Aizpuru | El informe Brusiloff | E-Book | www2.sack.de
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E-Book, Spanisch, 288 Seiten

Aizpuru El informe Brusiloff


1. Auflage 2009
ISBN: 978-84-9868-146-8
Verlag: Alberdania
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark

E-Book, Spanisch, 288 Seiten

ISBN: 978-84-9868-146-8
Verlag: Alberdania
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Los archivos deparan con frecuencia sorpresas estimulantes. El Archivo Histórico del Nacionalismo Vasco conserva entre sus fondos un mecanoescrito titulado Los republicanos en el Norte de España, en el que se realiza un análisis de lo sucedido en el Frente Norte (Asturias, Santander y Vizcaya) entre julio de 1936 y octubre de 1937. Su autor, Constant Alexis Brusiloff Nigehorodzeff, fue uno de los intérpretes de los asesores soviéticos que actuaron en esa zona durante la Guerra Civil. La obra dedica precisamente uno de sus apartados a detallar la importancia de la ayuda soviética al bando republicano en la costa cantábrica y a mostrar la actuación política, militar e incluso moral de los asesores. Simplemente por ese hecho merecía toda mi atención. El escrito se divide en dos partes: la primera trata los asuntos militares y la segunda, la retaguardia. Hay que subrayar, en ambos apartados, la riqueza y la amplitud del campo de miras de Constant Brusiloff. Ninguno de los aspectos relacionados con la guerra está ausente. Los combates, el ejército, la marina, la aviación, la industria de guerra, la presencia de los comisarios políticos y de voluntarios extranjeros o la importancia de las fortificaciones son analizados de forma desapasionada. La segunda parte, la retaguardia, estudia los aspectos políticos (formas y acción de gobierno, partidos y sindicatos, la cuestión religiosa), la vida cotidiana (abastecimiento, bloqueo y finanzas), el régimen penal, el espionaje, la actitud ante los bombardeos o la sucesiva evacuación de las provincias norteñas. La mirada que ofrece sobre los 15 meses que duró el conflicto bélico en la zona republican desmitifica el conflicto bélico, subrayando todas las carencias que se vivieron durante ese lapso de tiempo. Animado a publicar tan importante testimonio y análisis, la suerte, y Google, me permitió localizar a Carmen Brusiloff, la hija de Constant y gracias a su ayuda pude reconstruir buena parte del itinerario vital de su padre. El autor del texto tuvo una vida azarosa que se extendió desde la Revolución Rusa hasta su muerte en Venezuela en 1977, pasando por un primer exilio en Turquía y América, una breve etapa en España entre 1933 y 1937 y una nueva estancia en América, en el que no faltaron persecución, cárcel y muchas penurias. Brusiloff, si este era su verdadero apellido, trató en todo momento de vivir como un caballero ruso, en un mundo que se desmoronó y transformó a su paso.

(Gabiria, 1963) Doctor en Historia. Pertenece al departamento de Historia contemporánea de la Universidad del País Vasco.
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Introducción


Naturalmente, un manuscrito

El día 10 de junio de 1938, el padre capuchino Miguel de Alzo, uno de los responsables de organizar en Francia el exilio vasco, envió una carta al lehendakari José Antonio Aguirre, indicándole que había entrado en contacto con un refugiado ruso, Constant Alexis Brusiloff y con su esposa, María Ugarte[1]. Brusiloff, ex intérprete de la Delegación Soviética del Norte, había redactado unos apuntes históricos en los que analizaba aspectos sociales, políticos, religiosos y militares de la Guerra Civil española en el Frente Norte, basándose en documentos que habían pasado por sus manos durante la conflagración. El autor de los apuntes, supuestamente ganado para la causa vasca por la actitud mantenida durante el conflicto por los nacionalistas vascos, ofrecía el original al Gobierno Vasco para publicarlo o para conservarlo como documento histórico para la “historia del mañana”. Ante la importancia que a juicio de Alzo podía tener el mecanoescrito, aún no lo había leído, además de incluir en la carta el índice, subrayó el carácter católico del matrimonio y el interés de Brusiloff en mantenerse neutral, a pesar de haber recibido ofertas halagadoras de ambos contendientes.

Una semana más tarde, el lehendakari Aguirre informaba a Alzo de que estaban dispuestos a considerar el asunto y que la asignación económica dependería del interés del texto y de la concordancia del mismo con “documentos ciertos o cuyas copias existen”. El original llegó a París, a manos de Antonio de Irala, secretario general de la presidencia del Gobierno Vasco, la segunda semana de julio con una carta de Brusiloff, donde indicaba que la opción de compra para el Gobierno Vasco duraría veinte días y solicitaba secreto y honradez en el uso del escrito. La carta que Irala envió a Alzo el 11 de julio en la que hacía acuse de la llegada del documento indicaba que “la primera impresión no era buena” y solicitaba la opinión del religioso. El padre Alzo se reunió en varias ocasiones con el exiliado ruso, quien le manifestó su actitud favorable a “rectificar o modificar o añadir lo que haga falta en su obra”, dada su ignorancia de las apreciaciones culturales, sociales y políticas vascas. Brusiloff, que afirmaba contar con dos ofertas editoriales, de la Argentina y de Inglaterra respectivamente, consideraba, con todo, que su labor había sido la redacción de una monografía histórica objetiva, apoyada en su experiencia como oficial en la Primera Guerra Mundial. Brusiloff aprovechó la ocasión para contarle al capuchino el modus operandi de los asesores soviéticos en Bilbao que, según su versión, se dedicaban a la caza de documentos en las consejerías del Gobierno utilizando para ello desde al propio consejero comunista, Juan Astigarrabia, hasta militantes comunistas, y algún socialista, que trabajaban en el Gobierno Vasco o se infiltraron en las propias filas del nacionalismo. Los documentos e informes así conseguidos se llevaban a la “Embajada soviética” de Bilbao, donde se traducían, se realizaban informes personalizados de los líderes vascos y se enviaban a la URSS.

A pesar del plazo fijado por Brusiloff, la respuesta del Gobierno Vasco se demoró y ante la insistencia de aquél, el 29 de julio, Irala reiteró a Alzo la primera impresión que le había causado el manuscrito:

Por lo que se refiere al Gobierno de Euzkadi trata de ciertos temas con mucha ligereza y falta de documentación y por lo tanto de objetividad. Algunas cosas son totalmente inexactas y todo ello hace que quede algo desagradable para nosotros, quitándole a nuestro juicio todo interés a la obra. Por ello, según me indica el Sr. Presidente, podríamos hacer lo siguiente:

En primer lugar, comunicar a Alexis nuestra impresión y proponerle que nosotros haríamos en el trabajo las reformas que nos parezcan oportunas sobre los puntos que deja al aire, rectificando otros que son inexactos, se los enseñaríamos a él para conocer su juicio y lo estudiaríamos para su publicación.

Nosotros, a quienes han preparado libros para nuestras publicaciones, les hemos entregado cinco mil francos.

Aun cuando ha pasado el plazo que él señala para la revisión del libro no se lo envío hasta ver en qué quedamos, usted me dirá.

La respuesta de Brusiloff tardó unos días y llegó el 9 de agosto de nuevo a través del padre Alzo, cómodo en su papel de intermediario. Brusiloff reiteró su ofrecimiento de inicios de julio, aceptó que el Gobierno Vasco hiciese las rectificaciones y observaciones oportunas, siempre que él se reservase el derecho a examinar las correcciones y a aceptarlas o rechazarlas. La cantidad ofrecida por el Gobierno Vasco, sin embargo, le parecía insuficiente dado su prestigio como escritor y traductor y por el hecho de ser hijo del general Brusiloff (este dato, como veremos más adelante, no está confirmado). Contaba, además, con varias ofertas que incluirían un pago de 10.000 francos, más los derechos de las traducciones. Pese a ello, estaba dispuesto a ceder su obra a las autoridades vascas si aumentaban la cantidad hasta los 10.000 francos. El padre Alzo se permitía añadir un comentario a estas condiciones: “Y dicho en toda confianza, el pobre está necesitado”. El religioso pedía, por último, una respuesta definitiva cuanto antes.

La marcha de Antonio de Irala a Estados Unidos para tareas de organización y propaganda retrasó la decisión gubernamental. El nuevo responsable, el baracaldés Pedro de Basaldua, informó a Alzo el 31 de agosto de que se mantenía la primera oferta con carácter definitivo.

Tengo muy en cuenta las consideraciones que hace el autor a través de una de sus últimas cartas, pero no he de ocultarle que en general, el libro carece de objetividad y de exactitud, incluso en hechos que no ofrecen duda alguna. Son tantos los errores y de tal magnitud, por lo que se refiere al enjuiciamiento de la actuación política del Gobierno Vasco en relación a la Embajada rusa, que al poder ser rebatidos con facilidad, hace que pierdan valor todas las demás afirmaciones. Se precisaría una modificación casi absoluta.

No quiere decir esto que no ofrezca un relativo interés la obra, aun cuando no la juzguemos de oportunidad por el momento. Y porque no la juzgamos así, mantenemos la oferta con el fin de hacer uso de ella cuando así lo creamos oportuno.

En esta situación y argumentando la atención que le había proporcionado el Gobierno Vasco en diversos asuntos, su simpatía hacia la causa vasca y sus necesidades económicas, Brusiloff finalmente aceptó la oferta de 5.000 francos del Gobierno Vasco. Se trataba de una cantidad respetable si tenemos en cuenta que cada refugiado vasco recibía al mes unos 150 francos, una cifra insuficiente para vivir con dignidad, pero que, complementada con otras ayudas, permitía salir adelante a los exiliados. Los propios funcionarios del Gobierno Vasco recibían en torno a los 1.500 francos mensuales. El pago se realizó en dos plazos: en septiembre y en noviembre de 1938.

Aunque Constant Brusiloff indicaba en la carta de aceptación que esperaba recibir pronto del Gobierno de Euzkadi las observaciones y el material necesario para realizar las modificaciones señaladas, no parece que dicha circunstancia se produjese. La correspondencia del Gobierno con el padre Alzo no volvió a hacer referencia ni al texto ni a su autor. Todo parece indicar que el original enviado el mes de julio de 1938 fue archivado y durmió el sueño de los justos hasta que fue catalogado en el Archivo del Nacionalismo y despertó mi interés el 31 de enero de 2006.

La lectura apresurada y emocionada del escrito, Los republicanos en el Norte de España, me permitió apreciar la importancia del mismo desde el primer momento. Por una parte era el testimonio directo de uno de los intérpretes de los asesores soviéticos que actuaron en el Frente Norte durante la Guerra Civil. Eran unos personajes prácticamente desconocidos, de los que apenas conocíamos los nombres de sus máximos responsables: el cónsul Tumánov y los generales Janson y Gorev. La obra de Brusiloff dedica precisamente uno de sus apartados a detallar la importancia de la ayuda soviética al bando republicano en la costa cantábrica y a mostrar la actuación política, militar e incluso moral de los asesores. Simplemente por ese hecho merecía toda mi atención. Por otra parte, el relato que el autor realizaba de lo sucedido en el Frente Norte entre julio de 1936 y octubre de 1937 superaba el tono testimonial que muchos protagonistas de aquellos hechos utilizaban a la hora de escribir sus memorias. La visión del analista ruso se extendía a muchos campos que incluso los historiadores actuales apenas conocemos, ya que se encargaba de traducir gran parte de la información que llegaba al Consulado soviético en Bilbao. La propia experiencia militar y vital del intérprete lo ayudó en su tarea. Aunque en algunos apartados son apreciables los prejuicios del autor o el sesgo de la documentación proporcionada por los diferentes órganos y agentes del Partido Comunista, sorprende, todavía hoy, la capacidad del texto, noventa y dos páginas mecanografiadas, para ofrecer una imagen fría y objetiva de la guerra de 1936.

La mirada que ofrece sobre los quince meses que duró la contienda en la zona cantábrica desmitifica el conflicto bélico, subrayando todas las carencias que se vivieron durante ese lapso de tiempo. Es sumamente crítica, por otra parte, con la actuación de los republicanos, incluido el Gobierno Vasco. Veremos así repetidas muchas de las críticas realizadas por comunistas y asesores soviéticos sobre la falta de preparación para la guerra de...



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