Abraham / de Mori / Knauss | Masculinidades: desafíos teológicos y religiosos | E-Book | sack.de
E-Book

E-Book, Spanisch, 168 Seiten

Reihe: Concilium

Abraham / de Mori / Knauss Masculinidades: desafíos teológicos y religiosos

Concilium 385
1. Auflage 2020
ISBN: 978-84-9073-596-1
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)

Concilium 385

E-Book, Spanisch, 168 Seiten

Reihe: Concilium

ISBN: 978-84-9073-596-1
Verlag: Editorial Verbo Divino
Format: EPUB
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En la situación política actual es importante reflexionar sobre las masculinidades, basándose en los recursos propios de la teología: los hombres fuertes dominan la escena política; los movimientos #MeToo y #ChurchToo han dado voz a las víctimas silenciadas de los abusos sexuales perpetrados principalmente por hombres; las empresas industriales y financieras están mayoritariamente gestionadas por hombres que controlan así los recursos financieros, ambientales y sociales. La teología está llamada a afrontar los ideales de la masculinidad con una doble intención: por un lado, la reflexión autocrítica sobre cómo el cristianismo ha apoyado la creación y el reforzamiento de ideas de masculinidad que sustentan las estructuras jerárquicas en las que (algunos) hombres se benefician a expensas de «otros» subordinados, hombres y mujeres. Por otro lado, las teologías pueden contribuir con recursos creativos para imaginar modos de realizar las masculinidades que fomenten la igualdad, las visiones de esperanza y sanación para individuos y grupos.

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Editorial
En la situación política actual es importante reflexionar sobre las masculinidades, basándose en los recursos propios de la teología: los hombres fuertes dominan la escena política en numerosos países de oriente, occidente y del sur; los movimientos #MeToo y #ChurchToo han dado voz a las víctimas silenciadas de los abusos sexuales perpetrados principalmente por hombres; las empresas industriales y financieras están mayoritariamente gestionadas por hombres que controlan así los recursos financieros, ambientales y sociales. Los roles de género tradicionales siguen modelando la vida de los hombres hasta un nivel considerable: casi un tercio de los padres jóvenes toman el permiso paternal donde es posible, pero la tasa se ha mantenido igual e incluso ha bajado en años recientes, y, sobre todo, los hombres dedican menos tiempo a cuidar y a las tareas domésticas1. Sin embargo, comenzamos a ver también una gama más amplia de expresiones de la masculinidad socialmente aceptadas. En esta perspectiva nos encontramos con el macho alfa agresivo centrado en sí mismo como con el hombre emocionalmente integrado, con el heterosexual que busca relaciones sin compromiso como con el gay que vive una relación monógama, y también con otras combinaciones de rasgos que forman parte de la realización del género individual. El artículo de Ezra Chitando sobre las sexualidades y masculinidades en el contexto africano ejemplifica la pluralidad de los discursos formativos, en su caso en el ámbito de las tradiciones africanas, el cristianismo y el islam. Además, mientras que las nociones occidentales de la masculinidad dominan el imaginario a escala global, estas no son, en efecto, los únicos modelos disponibles regional o localmente2, como muestra Angélica Otazú en su análisis del sistema de género de los guaraníes, un pueblo indígena de la región del Río de la Plata. Este panorama muestra que los discursos sobre la masculinidad son múltiples y contradictorios, e incluso una imagen idealizada de la «masculinidad hegemónica» (Raewyn Connell) resulta difícil de definir sin ambigüedad en un determinado contexto social, lo que explica el plural «masculinidades» en el título de este número. Además, cada ideal hegemónico de la masculinidad contiene también incoherencias y contradicciones internas: el hombre armado puede parecer la expresión máxima de la supremacía masculina, pero, como argumenta Connell en este número, si un hombre necesita una pistola para defender su poder masculino, en realidad no tiene ninguna legitimidad. Los estudios sobre la masculinidad muestran que la referencia a un fácil sistema binario de hombre y mujeres no es útil, aunque resulta difícil escapar de él. Incluso los ideales de masculinidad supuestamente menos tóxica pueden reforzar en última instancia los estereotipos esencialistas problemáticos modelados por las jerarquías patriarcales si, por ejemplo, la emocionalidad sigue identificándose con la feminidad aun siendo integrada en la identidad masculina, haciendo que un hombre sea más femenino (o incluso «afeminado»), en lugar de ser simplemente considerada como uno de los muchos elementos que constituyen una versión de la masculinidad. La continua lucha contra los fáciles presupuestos del esencialismo binario es visible también en las contribuciones hechas en este número, aun cuando los autores están de acuerdo en el impacto formativo de los discursos sociales sobre las masculinidades. Por consiguiente, el estudio crítico de las masculinidades debe tener en cuenta que las ideas de género circulan y se interrelacionan en organizaciones complejas de poder y de sistemas más amplios de dominación (patriarcado, supremacía blanca, colonialismo, heteronormatividad, etc.). Esto afecta a individuos que experimentan su identidad masculina entre el poder y la impotencia en medio de estos «sistemas interconectados de dominación», como escribe Vincent Lloyd en su análisis de la autobiografía del líder pandillero negro Stanley Tookie Williams en la que explica sus luchas por la masculinidad y la paternidad en un sistema racista. Pero también da forma a los dinamismos sociales y políticos. Escribiendo desde la situación de poscolonialismo, Shyam Pakhare analiza cómo las nociones de «masculinidad musculosa», personificadas en el colonizador cristiano occidental, mantuvieron el poder colonial en la India, y la función que el recurso de Gandhi a modelos alternativos de masculinidad, basados en el hinduismo, tuvo en la independencia. En un contexto más contemporáneo, Nicholas Denysenko analiza cómo los discursos religiosos sobre la superioridad masculina y la subordinación femenina (o de masculinidades feminizadas) están entretejidos con la política del gobierno de Putin para legitimar y estabilizar el imperialismo ruso. ¿Qué contribución puede hacer entonces el análisis religioso y teológico en esta situación? ¿Cómo puede una perspectiva teológica sobre las construcciones históricas y contemporáneas de las masculinidades contribuir a crear microrrelaciones y macrorrelaciones que permitan a los individuos avanzar en un contexto de igualdad y justicia? ¿Puede Gálatas 3,28 servir de guía para negociar teológicamente sobre los discursos de las masculinidades en nuestras sociedades, con su visión de la unidad definitiva en el cuerpo de Cristo, cuando ya no tengan ninguna función que cumplir las distinciones sociales de género, etnia y estatus? ¿O simplemente servirá para hacer invisible —y así reforzar— la desigualdad social existente? En su contribución, de carácter fundacional, Herbert Anderson propone un amplio marco teológico para desafiar la masculinidad tóxica en el sistema patriarcal, un marco que incluye cambios en la estructura de la Iglesia, en nuestro lenguaje sobre Dios, la necesidad de apreciar la multiplicidad y la interdependencia y aceptar la vulnerabilidad y la humildad. Como muestran las contribuciones en este número, la teología está llamada a afrontar los ideales de la masculinidad con (al menos) una doble intención: por un lado, la reflexión autocrítica sobre cómo el cristianismo ha apoyado la creación y el reforzamiento de ideas de masculinidad que sustentan las estructuras jerárquicas en las que (algunos) hombres se benefician a expensas de «otros» subordinados, hombres y mujeres. Por otro lado, las teologías pueden contribuir con recursos creativos para imaginar modos de realizar las masculinidades que fomenten la igualdad, las visiones de esperanza y sanación para individuos y grupos. La cuestión del poder ocupa de nuevo el primer plano, tanto con respecto a la implicación de la religión en las relaciones con el poder político (como muestra Denysenko) como con respecto a la situación específica de la Iglesia católica en la que se ha formado una particular forma de masculinidad para estabilizar las relaciones de poder en su seno. Theresia Heimerl sitúa la masculinidad clerical —que con el paso del tiempo ha llegado a caracterizarse principalmente por la abstención de la práctica de la heterosexualidad— en su contexto histórico y teológico, mientras que Julie Rubio y Leonardo Boff se centran en la intersección entre masculinidad, sexualidad y poder en la actual crisis de abusos sexuales en la Iglesia. A partir de su análisis psicosexual, Boff proponer abolir el celibato como una manera de sanar las deformaciones de la masculinidad clerical. Heimerl y Rubio sugieren la necesidad de llevar a cabo transformaciones más amplias estructural y teóricamente. Las posibilidades subversivas del cristianismo son puestas de relieve en el artículo de Manuel Villalobos Mendoza: el análisis de la masculinidad del joven en Marcos que presencia el arresto de Jesús muestra que es presentada en contra de la masculinidad grecorromana, y, sin embargo, es aceptado como miembro del movimiento de Jesús, desafiando así y subvirtiendo los ideales hegemónicos del contexto de Marcos, y quizá de nuestro tiempo también. El análisis de Otazú de la masculinidad y la religión guaraníes proporciona también modos alternativos de imaginar la masculinidad como interrelación con los demás y con el cosmos. Lloyd, Anderson y Connell apuntan a los recursos disponibles en las tradiciones religiosas para el desarrollo de masculinidades plurales que pueden contribuir al florecimiento de las relaciones individuales y sociales en lugar de mantener sistemas de dominación. No obstante, como muestran los artículos de este número, para lograr todo lo anterior es necesario que cambien los sistemas sociales y sus expectativas sobre la realización de los géneros como también que cambien los individuos. Las reflexiones teológicas ofrecidas aquí pueden proporcionar recursos críticos y creativos para llevarlos a cabo. El Foro teológico de este número incluye un breve informe de Felipe Maia sobre el Sínodo Panamazónico celebrado en Roma en octubre de 2019, estudiando algunas de las cuestiones fundamentales en el contexto de la oposición al sínodo por parte del «hombre fuerte» brasileño, el presidente Bolsonaro. La segunda contribución de Benoît Vermander explica la situación de la Iglesia católica en China y algunos de los temores y oportunidades que pudiera suscitar el reciente acuerdo firmado por el Gobierno de China y el Vaticano. (Traducido del inglés por José Pérez Escobar) 1 Javier Cerrato y Eva Cifre, «Gender Inequality in Household Chores and Work-Family Conflict», Frontiers in Psychology 9.1330 (2018), doi:10.3389/fpsyg.2018.01330; para las políticas y los datos sobre los permisos de maternidad y paternidad en los Estados Unidos, véase United States...



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