, una realidad de mujeres, de creyentes, de teólogas que desarrollan su reflexión desde los márgenes, para mantener lo creado desde la frescura de lo nuevo y lo bello. Y es la posibilidad de alumbrar el futuro orientándolo hacia la fe, compartiendo nuestra capacidad de resistencia, para hacernos juntas más capaces del Misterio que nos libera y nos empodera, que nos atrae y nos sorprende.

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ESPERANZA BAUTISTA PAREJO 2
EN BÚSQUEDA DE LA JUSTICIA PERDIDA
El fin último de la teología feminista es que se le haga justicia a la mujer y que esta se haga pública en la sociedad para que, a través de ella, alcance a todos los sectores sociales marginados y oprimidos. Al mismo tiempo, la teología feminista ejerce una función crítica sobre los límites de la religión y la cultura, una función que es desestabilizante y paradójica, pero también terapéutica, pues es descolonizadora y liberadora, gratificante y sabia, con incidencias concretas sobre la realidad social y política. Esto implica la búsqueda de un cambio de la sociedad, construir otra sociedad en la que mediante la Palabra de Dios se pueda ejercer la justicia, la compasión y la misericordia. Puede ser una utopía, pero nos hacen falta utopías que nos den esperanza para poder continuar en el camino de Jesús de Nazaret. 1. La teología feminista en España
El lema de estas Jornadas, «Resistencia y creatividad», no podía ser más oportuno, porque no podemos correr el riesgo de que las nuevas generaciones de mujeres piensen que los logros que se han conseguido han estado presentes siempre en la sociedad y en la Iglesia. La conquista de tantos derechos sociales, políticos, económicos y religiosos no es algo que ha «llovido del cielo», sino el resultado de la lucha que tantas mujeres vienen manteniendo desde hace ya bastantes años. Ivone Gebara expresa y resume muy bien el sentir de la teología feminista cuando dice: «¡Cuántas luchas hay que librar para encontrarse a sí misma cuando se es mujer en una sociedad [agrego Iglesia] en la que los hombres tienen la última palabra! ¡Cuántas luchas para fomentar el bien y la justicia..! El mal, aquí, no es un mal metafísico o un discurso sobre el mal en general, sino que se trata del mal concreto, sufrido..., el mal de no tener libertad de expresión, el mal de no disfrutar de las mismas oportunidades... Pero lo que resulta más sorprendente es que hay una conciencia de resistencia, un deseo de restaurar las fuerzas de la vida. No dejarse arrastrar, no dejar que este mal nos invada totalmente y se afirme como la última palabra de la vida»1. ¿De dónde venimos? ¿En dónde estamos? ¿Hacia dónde vamos? Son preguntas que con frecuencia nos hacemos. Yo diría que las mujeres venimos de una experiencia histórica de injusticia. Pero, como dice Hanna Arendt, «no solo es necesario hacer justicia, sino mostrar públicamente que se hace justicia». También diría que el fin último de la teología feminista es que se le haga justicia a la mujer y que esta se haga pública en la sociedad para que, a través de ella, alcance a todos los sectores sociales que también han sido marginados y oprimidos y, por ello, están demandando justicia. Por ello, en la teología feminista existe también una actitud política y jurídica. El inicio de las asociaciones, de los grupos o movimientos de teólogas fue en primer lugar una decisión política. Se había vivido en una situación en la que estaban prohibidas las asociaciones, y en los años ochenta comenzaban a estar permitidas. En el mundo civil hubo una verdadera explosión de deseos de constituirse en asociaciones y, en el campo de la teología, en especial entre las mujeres que ya habían podido iniciar sus estudios en teología, estos deseos se plasmaron muy pronto en iniciativas y creaciones de asociaciones diversas. En segundo lugar, estas iniciativas surgían de la necesidad de ser reconocidas como personas plenas y capaces de asumir mayores responsabilidades en la Iglesia. En tercer lugar, fue de nuevo una opción política: situar la teología feminista en el marco de la teología de la liberación. Dentro de este marco general, lo que se ha venido intentando desde la teología feminista es precisamente esto: sentar en una primera fase las bases que nos ayuden a relativizar, e incluso deconstruir, aquellos conceptos o concepciones referentes a la mujer que resulten poco cristianos o que, por su falta de coherencia evangélica, no parecen dar una respuesta cristiana ni a los problemas de nuestra sociedad ni a los problemas de las mujeres. Desde los estudios feministas, también se ha constatado que, cuando las mujeres adquieren importancia en un campo o en una actividad determinados, los hombres se sienten por lo general muy incómodos, y cuando esto sucede existen múltiples evidencias que prueban que el estatus de esa actividad disminuye, se infravalora y se devalúa. En la base de todo ello se encuentra una concepción de la mujer que tiene como punto de partida su supuesta inferioridad respecto al varón. Una clave importante de esta situación es el patriarcado y las ideologías a que ha dado origen y que a lo largo de la historia vienen estructurando toda la vida y la narrativa alrededor de las experiencias de los hombres, otorgando la dignidad humana y conformando todo lo que es valioso o vale la pena en torno a los hombres, pero dejando de lado a las mujeres. Dicho de otro modo y de manera más resumida: el poder patriarcal, uno de los poderes que más violencia ha ejercido en la historia, unido al poder espiritual que se encuentra presente en todas las religiones, se convierte en un verdadero riesgo de violencia, a veces incluso virulenta, contra las mujeres y los seres humanos en general. Al mismo tiempo, todo ello se manifiesta en el lenguaje, las instituciones, las tradiciones familiares, las prácticas culturales y las expectativas que someten, dominan e impiden que la mujer ocupe y participe en muchos roles, responsabilidades y ocupaciones, perpetuándose fácilmente a través no solo de las instituciones, sino también de determinados hábitos y costumbres, tanto mediante la fácil benevolencia del paternalismo cuanto por la malévola misoginia que, de alguna manera, son seguidas por los hombres y, a veces, también por las mujeres2. Todos nos hemos encontrado con frecuencia con hombres amables que pretenden ayudar a la mujer, pero sin abandonar esa creencia de que las mujeres «pertenecen» a unos roles determinados y prescritos de antemano. Y hay muchas mujeres que también lo creen así y actúan como correas de transmisión de determinadas actitudes que son contrarias a la dignidad de la mujer. Es cierto que estas actitudes están cambiando, pero el proceso continúa siendo muy lento. 2. Teología femenina, teología feminista y teología de la mujer
El proceso seguido por la teología feminista en España se puede desarrollar siguiendo cuatro fases: En primer lugar, recordando brevemente los antecedentes generales del movimiento feminista y de la teología feminista, así como la presencia del sistema patriarcal en nuestra sociedad. Esto nos va a ayudar a conocer y comprender mejor la situación socio-jurídica de la mujer ayer y hoy, aludiendo sobre todo, aunque muy sucintamente, a la situación de la mujer en el mundo laboral, ya que uno de los graves problemas con los que las teólogas debemos enfrentarnos es precisamente el económico y las posibilidades de encontrar trabajo en este campo. La tercera fase contempla el panorama que ofrece la teología feminista en España y las dificultades con que las mujeres se encuentran en el campo de la teología. Veremos también la situación de la mujer en las iglesias protestantes en España. En la cuarta fase, la pregunta que surge es a partir de dónde se practica la teología feminista en España y cómo nos organizamos. Finalmente, se intentará llegar a una breve conclusión o reflexión final, tratando de señalar algunos caminos o acciones que ayuden a descubrir nuevas vías que favorezcan los cambios que la mujer y la sociedad están necesitando. Una vez hecha esta reflexión, no se olvidará una breve alusión a las relaciones entre los estudios de género y la teología feminista. Antecedentes Sería un grave error identificar el feminismo con toda acción en favor de la mujer, porque no todas las mujeres son feministas ni todas las feministas son teólogas. También sería un error identificar la «teología femenina» con la teología feminista. No se puede decir que la «teología femenina» sea una de las nuevas tendencias teológicas, porque está presente desde hace tiempo, y no precisamente en el pensamiento teológico feminista. La «teología femenina» está elaborada generalmente por mujeres y se ocupa del tema de la mujer, pero sin la actitud de crítica –y autocrítica- que caracteriza a la teología feminista; tampoco suele tomar en consideración el tema del género en relación con la mujer, ni la influencia histórica de los condicionamientos socioculturales sobre este tema. No es una teología vindicativa, ni lucha por adquirir mayores responsabilidades para la mujer en la sociedad ni en la Iglesia. Puede realizar buenas y ortodoxas exégesis, pero la mujer no juega ningún papel destacado en ellas. La teología femenina no parece encontrarlo necesario, porque todo está bien como está, siguiendo las viejas tradiciones. ¿Y qué decir sobre la teología de la mujer? Las mujeres nos quedamos un tanto perplejas al tener noticia de algunas declaraciones del papa Francisco durante uno de sus viajes (a su regreso de Brasil). Entre sus comentarios, se pueden citar: Una Iglesia sin mujeres sería como el colegio apostólico sin María. La Madonna es más importante que los apóstoles, y la Iglesia misma es femenina, la esposa de Cristo y madre. El papel de la...



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