E-Book, Spanisch, Band 615, 415 Seiten
Reihe: Breviarios
Kurz Breve historia del pensamiento económico
1. Auflage 2022
ISBN: 978-607-16-7602-3
Verlag: Fondo de Cultura Económica
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
E-Book, Spanisch, Band 615, 415 Seiten
Reihe: Breviarios
ISBN: 978-607-16-7602-3
Verlag: Fondo de Cultura Económica
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)
Heinz D. Kurz traza una ruta que parte del surgimiento de la economía en la antigua Grecia hasta los avances más recientes como la teoría de juegos. Inicia desde los antiguos, los escolásticos y los mercantilistas; examina el pensamiento clásico, la obra de Marx y las ideas socialistas; logra hilar el desarrollo de las ideas vinculadas con el marginalismo y la teoría del equilibrio social; pone en debate los argumentos del utilitarismo y la teoría de bienestar, y explora el trabajo de economistas eruditos como Adam Smith, Joseph A. Schumpeter, François Quesnay, Kenneth Arrow, Alfred Marshall, Paul Samuelson, John M. Keynes, entre otros. Con una visión crítica, el autor muestra cómo las ideas conocidas y asimiladas a través del tiempo adquieren un nuevo significado cuando su estudio se profundiza en un contexto actual y diferente. Adicionalmente, esta edición cuenta con un capítulo escrito por el economista mexicano Ignacio Perrotini Hernández, sobre el pensamiento económico en América Latina.
Heinz D. Kurz es doctor en economía por la Universidad de Kiel, fundador del Graz Schumpeter Centre y profesor de economía en la Universidad de Graz, Austria. Sus principales áreas de investigación son la teoría del valor y la distribución, el crecimiento, el desarrollo y el progreso técnico, y la historia del análisis económico. Ha sido profesor visitante en muchas universidades del mundo -entre ellas la UNAM-, ha publicado numerosos libros y artículos -incluyendo Theory of Production (en coautoría con Neri Salvadori, 1995)- y ha recibido diversos premios y honores.
Weitere Infos & Material
I. PENSAMIENTO ECONÓMICO INICIAL
EN ESTE capítulo resumo lo que los antiguos, los escolásticos (ca. 1100-1600) y los mercantilistas (ca. 1500-1800) pensaban de la actividad económica. Sus observaciones tenían características comunes: todas eran aún poco sistemáticas, no abarcaban todos los campos de la conducta económica y se orientaban hacia la prescripción. Tales pensadores estaban menos preocupados por describir y analizar la actividad económica tal como era (economía positiva) que por cómo debería ser idealmente (economía normativa). De hecho, en la Antigüedad y en el escolasticismo, las afirmaciones económicas eran parte de la filosofía moral y tenían que ver con la aplicación de principios éticos a la vida económica. En el mercantilismo, las investigaciones económicas surgieron sobre todo en los escritos y panfletos de capitalistas comerciantes involucrados en el comercio internacional, quienes estaban ansiosos por hacer pasar sus intereses particulares como el interés general. Les interesaba vivamente asegurar el apoyo del Estado-nación para proteger sus embarcaciones y factorías en el extranjero, de modo que alababan las ventajas de exportar mercancía de un valor mayor al de la mercancía importada (lo cual llenaría las arcas del rey con los metales preciosos usados para el intercambio). Algunos conceptos que hoy en día nos parecen evidentes, como la competencia y el progreso, estaban ausentes en esos escritos tempranos o bien sólo estaban presentes de manera rudimentaria, es decir, como reflejo del ambiente económico del momento. En la Antigüedad y en la época del escolasticismo, las condiciones económicas eran esencialmente estacionarias, e incluso para los mercantilistas el desarrollo y el crecimiento eran más bien modestos y se limitaban a algunas áreas.
LA ANTIGÜEDAD
Los seres humanos siempre han hecho observaciones económicas. Para poder sobrevivir, tenemos que consumir, y para poder consumir, tenemos que producir. La práctica del dibujo y la escritura trajo consigo registros de actividad económica. Para nuestros ancestros más antiguos, “producir” significaba antes que nada cazar y recolectar, y las pinturas rupestres en Europa que datan del Paleolítico Superior muestran escenas de caza con conocimiento técnico y organizacional materializado en armas. Más tarde, la información económica básica se volvió un bien público para cualquiera que pudiera leer. Por ejemplo, durante el auge de Mesopotamia, hace alrededor de 4 000 años, los bloques de arcilla en las puertas de Babilonia estaban marcados con información sobre la cosecha anual de granos, así como con los gastos que ésta conllevaba, también medidos en granos. La diferencia entre la cosecha y los gastos nos da el excedente de la producción del grano para el año en cuestión. Este excedente servía para mantener a las familias ocupadas en la agricultura, así como también al gobernante y su corte real de funcionarios, el ejército, etc. El volumen del producto excedente brinda información sobre el bienestar, la productividad económica y el poder político y militar de la comunidad. Estas tablillas de arcilla son quizá la primera cuenta de ingresos nacionales en la historia de la humanidad.
LA ECONOMÍA GRIEGA Y LA CIENCIA ECONÓMICA
El modo de producción griego en tiempos de Platón (427-347 a.C.) y su discípulo Aristóteles (384-322 a.C.) estaba basado en la esclavitud y en tradiciones e instituciones que cambiaban muy lentamente, entre las que se incluye la constitución política de la ciudad-Estado. La atención se centraba en la “buena vida” de los ciudadanos plenos —un concepto estático— y el marco regulatorio e institucional propicio para ella. La producción tenía lugar en hogares prácticamente autárquicos: por tanto, se acuñó el término de “economía” del griego oikos, “casa”, y nomos, “ley”. Oikonomia significa entonces “la administración del hogar” o las reglas mediante las cuales se administra mejor un hogar o un negocio. Las observaciones de los filósofos de esa época giraban en torno a cuestiones del manejo adecuado de los negocios y la gestión económica, y el fin era armonizar lo económicamente útil con lo aconsejable desde la perspectiva moral y lo razonable en el aspecto político. Tales cuestiones se ventilaban en la vida privada tanto como en la economía pública y en el financiamiento de los negocios del Estado. Mientras que en sus inicios el Estado era financiado por donaciones voluntarias, pagos de tributo de colonias y servicios de los ciudadanos, con el tiempo hubo un aumento en las contribuciones obligatorias: primero en la tributación para los inmigrantes sin ciudadanía que habitaban la ciudad (metecos) y finalmente también para los ciudadanos. Dado que la tributación se basaba en la riqueza, surgió la pregunta sobre cómo debía medirse la riqueza, lo que llevó a la distinción entre la riqueza visible y la invisible (o disimulable). Los impuestos a la riqueza visible, como casas, campos, arboledas, herramientas y animales de trabajo eran más difíciles de evadir que los impuestos a la riqueza invisible, como el dinero o el interés pagadero de transacciones a crédito. Aquí reside, indiscutiblemente, una de las fuentes de la oposición al crédito y al interés que permeó al pensamiento económico en el seno de la Iglesia católica romana hasta el siglo XIX (véase la sección de escolasticismo más adelante en este capítulo) y en el mundo islámico hasta la fecha.
PLATÓN
Platón, descendiente de un hogar aristocrático, consideraba que el manejo de una casa y el del Estado, la polis, guardaban estrecha relación. En ambos casos, lo importante era el bienestar de aquellos que estaban al cuidado del amo (ya fuera el amo de la casa o el gobernante del Estado). Este bienestar tenía un componente material que era el medio para un fin, la buena vida, y no un fin en sí mismo. En The Republic [La República], Platón delineó las características esenciales de un Estado ideal: se trata de la primera utopía social plenamente elaborada en la historia. Platón se enfocó en descubrir normas éticas para llegar a lo verdaderamente bueno. La búsqueda de este objetivo requería la adhesión a reglas estrictas y el castigo a quien las violara. (Por esta razón, se dice que el proyecto de Platón tenía características totalitarias; y puesto que sólo había propiedad común en la cúspide de la pirámide social, también se ha interpretado como una especie de comunismo primitivo.) Para que esta sociedad estratificada y jerárquica pudiera reproducirse, decía Platón, todos debían asumir su lugar apropiado. Puso a los filósofos o reyes filósofos en la cúspide de su república, seguidos de los guardianes de la comunidad, quienes vivían en una hermandad masculina y eran ciudadanos de pleno derecho. Una casta guerrera defendía al Estado, y Platón consideraba justas sus campañas de conquista si servían para defender lo verdaderamente bueno. Abajo de los guardianes estaban los artesanos y comerciantes, y los metecos (ciudadanos no nativos sin derechos [y sus esclavos]). Los ciudadanos plenos (y sus esclavos) tenían prohibido trabajar en esos oficios. La propiedad privada estaba permitida, pero buscar el beneficio era mal visto, porque Platón concebía la riqueza como una corruptora del hombre y veía el peligro de que la riqueza se volviera poder y terminara en tiranía. Por tanto, Platón defendía la redistribución de la propiedad para alejar este peligro. Hay una relación cercana entre la estratificación social que Platón vislumbraba en La República y su entendimiento de la división del trabajo como la base del Estado. Su visión básica era que las aptitudes y talentos naturales de una persona debían decidir su lugar en la sociedad. Si todo el mundo se dedica a lo que mejor hace, entonces todo lo que se hace se hará bien. En consecuencia, Platón se preocupó principalmente por la mejor utilización y asignación de talentos naturales y no (como sería más tarde en el caso de Adam Smith) por el impacto en la mejora de la productividad que pudiera tener la división del trabajo. La especialización y el aprendizaje práctico, que pueden fortalecer pero también frustrar las diferencias naturales entre las aptitudes humanas, Platón los mencionó sólo de paso. Él consideraba que la jerarquía social y profesional era estática, no dinámica. Según él, la coordinación de los distintos tipos de trabajo ejercidos en la sociedad se efectuaba en parte a través de órdenes y una administración central (como en el ejército) y en parte a través de los mercados. El dinero, insistía Platón en La República, debía servir para un solo propósito: ser un medio de pago. No debía usarse como medio para acumular valor (y por tanto atesorarlo), puesto que la acumulación de riqueza no tiene un límite finito y por ello no es natural. Desdeñaba el cobro de interés por considerarlo impropio. No suministró observaciones detalladas sobre la formación de precios ni por tanto de los ingresos de los productores y comerciantes.
ARISTÓTELES
Descendiente de las filas de los metecos, Aristóteles no estaba de acuerdo en todo con su mentor Platón. Por ejemplo, Aristóteles abogaba por la propiedad privada valiéndose de un argumento que vuelve a aparecer en la obra de pensadores posteriores: las personas tratan la...