Formigoni / Casadei | Una extraordinaria aventura política | E-Book | sack.de
E-Book

E-Book, Spanisch, Band 144, 270 Seiten

Reihe: Nuevo Ensayo

Formigoni / Casadei Una extraordinaria aventura política

Conversación con Rodolfo Casadei
1. Auflage 2024
ISBN: 978-84-1339-518-0
Verlag: Ediciones Encuentro
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)

Conversación con Rodolfo Casadei

E-Book, Spanisch, Band 144, 270 Seiten

Reihe: Nuevo Ensayo

ISBN: 978-84-1339-518-0
Verlag: Ediciones Encuentro
Format: EPUB
Kopierschutz: Adobe DRM (»Systemvoraussetzungen)



Este libro relata sesenta años de historia de Italia, vividos y vistos a través de los ojos de un joven político extraordinario de la región de Lombardía. No es solo la historia de un individuo, sino también la historia de un pueblo fuertemente cohesionado, que camina con él. Y juntos afrontaron batallas culturales y políticas, tanto ganando como perdiendo, pero siempre manteniendo el rumbo y reemprendiendo el camino. Roberto Formigoni ha sido el político católico que más ha concretado y expresado el patrimonio de compromiso unitario, de iniciativas sociales y culturales, de atención a la cosa pública, que a partir de los años setenta se esforzó en proyectar una comunidad lo suficientemente feliz como para atraer a las Furias: haciendo frente a envidias y ataques incluso a día de hoy, su acción política, legislativa y socialmente promotora siempre fue constructiva, extraordinariamente positiva e integradora de las capacidades humanas, técnicas y políticas, de personas de todo el arco político. «Las dos primeras partes son como una gran novela histórica, documentada pero también rebosante de anécdotas y aventuras inéditas. La tercera parte es una especie de manual del buen administrador público, con intuiciones técnico-científicas, y la descripción de un método por el que se construye una región. La cuarta parte relata ideales puestos a prueba. Los textos finales lanzan una mirada al futuro» -Cardenal Camillo Ruini

Roberto Formigoni (Lecco, 1947) fue presidente de la región de Lombardía desde 1995 a 2013, durante cuatro legislaturas. Tras su encuentro con Comunión y Liberación en la primera adolescencia, en 1975 funda junto a otros el Movimento Popolare, del que será presidente nacional hasta 1987. Estudió Economía política en la Sorbona de París y es doctor en Filosofía por la Universidad Católica de Milán. Su carrera política empezó como parlamentario europeo entre 1984 y 1993. Fue diputado en el Parlamento italiano en tres legislaturas, senador de la República italiana entre 2013 y 2018, presidente de los Cristianos Demócratas Unidos (CDU) y luego miembro de la oficina nacional de la Presidencia, primero de Fuerza Italia y luego del Pueblo de las Libertades (PdL). Es autor de varios libros y ensayos. Rodolfo Casedei (Forli, 1958) se licenció en Filosofía en la Università degli Studi di Bolonia. Es periodista desde febrero de 1991 y premio periodístico nacional NATALE UCSI (2005). Ha sido redactor de la sección internacional en el semanario Tempi y colaborador en diversos medios de comunicación italianos. En su etapa como redactor de la revista Mondo e Missione se especializó en temas de subdesarrollo y África, realizando reportajes en más de 50 países de todo el mundo. Autor de más de una decena libros, en esta casa ha publicado Los mitos de la nueva izquierda (2005) y Grégoire, cuando la fe rompe las cadenas (2019).

Formigoni / Casadei Una extraordinaria aventura política jetzt bestellen!

Weitere Infos & Material


II. La «balada» de GS ¿Recuerdas a los primeros «giessini» (de GS) que conociste personalmente y que te hicieron conocer el Movimiento? Desde luego. Para participar en GS, fueron sobre todo dos personas: Angelo Scola (nacido en 1941), que luego sería cardenal y arzobispo de Milán, y Fabio Baroncini (nacido en 1942), que luego fue sacerdote, responsable de la guía de la comunidad de CL de Varese, antes de llegar a ser párroco en Milán. Cuando yo pasaba los exámenes de tercero de secundaria, ellos estaban en los de acceso a la universidad. Baroncini se había licenciado hacía poco en Contabilidad, y en el verano estudió intensamente para el examen para el bachillerato clásico del otoño con el fin de poder entrar en el seminario de Venegono. Angelo Scola había superado los exámenes para el bachillerato clásico cuando yo superaba los de tercero de enseñanza media. Después él se inscribió en el Politécnico de la Universidad de Milán, mientras yo me inscribía en cuarto del liceo Manzoni de Lecco. Scola fue quien me propuso participar en GS, la persona que en el verano entre tercero de secundaria y primero de bachillerato me llamó para vernos. Me convocó a una reunión, a través de un amigo, en la sede de GS, haciéndome saber que tenía una propuesta que hacerme. Nos vimos al día siguiente y Scola me propuso participar en unas jornadas de tres días que tendrían lugar pronto en Gazzada, en la provincia de Varese, en la residencia de una entidad religiosa. Allí se iba a hablar de cómo establecer y ampliar el equipo editorial de un periódico estudiantil que editaba GS y que se llamaba Il Michelaccio, que más o menos quiere decir el chaval imprudente. Lo escribían estudiantes de liceo que pertenecían a GS y se distribuía en los colegios de Lecco, Gallarate, Busto Arsizio, Varese, Como y Sondrio. Se vendían unos miles de ejemplares. Era un periódico con una edición muy cuidada, no un ciclostilado corriente: 24 páginas impresas que se publicaban todos los meses. Participar en aquellas jornadas costaba dinero: convencí a mis padres de pagarlo y partí hacia allí con curiosidad, junto con Angelo Scola y otras personas. Villa Cagnola era propiedad de la Santa Sede, un edifico notable de esa localidad. Consistió a la vez en una jornada de presentación de GS y de trabajo sobre cómo se podía ser periodista del Michelaccio. De esta manera llegué a ser redactor del periódico, órgano oficioso de GS. Para mí ambas cosas iban juntas: ser redactor del periódico y formar parte de GS. No era desde luego el periódico de un partido político, era un periódico estudiantil escrito por y para los estudiantes. Y la propuesta era muy clara: el cristianismo como plenitud de la experiencia humana. ¿Por qué Scola, entonces con 19 años, quiso conocer a un chaval de 13? Por lo que yo sé, la propuesta se hizo también a otros pero fui el único en aceptarla. Él era presidente de la GS de Lecco y no perdía ocasión para dar testimonio de la belleza del acontecimiento cristiano y de proponerlo. Estaba también atento a los más jóvenes, o sea los chavales que iban a pasar a bachillerato y que tenían las condiciones para asumir ciertas responsabilidades en GS. En particular les echaba el ojo a aquellos que entraban en el Liceo Clásico, el liceo donde él también había estudiado. ¿Estabas coartado por aquel hombre de 19 años que te había llamado? ¿Le preguntaste qué era GS? GS era la presencia cristiana en el bachillerato. Yo había recibido en mi familia una educación católica, sobre todo de mi madre. Había estado en el «oratorio» y en la Giac5 un año en tercero de secundaria porque los domingos salíamos de excursión todos juntos. Mi fe no estaba en absoluto en crisis y veía normal participar en GS, presente en el colegio, aún sin tener las ideas muy claras sobre lo que era. Tenía muchas ganas de que alguien me lo propusiera y ese alguien fue Scola. Supe inmediatamente qué era lo que debía hacer. ¿No había otras realidades en competencia con GS en esa época? ¿Qué hacía la Acción Católica? Al haber participado en el «Oratorio» en tercero de secundaria fui inscrito en la Giac, que se proponía a todos los que habían participado en el «Oratorio». En esa época había una gran colaboración entre la Giac y GS. No existía ninguno de los problemas que surgirían más tarde. De la Acción Católica no recuerdo ninguna propuesta, a excepción de algunas reuniones de catequesis, mientras que GS estaba muy viva. Tan viva que antes de que te contactara «el de 19 años» a ti «el de 13», tú ya conocías que GS expresaba la presencia cristiana en los colegios. ¡No solamente! ¡Yo ya había participado antes en dos iniciativas! La primera cuando cursaba segundo de secundaria y tenía 11 años. GS había propuesto a los estudiantes de secundaria la celebración de una misa semanal a las 07.30 h de la mañana de los miércoles en el santuario de Nuestra Señora de la Victoria. Se celebraba antes de las clases, que empezaban a las 8:10. A las 8 en punto la misa había terminado y podíamos llegar cada uno a su colegio. Lecco no es una ciudad grande. Cada participación en la misa se apuntaba en una tarjeta, que se distribuía en el primer encuentro del curso. En la tarjeta había 12 casillas, tantas como misas se proponían. A la salida de la misa un voluntario marcaba la casilla en la tarjeta. Quien llegaba al menos a 9 asistencias, podía ver gratis una película alguna tarde en el Cine Impero de Lecco. Algo que no se entiende en nuestra época, pero estamos hablando de 1958. ¿Un film con contenido moralizante, de trama religiosa? No, eran westerns, de los cuales no recuerdo el título. Yo era uno de los pocos que tenía todas las marcas de asistencia cubiertas en la tarjeta, así que estaba admitido para ver la película. Cuando llegué a la entrada del cine, un encargado del acto me hizo la propuesta de controlar a los que llegaban y ver si podían o no pasar al cine, no dejando acceder si tenían menos de 9 casillas marcadas en la tarjeta. Para mí fue un orgullo aceptar esta petición. Todo iba normal hasta que llegó un chaval que sólo tenía 7 sellos y me pidió si podía pasar. Me lo pensé un instante y le dije: ¡Pasa! Este hecho se me quedó en la memoria y durante mucho tiempo me pregunté el por qué. Al cabo de años entendí que esa fue la primera experiencia de «poder» que sucedió en mi vida. Aquel día tuve experiencia de la responsabilidad que comporta el poder. Podía o no dejar acceder y decidí dejar acceder. Tenía el poder de decir «sí» o «no», lo tenía solamente yo: no dependía de ningún otro más que de mí. Y decidí ejercerlo diciendo que «sí». La GS de Lecco estaba muy lanzada, universitarios de primer curso que pensaban y ponían en marcha iniciativas para los chicos de secundaria. Exactamente. La creatividad y la capacidad de propuesta de GS de Lecco no tenían límites. Encontraban la forma para involucrar a los chicos más jóvenes, nos enseñaban y ayudaban a generar relaciones con nuestros compañeros de clase. Se dio una circunstancia al finalizar tercero de secundaria. En junio, justo después de terminar los exámenes, la GS de Lecco invitaba a todos los estudiantes que habían superado el curso y el acceso al bachillerato, a una presentación de los diferentes institutos de enseñanza media superior para ayudarles a escoger la más adecuada para cada uno. Toda una tarde escuchando las experiencias de estudiantes universitarios que habían cursado sus estudios, algunos en el clásico, otros en el científico, etc. Los participantes eran los chavales, sin sus padres. Y era una jornada dirigida por universitarios de 18-19 años que no sólo presentaban las escuelas en las que habían estudiado sino que explicaban a qué opciones abrían. A los 14 años practicabas la esgrima. No la elegiste tú sino que te inscribieron tus padres. ¿No es así? La esgrima era una de las propuestas de GS, que organizaba asimismo cursos de teatro, imitando la experiencia de la GS milanesa del «teatro de bolsillo», cursos de baile y otros. Repito que la GS de Lecco era una realidad muy viva y muy atenta a los gustos y las necesidades de los chavales. Organizaba también encuentros culturales de un cierto nivel, conferencias literarias, charlas sobre la enseñanza, intervenciones de intelectuales activos de Milán: personas como Claudio Scarpati, Giuseppe Lazzati, etc. Con Lazzati las cosas se torcieron más tarde…, ¿no? Sí, años más tarde, en la época del referéndum sobre el divorcio. Pero en aquella época anterior GS involucraba fácilmente a todos los profesores en sus iniciativas. La esgrima era una de tantas de las mismas. En ella estaba implicado uno que ciertamente no era un desconocido: Dario Mangiarotti, campeón olímpico en Helsinki en espada por equipos y medalla de plata en espada individual, además de pluricampeón del mundo en estas dos especialidades. Él venía a darnos clase una vez a la semana desde Milán, la ciudad donde vivía, y nos dedicaba tres o cuatro horas de su tiempo. Los resultados llegaron: uno de nosotros, Enrico Rossi, fue campeón italiano de su categoría, yo llegué a ser segundo en otro campeonato italiano y nos tuvieron en cuenta para las Olimpíadas de Tokio de 1964. La Federación italiana me comunicó que podría ser seleccionado, lo que finalmente no sucedió, aunque esto no me importó demasiado. Yo tenía claro que habría perdido un curso de liceo para preparar mi...



Ihre Fragen, Wünsche oder Anmerkungen
Vorname*
Nachname*
Ihre E-Mail-Adresse*
Kundennr.
Ihre Nachricht*
Lediglich mit * gekennzeichnete Felder sind Pflichtfelder.
Wenn Sie die im Kontaktformular eingegebenen Daten durch Klick auf den nachfolgenden Button übersenden, erklären Sie sich damit einverstanden, dass wir Ihr Angaben für die Beantwortung Ihrer Anfrage verwenden. Selbstverständlich werden Ihre Daten vertraulich behandelt und nicht an Dritte weitergegeben. Sie können der Verwendung Ihrer Daten jederzeit widersprechen. Das Datenhandling bei Sack Fachmedien erklären wir Ihnen in unserer Datenschutzerklärung.