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E-Book, Spanisch, 1160 Seiten

Nietzsche Colección de Friedrich Nietzsche

Clásicos de la literatura

E-Book, Spanisch, 1160 Seiten

ISBN: 978-80-268-3589-9
Verlag: e-artnow
Format: EPUB
Kopierschutz: 6 - ePub Watermark



Este ebook presenta 'Colección de Friedrich Nietzsche' con un sumario dinámico y detallado. Friedrich Nietzsche (1844-1900), escritor y filósofo alemán, es una de las figuras más relevantes de la filosofía moderna. Cuestionó todos los valores morales tradicionales e introdujo conceptos como la voluntad de poder, el superhombre, el eterno retorno y el espíritu dionisíaco. Fascinado por las posibilidades del arte y de la música, y gran admirador del Richard Wagner, Nietzsche criticó la tradición judeo-cristiana, e, influido por Schopenhauer, se acercó a un nihilismo que rechazaba los trascendentales morales y espirituales. Tras su ruptura con Wagner por el estreno de su ópera Parsifal, se vuelve cada vez más crítico para con el arte y la metafísica, desarrollando sus ideas en Así habló Zarathustra. Diversas enfermedades motivaron su reclusión en sanatorios para, finalmente, retirarse a vivir junto a su hermana hasta su muerte. Tabla de contenidos: De mi vida. Escritos autobiográficos de juventud Así habló Zaratustra. Un libro para todos y para ninguno Más allá del bien y del mal. Preludio a una filosofía del futuro El Anticristo
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[Agosto-octubre, 1859]
Pforta
Índice

Nietzsche.-1859
6 de agosto de 185929 Contra la añoranza de nuestra casa (según el prof. Buddensieg) 1) Si queremos aprender alguna cosa de provecho no podemos permanecer siempre en casa. 2) Esto es algo que no desean tampoco nuestros queridos padres; por eso, nos sometemos a su voluntad. 3) Nuestros seres queridos están en manos de Dios; y nosotros estamos constantemente acompañados de sus pensamientos. 4) Si trabajamos con aplicación, se desvanecerán los pensamientos tristes. 5) Si todo esto no te ayuda, entonces reza a Dios nuestro Señor. -Cuando esta tarde el pro£. Steinhardt evocó a nuestros futuros bachilleres, mencionó también el amenazador peligro de guerra que muy pronto hubiese separado de nuestro círculo a quienes están a un paso de la edad legal, apartándoles de su carrera. Afortunadamente, sólo tuvieron que presentarse en Naumburg y sacrificar seis días de sus vacaciones. -Mientras me hallaba en Jena fui el primero en tener noticia del despacho telegráfico que anunciaba el acuerdo de paz30. No suscitó, sin embargo, ninguna alegría de paz verdadera, ya que se teme que el león tan sólo se haya retirado para reponer fuerzas y prepararse para nuevos ataques. -Hoy hemos tenido otra vez tiempo libre para bañarnos. El agua estaba más calmada que de costumbre; se podía nadar a lo largo y ancho del Saale. También el calor era inusual. -Todavía no he realizado la prueba de natación; aún temo hacer el ridículo. -Mi tío Edmund ha sido trasladado a Corensen, un pueblo en el bajo Harz, cerca de Vipra y Mannsfeld. Me alegraré mucho de poder visitarle alguna vez, pero, desgraciadamente, mi mamá irá allí dentro de seis semanas, para organizarle la economía domestica, y no volverá hasta la Navidad. No podré volver a elegir Almrich31 para mi visita dominical. Por otra parte madame Laubscher vendrá a menudo a Almrich. Es una suiza que da clases particulares en Naumburg y regenta un internado de niñas. Su marido es un francés de extraordinario carácter, pero un tanto taciturno, por lo que, en sociedad, se le tiene por desconsiderado cuando él no se afana en demostrar lo contrario con sus acertadas e incluso ingeniosas preguntas. 6 de agosto -Hoy es el primer domingo que paso de nuevo en Pforta. Es curioso, pero aquí echo de menos el verdadero ambiente dominical. -Hoy iré a Almrich, en donde estarán mamá y Lisbeth. En realidad, la salida está prevista tan sólo para los alumnos del último curso (Primaner)32; pero si acuden los padres, no se puede prohibir que sus hijos vayan a verles. Los otros suelen ir a Kósen, como de costumbre, a Haemerling, a la pastelería. Por lo demás, hay también muchos otros que prefieren pasar su descanso dominical en el bosque. -Mi mentor 33, Krämer, viene a menudo conmigo a Almrich a ver a mamá. Es de un carácter muy afable y, por eso, es él quien más me atrae de todos los alumnos de primero. He inscrito mi nombre en su álbum antes de las vacaciones de verano y ya me he despedido de el para siempre, pero ahora está aquí de nuevo. -Ya faltan muy pocos meses para mi cumpleaños; todavía no estoy muy decidido con respecto a lo que voy a pedir de regalo. La obra de Gaudy34 o de Kleist, o el Tristram Shandy de Sterne. -Krämer no pudo acompañarme a Àlmrich, así es que fui solo. Allí encontré a la querida mamá, con Lisbeth y el tío Oscar, el señor von Buch; más tarde llegaron también más alumnos naumburgueses de primero. Cuando desmentí una afirmación falsa sobre el número de los bachilleres de Naumburg, alguien exclamó: «los de Pforta no tienen otro tema de conversación», y siguieron en forma parecida azuzando sobre Pforta. Yo permanecí callado ante todas las provocaciones. También el silencio es una respuesta y, además, debieron de ver que en Pforta he aprendido a callar. -No se qué pasará conmigo en los días de fiesta de San Miguel. Mamá no estará en casa y, probablemente, tenga que dormir allí y comer en casa de la tía. -El calor ha sido hoy menos intenso de lo acostumbrado.
8 de agosto
-Hoy tenemos muchas horas de repaso; por eso es un mal día. En primer lugar, un repaso de historia, desde la guerra del Peloponeso hasta Alejandro. En segundo lugar, repaso de gramática griega y, en tercer lugar, repaso de geografía de todas las partes del globo sin contar Europa y Australia. ¡Que haya suerte! -El repaso de historia ha transcurrido de manera satisfactoria, o, mejor dicho, no llegó a transcurrir, ya que hicimos un dictado sobre la expedición de Alejandro. ¡Si sucediera lo mismo con las restantes! A las dos de la tarde. Ha pasado lo mismo, ¡qué alegría! Hay una norma digna de alabanza en Pforta, que cuando el calor supera los 24 grados [Reamur] se suspenden las clases de la tarde y el internado entero va a bañarse; es lo que en la jerga de la escuela se conoce como «chapuzón general». Éste es el caso de hoy. El calor es aplastante, en el jardín de la escuela es insoportable. Desde las cuatro hasta las cinco tenemos hora de repaso y luego iremos a bañarnos. ¡Qué delicia poder refrescarse hoy en las suaves ondas del río! -Es muy agradable ingresar en Pforta en las fiestas de Pascua, pero mucho más aún en las de San Miguel. Si la naturaleza no nos sonríe entonces como lo hace en primavera, si incluso no se disfruta de tanto tiempo libre como en verano, el invierno permite trabajar más, y así, cuando vuelve otra vez a Pforta el tiempo en que todo revienta y florece, son mucho más numerosos los placeres de los que podemos disfrutar. Basta pensar en la cantidad de privilegios de los que gozan los veteranos en verano en comparación con los nuevos, en el juego de bolos y en la clase. Yo querría ya entrar en Pforta en San Miguel. -He decidido comprarme Vida y opiniones del caballero Tristram Shandy por mi cuenta y pedir el Don Quijote para mi cumpleaños. Espero tener en seis semanas el dinero necesario: veinte groschen de plata.
9 de agosto
Voy a procurar dar una imagen de la vida cotidiana en Pforta, ya que hoy tengo bien poco o absolutamente nada que contar. Veamos, a las cuatro de la madrugada se abre el dormitorio y, a partir de ese momento, cada uno es libre ya de levantarse. Pero a las cinco se saca a los demás de la cama con las usuales campanadas matinales mientras los inspectores de dormitorio gritan amenazadores: ¡Levantaos!, ¡Levantaos de una vez! y además castigan a los que no son capaces de dejar las plumas del lecho tan fácilmente. Después, todos se visten lo más rápidamente que pueden y se apresuran a llegar al cuarto de baño para intentar encontrar un sitio libre antes de que todo esté ocupado. Diez minutos tras el breve tiempo de levantarse y asearse, se vuelve otra vez a la habitación para vestirse ya más esmeradamente. Cinco minutos antes de la media suena por primera vez la campana que llama a la oración, y a la segunda vez hay que estar en el oratorio. Aquí los inspectores se encargan de imponer orden antes de que venga el profesor, prohiben hablar y conminan a los de primero, que llegan generalmente más tarde, a sentarse. Entonces aparece el profesor con el fámulo que le acompaña y los inspectores le comunican si los bancos están completos. Acto seguido suena el órgano y, tras un corto preámbulo musical, se entona una canción matutina. Luego el profesor lee un pasaje del Nuevo Testamento, o alguna composición o poema piadoso, dice el Padrenuestro y clausura la sesión con algún verso final. A continuación vamos todos a nuestras habitaciones, donde nos esperan cafeteras con leche caliente y panecillos. A las seis en punto la campana toca llamando a clase. Tomamos nuestros libros y vamos allá, donde permanecemos hasta las siete. Después le sigue una hora de trabajo o de repaso, como se la denomina, luego hay lecciones hasta las diez, otra hora de repaso y otra clase hasta las doce. Al término de cada lección y de las horas de repaso se toca una campana. A las doce en punto hay que llevar rápidamente los libros a la habitación y, apresuradamente, dirigirse después con la servilleta al claustro.
10 de agosto
-Debo consignar algo referente al día de ayer y, por eso, no puedo continuar con mi relato. -Hoy hizo un calor terrible y, a pesar de eso, no tuvimos «chapuzón general». Ni siquiera tuvimos un simple baño. En las lecciones de media tarde reinó un sopor extraordinario. Finalmente, a las cinco y media el cielo se cubrió de nubes. Enseguida se escuchó el bramido de los truenos, y pronto centellearon los relámpagos y la lluvia comenzó a caer a raudales sobre la tierra extenuada. Aunque débil, la tormenta duró todavía mucho tiempo. Aún después de merendar, en el tiempo libre, tuvimos que quedarnos a cubierto en la escuela. Pero nunca tras las vacaciones estivales me había sentido tan deprimido como esta tarde. Sentí nostalgia de Naumburg, de mis amigos con quienes a tales horas tan bien podía pasármelo, ¡y mientras tanto aquí no tenía a nadie!. La escuela entera me parecía desolada y triste, y esa tristeza que inspiraba sólo hacía que desfilasen ante mis ojos las dulces imágenes de las vacaciones. ¡Oh Navidad, oh Navidad, qué lejos, qué lejos! Esta mañana hace mucho mas fresco...


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