Wulff | A orillas del tiempo | E-Book | sack.de
E-Book

E-Book, Spanisch, Band 141, 528 Seiten

Reihe: Biblioteca de Ensayo / Serie mayor

Wulff A orillas del tiempo

Historias entre mundos dos mil años atrás

E-Book, Spanisch, Band 141, 528 Seiten

Reihe: Biblioteca de Ensayo / Serie mayor

ISBN: 978-84-10183-04-9
Verlag: Siruela
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)



El encuentro crucial de tres culturas -China, india y el mundo grecorromano- en un mismo tiempo y lugar: el océano índico en los albores de nuestra era. «Cuando la realidad se vuelve inquietante y confusa, debemos retornar a cuanto hizo posible lo mejor de nuestra Humanidad. A ello nos invita esta obra sorprendente, emocionante, deslumbrante y reveladora. Uno de esos libros realmente imprescindibles».   Antonio Basanta La inmediatez de la actual globalización nos hace a menudo olvidar que esta es solo una más de todas las que nuestro mundo ha conocido. La primera, hace alrededor de dos mil años, fue el momento con mayores conexiones de la historia, pero también el de mayor extensión del pensamiento y la cultura escrita, cuando surgen o se consolidan las culturas grecorromana, china e india. Tres miradas y tres viajeros -Trajano, Gan Ying y Sahadeva, personaje de la épica india- servirán en este libro para corporeizar en toda su plenitud una esfera compartida que canta a muchas voces, tan diversas como las fuentes documentales utilizadas para escribirlo: estatuas, tesoros, monedas, contratos, discursos, debates, poemas, manuales sobre el Estado, la buena vida o la salud, reflexiones sobre la condición de las mujeres, intentos de medir el mundo... Decía Antonio Gramsci que todo ser humano es un intelectual. Dotados de palabra y pensamiento, cada uno de nosotros somos, pues, pura circulación de informaciones y de reflexiones y, como afirma Wulff en estas páginas, «los habitantes de una única bola contenida en una improbable burbuja que surca el espacio. Nuestra historia no es que refleje esa unidad, es que es esa unidad».

FERNANDO WULFF ALONSO (Santiago de Compostela, 1955) es catedrático de Historia Antigua en la Universidad de Málaga. Ha trabajado, en particular, sobre la Roma republicana y sus modelos de dominación -Sin noticias de Italia (2021)-, sobre personajes femeninos poderosos de las épicas, desde Mesopotamia hasta el Cantar de los Nibelungos pasando por la Ilíada y la Odisea -El peligro infinito (2015)-; sobre historiografía y usos de la historia en la construcción de identidades colectivas -Las esencias patrias (2003)-, y sobre las relaciones del mundo grecorromano con la India -Grecia en la India (2008)-.
Wulff A orillas del tiempo jetzt bestellen!

Autoren/Hrsg.


Weitere Infos & Material


1

Tres miradas
Este libro tomará como guía tres miradas que se cruzaron en el océano Índico hace casi dos mil años. Basta seguirlas y nos llevarán, esperemos, hasta buen puerto en un momento excepcional de la historia del planeta: la primera globalización de los viejos continentes. Es el encuentro de tres mundos y sus respectivas miradas, pero también de muchos más. De todos ellos hablaremos dejando fluir las historias que los conectan, a veces directamente y otras a partir de un latido común que los une entre sí, más allá del espacio, y que los une también a nosotros. Hay quienes pensamos que si es cierto que el corazón tiene razones que la razón no conoce, las historias tienen razones que ni el corazón ni la razón conocen. Dejemos, pues, que nos hablen. Las tres miradas partieron de tres lugares y de tres personajes distintos. La primera, en el año 116, es la de un emperador romano, Trajano, que mira hacia el Oriente, a la India, desde el golfo Pérsico. Ha llegado allí en una campaña militar victoriosa, aunque nada exenta de peligros, tras entrar en el territorio del imperio enemigo de Roma, el parto, y bajar por el río Tigris. Ya en el golfo Pérsico, el triunfante emperador ve un barco que se dirige a la India. Lamenta entonces no poder viajar allí dada su edad. Las cosas no irían muy bien para él en adelante, y ese lamento no será el único, pero eso es otra historia, y nosotros lo dejaremos por ahora en ese lugar, junto al mar, oteando, deseando. No será por mucho tiempo. Con él empezaremos nuestra ronda de miradas y de historias. La siguiente mirada es la de un legado chino, Gan Ying, y sucede apenas un poco antes, en el año 97. Podríamos imaginarla encontrándose con la de Trajano en algún punto intermedio, porque la dirige precisamente a Occidente. Gan Ying había sido enviado por Ban Chao, General Protector de las Regiones Occidentales, para llegar a Roma y conectar los dos imperios, los dos mundos, y hacerlo saltando por encima de los partos, inevitables intermediarios en la vía terrestre. La China de los Han, una dinastía ya entonces con casi trescientos años, sabe muy bien qué es y dónde está Roma. Otro Han había abierto dos siglos antes las rutas que iban de China al Asia central occidental, a los lugares donde Alejandro Magno se había visto obligado a detener su avance. Gan Ying las sigue, llega al Asia central occidental y continúa hacia el sur arribando al mismo mar que Trajano. Al llegar a un determinado lugar, que hoy desconocemos, renuncia a seguir su viaje asustado por lo que, quizás de manera interesada, le dicen acerca de la duración de su viaje. Su mirada no es tan firme: empieza con esperanza, pero acaba también teñida por la frustración. El tiempo, aunque de otra manera, tiene que ver directamente con ello. Y tiene aún más que ver con quien lo manda, el general Ban Chao, que se siente, como Trajano, ya viejo. Pronto Ban Chao volverá a la capital tras muchos años en las remotas tierras occidentales y entre los éxitos que se le reconocerán no estará el de cumplir el sueño que encarnaba su enviado. La tercera mirada es la más elusiva de todas. Pertenece a Sahadeva, personaje de una épica india que puede muy bien haber sido escrita por estos años, el Mahabhárata. Sahadeva, uno de los cinco hermanos Pandavas, llega a un lugar de la costa noroccidental de la India, del que sabemos algo más que del lugar al que llegó Gan Ying. Está cerca de una ciudad que conocemos en su nombre en griego y en sánscrito, Bharukaccha y Barígaza, que aún existe hoy, Bharuch, en el Gujarat. Con otros tres hermanos suyos se ha repartido los puntos cardinales, sometiendo tierras para quien será proclamado pronto, en una fastuosa ceremonia, como emperador del mundo: su hermano Yudhishthira. Desde ese lugar Sahadeva envía emisarios a Roma, a Antioquía y a la «ciudad de los griegos», Alejandría de Egipto seguramente, para que acepten su sometimiento a Yudhishthira. Todos ellos lo hacen y Sahadeva sigue su camino hacia la rica Bharukaccha, donde su prudente rey también se someterá a quien pronto será coronado como emperador del mundo. Podemos contarlo así y seguir camino, pero también podemos mirar no al Occidente que habría de contener a la Roma sometida, sino a la mirada que se esconde detrás de Sahadeva. La pregunta importante, como tantas otras veces, es quién cuenta la historia, quién nos hace imaginar al personaje, quién nos lo presenta mirando a Roma y Occidente y proclamando a través de los emisarios el poder universal de ese monarca al que pronto se ungirá. Es la pregunta que nos hace salir de la fascinación de la historia a otro lugar no menos apasionante: el autor. Si cada ser humano es un mundo, un autor es el inventor de universos que lo trascienden. Y pensar en los autores es pensar en las sociedades de las que vienen y a las que se dirigen. Y en qué y cómo y para qué les devuelven reelaborada su imagen del mundo. Aunque de otra manera y con otro sentido también ocurre lo mismo con Trajano y Ban Chao: alguien escribe lo que hacen, y otros más intervienen para que sus acciones lleguen a nosotros. No en todas las culturas existe la historia como disciplina, como vehículo para memorializar el presente y pensar el pasado. Por suerte, en Roma y China sí. La épica construye pasados también, pero de otra manera. Roma y China están presentes y son vistas bajo el prisma de su dominación desde una India en la que el autor del Mahabhárata sueña imperios que no existen. De todo esto también hablaremos. La historia del mundo, la de los viejos continentes, y la del euroasiático en concreto, se ha presentado tradicionalmente como la historia de unos espacios o culturas que no se relacionan entre sí o, si acaso, lo hacen para la guerra. Cabría decir lo mismo de la historia de zonas más pequeñas dentro de ellos, empezando por los Estados, del pasado y del presente. No está siendo fácil el proceso que nos lleve a aceptar con responsabilidad que no somos otra cosa que habitantes de una única bola contenida en una improbable burbuja que surca el espacio. Nuestra historia no es que refleje esa unidad, es que es esa unidad. Es esa perspectiva que lo aísla todo la que hace que no se conozca suficientemente que durante los siglos I y II de la llamada «era común», la China Han y el Imperio romano conocían de la existencia de sus dos imperios, que había redes comerciales que los comunicaban. Y de la misma forma tampoco se sabe que el subcontinente indio vivió uno de sus momentos más creativos y más abiertos en el contexto de esos mundos en contacto y que una dinastía, los Kushanas, dominaba su parte septentrional y el Asia central. Si añadimos el Imperio parto ocupando Mesopotamia y las mesetas iranias hasta la India, cerramos el panorama de las cuatro grandes potencias del momento. Es esa misma dificultad la que hace que no se valore suficientemente que desde el Egipto romano, el noreste de África y Arabia se pudiera llegar por mar no solo a la India, sino seguir hasta Vietnam y China, y el que las rutas terrestres llegaran aún a más lugares. Quisiera contar aquí cómo se produjo todo esto. Y hacerlo, además, desde la riqueza que nos ofrece ese momento floreciente de encuentros, lleno de palabras y de testimonios materiales. Habrá historias de los tres espacios de donde provienen esas tres miradas y sus alrededores. Cada capítulo de los setenta y cinco de este libro contiene al menos un fragmento, una tesela de un mosaico con el que dar pie a la imaginación. Hay bastantes fuentes y son lo bastante apasionantes como para que nuestras conversaciones con ellas no requieran de grandes invenciones. Casi basta presentarlas y dejarlas hablar. Iremos apuntando también a las enormes implicaciones de la primera globalización del continente euroasiático y África, aún no lo bastante reflexionadas en su alcance. Lo que hace que sea realmente global el período, digamos, entre los siglos II a.e.c. y II e.c. no es solo que se conecten las sociedades urbanas del Atlántico y el Mediterráneo con el Índico y el Pacífico, ni tampoco que esa conexión vaya unida a su multiplicación. Se olvidan otros ámbitos y de no menor importancia y dimensiones. Hay dos que no suelen tenerse en cuenta, sin los cuales no se entiende el continente euroasiático, y que también se conectan ahora como nunca lo habían hecho: el mundo nómada de las estepas euroasiáticas y las zonas continentales, peninsulares e insulares del sureste y noreste asiático, de Birmania a Vietnam y de Corea a Japón. Y hay que añadir África, de la actual Mauritania hasta más allá de Zanzíbar, pasando por el Mediterráneo y el mar Rojo. Hablaremos de todo ello y no solo de encuentros. Veremos contactos, influencias y reinterpretaciones, pero también paralelismos que sorprenden precisamente porque tienen lugar sin influencia exterior. El momento de mayor contacto de la historia del mundo hasta entonces es también el de mayor expansión de la escritura y del pensamiento de la historia. Las diferentes sociedades no son más que posibles combinaciones de nuestra condición de humanos. Ahora se muestran a nuestra mirada como un regalo que se abre. Ese encuentro de mundos vino para quedarse, continuó hasta nuestros días sin interrupciones y trajo muchas cosas, buena parte de ellas forjadas al calor del encuentro. Es suficientemente impresionante quizás recordar, por ejemplo, que el budismo se expande desde la India hasta China y más allá asumiendo las formas del arte grecorromano. Puede ser este un buen comienzo para...


Ihre Fragen, Wünsche oder Anmerkungen
Vorname*
Nachname*
Ihre E-Mail-Adresse*
Kundennr.
Ihre Nachricht*
Lediglich mit * gekennzeichnete Felder sind Pflichtfelder.
Wenn Sie die im Kontaktformular eingegebenen Daten durch Klick auf den nachfolgenden Button übersenden, erklären Sie sich damit einverstanden, dass wir Ihr Angaben für die Beantwortung Ihrer Anfrage verwenden. Selbstverständlich werden Ihre Daten vertraulich behandelt und nicht an Dritte weitergegeben. Sie können der Verwendung Ihrer Daten jederzeit widersprechen. Das Datenhandling bei Sack Fachmedien erklären wir Ihnen in unserer Datenschutzerklärung.